—Necesito salir de aquí —susurro la rubia en medio de la soledad de su habitación—. Ese tipo esta demente, no puedo quedarme aquí.
Su mente daba mil vueltas intentando idear un plan y poder escapar... Pero intentar escapar por la ventana era un maldito suicidio teniendo en cuenta que el castillo estaba situado al borde de un precipicio y simplemente tratar de huir por la salida principal era enfrentarse cara a cara con el Conde.
Y ¿cómo sabía eso?... Simplemente porque ya lo había intentado y había terminado encerrada nuevamente en su habitación.
Era estos momentos cuándo ella realmente deseaba haber tenido una habilidad más allá del ingenio. Si tan solo pudiese volar como Jason no dudaría en arrojarse por la ventana, si pudiera invocar el fuego como Leo provocaría un incendio y escaparía en la confusión, si tuviera encantó vocal como Piper convencería al conde de que ella no era quien él creía para que la dejara ir... Maldita sea si tuviera las habilidades de Percy ya habría sepultado a ese hombre en el fondo del océano.
Ella se encontraba inmersa en la creación de un plan cuando de pronto la puerta de su habitación fue abierta con brusquedad y por ella entró aquel hombre que la había golpeado después de pedirle la hora.
—¿Qué te parece tu nueva vida? —le pregunto aquel hombre con total naturalidad, casi como si los dos fueran viejos amigos.
—Me parece un asco —respondió con rabia—. Ni ese hombre, ni tú pueden obligarme a estar aquí en contra de mi voluntad... Esto es un secuestro... No piensen que me quedaré eternamente aquí.
—¿Segura? Porque yo creo que si lo harás —exclamo impasible—. No podrás irte de aquí y no pienses que alguien te buscará —sonrío—. Todos pensarán que te fugaste con tu noviecito... Que triste ¿No?, Porque a Perseus jamás lo volverás a ver.
—¿Cómo sabés de él si ni siquiera lo conoces? —le preguntó desconcertada por su actitud tan confiada.
—Pero claro que lo conozco, si yo mismo lo traje al castillo —exclamó divertido.
—¡¿Percy está aquí?! —pregunto con esperanza.
—Estuvo unos días aquí, pero ya se fue y no va a regresar jamás.
—¿Cómo estás tan seguro?
—Porque ya me encargue de que él no vaya a ninguna parte —respondió con una sonrisa de satisfacción.
—¿Qué fue lo que le hiciste maldito? —exclamó abalanzándose contra él entendiendo que había hecho algo muy malo.
—Él era un estorbo en mis planes —dijo sujetando sus manos antes de que ella lo golpeara— así que me deshice de él. Perseus está muerto —susurró aventandola con brusquedad contra el piso.
—Eso no es verdad —negó con un nudo formándose en su garganta—. Estás mintiendo.
—Yo no tengo ninguna necesidad de mentirte Annabeth —se inclinó hacia ella—. Ahora como ya no tienes a nadie que te salve harás lo que yo te diga.
—Eso nunca.
—No juegues con mi paciencia —exclamó sujetándola del cabello—. Escúchame bien y más te vale que hagas todo lo que voy a decirte o si no un par de personitas que tu aprecias mucho lo van a pagar.
—No te atrevas a tocar a mi familia —dijo mientras intentaba soltarse del agarre del vampiro.
—¿Y quién dijo que yo hablaba de tu familia? Me refería a la madre y a la tierna hermanita de Perseus. Sabes, tú no fuiste la única que traje conmigo, ellas están en mi poder y ahora que Perseus ya no está para protegerlas nos crees que es turno de que tú lo hagas. No quieres que algo muy malo les suceda ¿Verdad?
—No, no les hagas daño por favor —le pidió.
—Eso depende totalmente de ti. Mientras seas una buena chica y hagas todo lo que yo te diga ellas estarán bien.
Annabeth miró al piso con resignación. Por el momento ceder ante él era su única opción.
—¿Qué es lo que tengo que hacer?
—Así me gusta, que seas una chica obediente —exclamó excesivamente sonriente—. Solo tienes que aceptar los cortejos de mi señor y aceptar que eres la reencarnación de Acacia Tepes.
—Pero eso no es verdad —replicó— y eso lo sabes bien ¿No?
—Por supuesto, tú solo eres una chica que para mi muy afortunada conveniencia se parece demasiado a Acacia —dijo al fin soltando su cabello mientras retrocedía un par de pasos—, pero eso es algo que mi señor no sabe, ni sabrá... Ahora levántate y ve al gran salón que mi señor te espera... Futura señora Tepes.
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La herencia del dragón | Completa
FanfictionLa herencia del dragón busca a su heredero.