La herencia del dragón | Completa

Iubitori legendari

(Amantes legendarios)

—¡Annabeth! —Percy junto a Acacia corrieron hasta donde Drácula y Annabeth yacían. El rey de los vampiros intentaba levantarse sin conseguirlo pues la debilidad y el dolor que sentía internamente lo estaban consumiendo y para ese instante Annabeth ya había quedado inconsciente.

Percy fue el primero en llegar hasta ellos e inmediatamente levantó el cuerpo inconsciente de Annabeth sobre su regazo. Acacia llegó hasta el Conde intentando ayudarlo.

—Ayúdala a ella —le pidió Drácula a Acacia—, ella es la que fue envenenada.

—No pierdan su tiempo, es un veneno rápido y mortal —murmuró Mirrot impasible al tiempo que los invitados abandonaron el salón con mucha prisa.

Acacia le dedicó una mirada mortal a Mirrot para después enfocar su atención en Annabeth. Se acercó a ella para ayudarla mientras Percy la miraba suplicante.

—En verdad lo siento —murmuró tocando su pulso—, pero Annabeth ya está muerta.

—¡No! No —negó abrazándola a su pecho.

—¿Por qué hiciste todo esto? —le exigió Acacia una respuesta volviendo su atención a un Drácula agonizante.

—Porque los odio más de lo que puedan imaginar... odio a Vlad Tepes. Él tenía que pagar por todo lo que me ha hecho.

—Yo... jamás te hice nada —exclamó Drácula en medio del dolor.

—No a mí directamente, pero si destruiste mi vida —Mirrot suspiro con rabia. Al fin podría desahogar todo el odio que sentía—. Dime ¿ya te olvidaste Wilhelmina? esa pobre muchacha a la que solo usaste, a la que embarazaste y votaste como una basura porque era una simple campesina y no estaba a tu altura... ESA MUJER ERA MI MADRE... yo la vi sufrir por ti, la vi llorar cuando anunciaste tu boda con esta bruja —dijo señalando a Acacia—. Mi madre no pudo soportar que amaras a otra y se quitó la vida el día de tu maldita boda... yo solo tenía diez años, pero ese día jure que te destruiría y aunque me tomó años poco a poco lo logre... envenene a tu propio pueblo en tu contra y te quite todo lo que amaste —rio—. Pobrecita Acacia estuvo encerrada durante siglos sin poder volver a ver la luz.

—¿Cómo te atreviste?

—Eso solo fue el principio de tu destrucción, si esta bruja no te hubiera hecho inmortal te habría asesinado hace mucho. El tiempo pasó y entendí que la vida no me alcanzaría para vengarme por eso busque la inmortalidad y así lograr encontrar una manera de vengarme... y mi plan salió tan bien que me convertí en tu hombre de confianza, jamás dudaste de mí. Ni siquiera dudaste cuando te dije que Rivka había muerto por enfermar tras el parto, pero sabes que yo la mate, así como también mate a tu adorada hijita... A la princesa Rivka no la rechazaste. verdad y a Stelle si la aceptaste como tu hija —escupió con rabia.

—Eres... un monstruo.

—No más que tú... Padre —miró a su alrededor triunfante—. Pero soy tan afortunado ¿no lo creen? Tan afortunado de haber encontrado la forma de acabar con el poderoso Vlad Tepes... hacerlo unir su alma a una mortal volviéndolo vulnerable... y solo había que asesinar a Annabeth para acabar contigo.

—¡¿Cómo te atreviste?! —grito Percy lleno de rabia por el cinismo de Mirrot—. Te voy a matar maldito.

—¿Y cómo un mortal como tú va a lograr vencerme?

—Así —dijo lanzándose contra él tan fuerte que una de las columnas se rompió ante la fuerza del impacto de los dos cuerpos.

—¡¿Cómo hiciste eso?!