Capítulo trece. Romance

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Entonces un pensamiento que había estado evitando se apoderó de mi, el hecho de que no podríamos estar juntas, tuve que explicarle a Anne lo que sentía al respecto pero sin hacerle a la idea de que nos separaríamos, porque claramente ninguna quería hacerlo. 

-Es horrible que la sociedad y nuestros padres tengan que decidir a quien debemos amar, si tan solo pudieran dejarnos amar a quien queremos el mundo sería un lugar mejor. Pero no estoy dispuesta a dejarte Danielle, ahora que sé que me amas tanto como yo a ti solo quiero pasar mucho tiempo contigo, tendremos que buscar la manera de vernos y por supuesto de besarnos cuando nadie nos vea.

El corazón se me acelero con sus últimas cinco palabras.

-¿Qué tal ahora?

Como respuesta tuve el rostro de Anne a milímetros del mío y enseguida nuestro cuarto beso oficial.

Decidimos no decirle nada a nadie, nisiquiera a Diana, ya veríamos la manera de salir sin ella, lo cual por supuesto era difícil ya que Anne y ella amaban pasar tiempo juntas.

Por la mañana inventamos la excusa de que Anne se había quedado a consolarme en ni habitación y se quedó dormida sin darnos cuenta, la tía Josephine me miró por unos segundos pero no pude comprender a que se debía su mirada.

Cuando estábamos listos para marchar, todos se despidieron de mi tía y cuando sólo quedé yo guardó silencio mientras miraba a los chicos, cuando se subieron al carruaje comenzó a hablar.

-Danielle cuando te pregunté si la persona que amabas estaba aquí en la casa me refería a Cole -me sentí aliviada-. Pero, Cole me confesó esta mañana que él tiene otro tipo de gustos -oh no-, espero no estar hablando de más pero sé que lo entenderías... ya que el punto principal es que ahora entiendo que esa persona es Anne.

-Me atrapaste tía... y en cuanto a Cole, descuida, pude adivinarlo así como contigo -no pude decir nada más.

-Danielle tienes un camino difícil por recorrer, pero sé que la parte de no sentirte correspondida quedó atrás por lo ocurrido esta noche, así que ahora solo queda luchar con la sociedad y contigo misma en ocasiones, así que déjame decirte que no le debes nada al mundo, te lo debes a ti y a tu amada, ama, es lo más hermoso tener a alguien que te ame como tu a ella... Y si un día, esperemos que no pase, pero si las cosas salen mal con tus padres aquí tienes un hogar, yo te recibiré, incluso a Anne si es necesario hacerlo, cuídate mi querida niña y sé feliz.

No supe decidir si las palabras de mi tía me alarmaban o me daban consuelo, aún así estaba feliz de que ella lo supiera sin tener que armarme de valor para confesarlo, tenía ahora alguien en quien confiar y tenía un lugar en donde esconderme cuando no supiera a donde ir. Quisiera que mi tía volviera a ser feliz porque se lo merecía por ser alguien que no juzgaba a la gente, tan solo era de ver la variedad de personas que recibió en su casa anoche para darse cuenta que tenía un corazón extraordinario y que prefería ser ella misma antes que demostrarle algo que no era a la sociedad.

Pasaron varios días y no había visto a Anne más tiempo además de en la escuela y ahí casi no nos dirigíamos la palabra, habían pasado varios días de la fiesta y aún no habíamos podido encontrar un momento a solas sin mi hermana, Cole o cualquier otra de las chicas.

En el descanso esperé a que Anne fuera a tomar su leche del arroyo y fui a tomar la mía también para disimular.

-¿Cuando? -le susurré rápido al ver que mi hermana venía hacia el arroyo también.

-Por fin me dejó en paz Moody, estaba hablando tan rápido que no pude entender que es lo que decía -dijo mi hermana al llegar y solo miré con pena a Anne.

Ambas comenzaron a caminar tomadas del brazo y Anne volteó la vista y señaló con sus ojos hacia el bosque, la comprendí de inmediato.

Al salir les dije a Diana y a Anne que iría a pintar un rato en el bosque y que quería hacerlo sola, miré a Anne para ver si comprendía lo que tenía que hacer, ambas asintieron y separamos nuestros caminos.

Llegué a la casita y me encontré con algunas figuras hechas de barro en diferentes posiciones, al principio me confundí pero luego comprendí que eran de Cole, él nos había dicho que una artista amiga de mis tías lo había incitado a intentar modelar con barro, sonreí ante la idea de que Cole estaba dispuesto a no dejar su arte.

Entré y me senté en un tronco pequeño por unos minutos cuando de pronto escuché pasos acelerados y enseguida la cara de Anne se asomó por la pequeña puerta.

-Mi querida Danielle, no sabes cuanto te extrañé -dijo con una sonrisa y se lanzó hacia mi llenándome la cara de besos, sonreí.

-También te extrañe hermosa Anne, ¿cómo te libraste de mi hermana?

-Cuando nos tuvimos que separar para ir cada quien a sus casas le dije que vería el paisaje unos minutos antes de ir a encerrarme a la cocina con Marilla y en cuanto su figura desapareció por el sendero corrí de vuelta a acá.

-Me siento un poco mal por mentirle a mi hermana, pero sé que pronto le podremos decir y lo comprenderá, aún está dolida por saber lo de nuestra tía. En fin, adoro esta casita.

-No es una casita, la llamó "el club de lecturas" aquí venimos a escribir historias.

-Vaya, no lo sabía.

-Lo sabrías si hubieras tomado mi palabra de venir a pintar.

-Anne lo siento, es sólo que sabes por que tuve que distanciarme pero ahora si vendré mas seguido a pintar.

-Descuida Dani, lo entiendo... Creo que ahora es mas que un club de lecturas, es decir, Cole dibujaba aquí y ahora está modelando barro y tú vendrás a pintar, su nombre ideal debería ser "club de lecturas y arte" ¿no te parece?

-Me parece genial.

Estuvimos charlando un rato más tomadas de las manos y de vez en cuando Anne tomaba mechones de mi cabello entre sus dedos o pasaba el dorso de su mano por mis mejillas.

-Eres muy hermosa -dijo mientras sus dedos recorrían suavemente mi cara-. Amo como tu hermoso cabello negro y ondulado llega hasta tu espalda, tus mejillas rosadas y tus hermosos ojos miel, eres demasiado hermosa para este mundo. Descuida señorita -dijo de pronto con voz varonil y levantándose heroicamente-, pero al ser usted muy hermosa debo protegerla de todo peligro del exterior, así que yo seré su príncipe.

Las dos nos echamos a reír.

-Anne, mi vida, no quiero un príncipe que me cuide, con una princesa pelirroja me basta y sobra.

-No sé que me gustó mas para referirte a mi si el "mi vida" o "princesa pelirroja".

Escuchamos de pronto unos pasos y ambas nos sobresaltamos, miré preocupada a Anne quien estaba mas tranquila que yo, pero aún así se veía preocupada. La pequeña puerta se abrió y entró Cole por ella.

-Hola Cole -dijimos ambas disimuladamente.

-Hola chicas, no sabía que estaban aquí ¿dónde está Diana?

-No pudo acompañarnos, madre le dijo que tenía que ir a sus lecciones -mentí.

Cole comenzó a hacer una mezcla de barro mientras platicábamos alegremente, ellos aún hablaban de la fiesta y esta vez ya no me apartaba de esa conversación, les conté algunas anécdotas de las dos fiestas a las que fui cuando aún vivía Gertrude y ambos escuchaban con fascinación.

La conversación cambió de pronto a Gilbert, me incomodé un poco pero intenté estar tranquila, resultaba que Anne estaba resentida con él porque había encontrado su vocación y ella aún no. Tratamos de animarla y parecía funcionar pero después de unos minutos volvía a hablar de él.

No parecía interesada en Gilbert y eso me alivió un poco, de hecho mas bien parecía que tuvieran algún tipo de rivalidad en el que ambos competían por ser el mejor en todo, yo había notado este comportamiento semanas atrás en clases de deletreo pero no sabía que era algo más que en clases.

Danielle with an E | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora