Capitulo 11

13 0 0
                                    

-presente-

Llegue a casa casi sin poder respirar. Este era el fin. Jess no dejaría las cosas así, le diría algo al señor Scott para sacarme definitivamente del proyecto. Todo mi sueño estaba cayendo por la borda. Y yo me encontraba sumida en la desesperación.

Dobby me vio tirada en el suelo y llego hacia mí. Lamio mi cara y luego se acurruco entre mis piernas. Me reconforto un poco tenerlo conmigo. Siempre que tenía días malos el parecía notarlo, y me daba más cariño del habitual. Jamás me arrepentiría de haberlo rescatado. Y aun así tenga que vivir en la calle porque seguramente me quedare sin trabajo, ya que ya había dado mi carta de renuncia en mi anterior empresa. Siempre tendré a Dobby y cuidare de el como el cuida de mí.

-Mami ha hecho todo mal desde el principio- lo acaricie- y no ha aprendido nada. Sigue siendo la misma de antes. Que deja que los demás la pisoteen y manejen su vida a su antojo- levanto la mirada, y esos ojos tan tiernos me reconfortaron- lo siento por no ser la madre perfecta, la que te toco es un caos- Dobby se levantó y comenzó a lamer mi rostro, por lo que me hizo reír- está bien, lo entendí. Yo también te amo bebe. Y prometo que a partir de ahora hare todo mejor. Por ti. Y por mi- puede sonar tonto, pero Dobby era como mi hijo. Realmente teníamos una relación especial, lo sentía parte de mí, de mi familia. Me hacía tan feliz. Era como el hijo que nunca tuve. De joven me imaginaba con un niño a estas alturas, y por un momento de mi vida lo vi posible. Pero luego las cosas de la vida pasaron. A mi edad ya varias personas tenían formada una familia, y él lo era para mí. El y Griffin se habían vuelto mi familia con el tiempo. Ellos seguían estando aquí conmigo. Y se los estaría eternamente agradecida. No pienso decepcionarlos más.

Antes de entrar al edificio tome una bocanada de aire. Sabiendo lo me esperaba allí adentro. Pero no me iría sin antes luchar por mi causa. Abrí la puerta y camine más confiada que nunca, note un par de miradas, pero no me importaban en lo más mínimo. Que digan lo que quieran.

Respire profundo antes de abrir la puerta de la oficina del señor Scott. Pero no estaba preparada para lo que siguió.

-Oh Blair. Justo a tiempo- sí, llegue temprano a mi entierro

-Antes que nada, señor. Quiero explicar todo

-No hace falta. Ya lo sé todo- trague grueso. Y comencé a temblar, pero eso no me detendría

-De igual manera. Quiera dar mi versión de la historia. Antes de irme déjeme hacer al menos eso- el señor Scott me miro confundido

-Irse? ¿A dónde se va señorita Lahey? Se siente mal también?- y yo lo mire aún más confundida. ¿También? Y luego me di cuenta. No me estaba gritando. Y su voz sonaba feliz, su mirada era cálida. Algo se me estaba escapando- primero quiero felicitarla. El señor Patridge me hablo maravillas, sobre su trabajo ayer- cómo? ¿Sería otra trampa de Jess? Lance una carcajada ante tal descaro. Esta vez no lo lograría
- No sé qué es lo que le dijo. Pero creo que usted se merece la verdad

-No sea modesta señorita Lahey. Nos dejó a todos impresionados. Claro que no vimos el trabajo aun, pero el señor Patridge dijo que no quería que lo viéramos por el momento. Pero juró que usted había hecho un buen trabajo. Dijo que se sentía enfermo y que más tarde estaría de viaje por unos asuntos. Pero me dijo que ustedes se mantendrán en contacto y que confiaba en usted. No me arrepiento de haberle puesto en su manos el trabajo. Si el quedó complacido entonces no tengo de que preocuparme

-Pero...- permanecí callada. ¿Se sentía enfermo? Esa era una excusa que daban los niños para no ir a la escuela ¿Qué era esto? No sabía si dejarlo así o decir la verdad. ¿Y si todo era otro plan maligno de Jess?

- Bueno, espero se recupere. Descanse señorita Lahey. Se lo merece por haber contentado a nuestro cliente más importante.

El señor Scott me dio unas palmadas en la espalda y salió del lugar.

La Canción Que ReescribiremosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora