Capítulo dieciocho. Un nuevo espiritú afín

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La nueva profesora había llegado al pueblo, todos hablaban de ella, pero para mal, Rachel Lynde había venido hasta mi casa a advertir a mi madre sobre ella, decían las demás madres del pueblo, según Rachel, que era muy liberal, solterona, habladora, etc.

Anne por otro lado me contó que la vió usar pantalones y estaba demasiado emocionada de conocerla.

En el regreso a la escuela pudimos conocer a la hermosa maestra Stacey, quien era una persona maravillosa a mi punto de vista, tenía una personalidad parecida a la de Anne, quizás por eso desde ya me agradaba, nos sentó en el piso en un círculo y comenzamos a hacer una dinámica de presentación, me sentí demasiado abochornada cuando Anne comenzó a decir cosas de todos en voz alta, creí que incluso cuando llegara mi nombre confesaría nuestro secreto ya que estaba revelando cosas sobre todos. Llegó mi turno y me sentí muy nerviosa, ¿hasta donde sería capaz de llegar Anne para agradarle a la maestra?

-Danielle Barry, determinada y bondadosa -dije sin perder de vista a Anne.

-Eso es verdad, también es la mas linda de la clase.

Respiré hondo pero aún así miré severamente a Anne para que se callara pero estaba tan entusiasmada viendo a la profesora Stacey que no me vió.

Por fin la profesora le pidió a Anne que dejara de decir chismes cuando puso en ridículo a Prissy hablando de su boda fallida.

Al terminar la clase quise esperar a Anne dentro del salón de clases, ya que la maestra quería hablar de su comportamiento de hoy, pero para mi desdicha Gilbert también estaba ahí, me miró y sonrió, le dediqué una rápida sonrisa y salí del salón de clases, ahora a quien debía evitar era a él.

Anne salió demasiado frustrada de la escuela, en primera porque debía escribir un ensayo acerca de los chismes y en segunda porque había escuchado a Gilbert decir que estudiaría medicina y tomaría clases extra con la señorita Stacey.

Aunque sintiera muchas cosas por Anne, en esos momentos quería alejarme de ella, ya que no paraba de hablar de Gilbert y yo no sabía si eso me ponía celosa, emocionada, apenada por lo último que le dije a Gilbert o todo a la vez; así que me despedí de Anne con la excusa de que fuera a casa a hacer su ensayo pero ella se dirigió al club de lecturas.

Al llegar a casa me sentía demasiado pensativa en torno a todo, comencé a caminar por nuestro hermoso jardín y me senté en un columpio que mi padre había puesto desde que éramos solo unas niñas Diana y yo, entonces me permití pensar en todo.

¿Qué iba a suceder ahora? no sabía si dejar a Anne para darle paso a estar con Gilbert, me daba un pinchazo en el corazón pensar en perderla, pero no sólo a ella, también perder mi oportunidad con él, pero tampoco podía tomar esa oportunidad con él y dejar a Anne a la deriva; quedarme con ella tampoco parecía ya una buena opción porque él se despediría de sus dos amores, estaba claro que la que mas iba a sufrir sería yo...

Estaba dispuesta a encarar a Anne al día siguiente, hacer que admitiera lo que siente por Gilbert y darle paso a que estén juntos, antes que fuera demasiado tarde para todos, pero anhelaba decirle que lo eligiera a él en unos meses mas y mientras estuviera conmigo, pero tenía que ser fuerte por ellos.

No me di cuenta cuando empecé a llorar, entonces al darme cuenta de ello sentí impotencia por no poder detener las lágrimas, así que solté un gruñido y vociferé:

-¡Ya basta! ¡Tienes que ser fuerte por amor!

-¿Amor? -dijo una dulce voz detrás de mi, me paralicé.- Lo sabía, sabía que todo este cambio en ti era por eso.

Danielle with an E | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora