[24: Freedom & Angel]

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El único sonido en la sala era proveniente de las brazas en la chimenea, los movimientos que ellos dos hacían al comer y uno que otro fuego artificial a lo lejos, mas no era un inconveniente ni un ruido que les tiene incómodos, pues no disturbaba ...

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El único sonido en la sala era proveniente de las brazas en la chimenea, los movimientos que ellos dos hacían al comer y uno que otro fuego artificial a lo lejos, mas no era un inconveniente ni un ruido que les tiene incómodos, pues no disturbaba la paz del sitio, y eso precisamente era lo que necesitaban por los momentos. Minutos atrás enviaron un mensaje breve y conciso -desde el celular casi sin bateríam del rubio- para que todos estuviesen tranquilos ante los sucesos, sólo que no revisaron la respuesta, pues silenciaron el aparato para desconectarse del resto del mundo.

Comparten sonrisas tímidas o miradas de misma manera, ahora que ya no se encontraban en un apasionado intercambio ni estaban cortos de tiempo, reflexionaban sobre sus confesiones y sentimientos, incluso con todo lo que han hecho y se han dicho, asimilarlo tranquilamente les tiene un tanto cohibidos, sobre todo el inexperto menor. Hasta que terminaron su comida fue que cruzaron palabras, ya era la una de la madrugada, a pesar de ello, extrañamente -con todo y el poco descanso que han tenido los días previos, en particular aquel- no estaban somnolientos ni fatalmente agotados.

 –Gracias, no probaba algo tan delicioso desde que se marcharon... O, bueno, no probaba mucho desde que se fueron – corrigió a lo último ante el semblante de su mayor.

–Y es algo que estuvo muy mal de tu parte, mocoso.

–Pensé que habíamos pasado la parte del irrespeto – ríe entre dientes, no molesto en lo absoluto, incluso contagiando al opuesto, por más que éste trató de seguir severo –. Sinceramente no tuve ánimos de probar nada, pero he retomado el apetito con sólo verte – confiesa al ambos volver a enseriarse, reposa una mano sobre una de las contrarias con delicadeza, acariciando el dorso con su pulgar, como si temiese a romperlo o a que se desvaneciese su presencia –. Aún no me acostumbro a que regresaras conmigo, no me creo que ya no cargue conmigo un maleficio.

–Pues es real, ya eres libre, Soobinnie – le convence con docilidad, disfrutando de sus atenciones mientras le observa con detenimiento, francamente a él también se le hace una ilusión el ya estar sin un contrarreloj. El chico le sonríe ligeramente en respuesta –. Tampoco tuve apetito desde que nos fuimos, y estaba sufriendo de insomnio por las noches.

Bin levanta la vista y da ahora una expresión triste.

–Lo siento, fui terrible contigo. No merecías nada de lo que dije e hice, no maneje adecuadamente la situación, nunca me lo voy a perdonar.

Jun niega con suavidad y le sonríe ladino, recostado del respaldo del sofá con su hombro, dando cara a Soo.

–Ya quedó en el pasado, descuida. Además, no juzgo tu forma de actuar, creíste que era lo mejor para todos. 

–Hay muchas cosas de las cuales hablar, demasiadas preguntas y respuestas – replica en su posición sin soltar el agarre, jugando con los dedos ligeramente más delgados y cortos. Todas las proporciones de Yeon eran fascinantemente masculinas y bonitas a su percepción.

Maze In The Mirror | SooJunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora