-Presente-
Jess
El despertar y no recordar nada del día anterior, era algo a lo que ya me había acostumbrado. Noches completas en fiestas, o solo- más veces solo de las que me gustaría admitir- metiendo en mi sistema cualquier cosa que me permitiera dejar de existir por un momento, o por lo menos no estar consiente de mi existencia, solo existir, estar ahí y no sentir nada, eso me bastaba.
Normalmente no me molestaba en recordar absolutamente nada, pero eso cambio inmediatamente cuando caí de la cama al ver un cuerpo junto al mío. Un cuerpo conocido. Una cabellera de fuego que me hacía sentir que había un incendio en el lugar.
Mi respiración se había vuelto un caos, mi pecho subía y bajaba a toda velocidad. Básicamente no entendía una mierda y esta vez sí me maldije por no recordar nada. Blair estaba dormida a mi lado, aunque se notaba por su postura que había estado manteniendo una distancia prudente entre nosotros. Pero no entendía el porqué, el porqué estaba aquí. Por un momento me quede ahí, mirándola. Era algo que jamás creí que volvería a ver. Y el hecho de tenerla ahí me hizo recordar. Entonces aparte la mirada.
Me levante aun confundido. Divise mi teléfono, que estaba a unos centímetros de sus pies y me acerque lentamente- con cuidado Jess, no vayas a despertarla porque no tendrás más oportunidades de verla así otra vez- aparte todo tipo de pensamiento, a veces mi conciencia era mi peor enemiga. Lo tomé sin más y fui hacia la cocina, casi corriendo. Al abrir el refrigerador note que no había nada, literalmente nada, por un momento pensé que me había acabado toda la cerveza, hasta que note dos bolsas repletas de basura, y ahí pude ver mis lindas latas llorando por mí.
- ¡Pero que mierda! - dije en un tono enfadado y confuso a la vez, luego note que Blair se movió y yo me tape la boca inmediatamente. Luego lo pensé. ¿Porque debía callarme?, estaba en mi casa, para empezar, no sé qué hace ella aquí ni porqué mierda tiro mis cervezas. Podría simplemente despertarla y decirle que se largara – por favor, no te lo crees ni tu- si podría. Parpadee unos segundos. No lo haría.
Tomé un vaso de un estante y lo llené de agua del grifo. Note que había un teléfono cargándose sobre la mesada. Tuve un poco de curiosidad así que encendí la pantalla. Y pues ya saben, la curiosidad mato al gato. Mi corazón se detuvo al ver la pantalla. En la imagen se veía a una Blair claramente feliz sobre el regazo de un patético rubio, un rubio que una vez había sido mi mejor amigo, y encima de el un... seré sincero, no sabía que era esa cosa, parecía que Sid de La Era de Hielo se hubiera acostado con una rata y como resultado de esa mezcla salió eso. Quizá era un perro, pero no haría conclusiones apresuradas.
En la imagen se los veía felices. Blair le sonreía como... como me sonreía a mí. Sus miradas hacia la cosa, parecían una maldita familia de comerciales. Y como ya sabemos, esas familias son falsas. Por un momento el enfado se apodero de mí, y no sabía porque- quizá porque Griffin tiene lo que tu pudiste haber tenido- ¡MIERDA YA CALLATE ! cerré los ojos un momento para calmarme. Eso no era de mi incumbencia, lo que ellos hayan hecho o dejado de hacer luego de que me fui no me importaba en lo absoluto, yo me había ido por mi cuenta, yo dejé todo, y no me arrepentía. Luego note que en la pantalla había notificaciones de seis llamadas perdidas -que maldito pesado eh- suspire amargamente, y una pequeña sonrisa se asomó.
Llamada entrante: Griff <3
Respire un momento, me aclare la garganta y ni siquiera lo pensé.
- ¿Hola? - dije en un tono normal, como si huevera estado tranquilamente caminando por mi casa y viera el teléfono por casualidad y no como si se me hubiera hervido la sangre al ver su nombre.
ESTÁS LEYENDO
La Canción Que Reescribiremos
Teen FictionBlair Lahey es una amante de la literatura, le apasiona escribir historias que se resigna a vivir. Jesse Patridge es un talentoso guitarrista y vocalista de la banda más famosa de la ciudad. Y no es hasta que su historia termina que por fin comienz...