Crisis de Estado (+18)

Extraño

Chiara

Camino abro la puerta armada de valor, con una mirada de guerrera, más mi espíritu en su punto firme, totalmente confiada de que sin ningún apoyo podré arreglar aquello que haya provocado dicho ruido.

Sin embargo tengo un escultura en mi mano izquierda.

¿Que? Seré la mas pequeña de todos, pero eso no significa la más estúpida. Así que si me dan pelea, yo doy:

Tres gritos más fuertes y salgo corriendo. En caso que sea algo muy peligroso si no, pobre de aquel.

Estoy vestida con una pijama de short morado y una camisa de tirantes a conjunto. Justo noto el frío que hace, aquí es cuando empiezo a pensar porque baje; y sobre todo si lo hice porque no me lleve un abrigo.

"Voy a mejor".

Así que cuando bajo la escalera noto que el frío aumenta.

"¿Que raro?".

Ahí es cuando noto la puerta abierta y mi corazón pega un brinco.

"Morí, listo" .

Pero enseguida veo una figura cerrar la puerta de la entrada y encender la luz de la sala, a la par que se quitaba una chaqueta negra de cuero.

Eso definitivamente, me deja paralizada no sé que hacer, no conozco a ese hombre.

No es nadie de la vigilancia porque siempre la Doctora Haitiana nos hace memorizar sus rostros y datos por si acaso...

"Si, por si acaso nos matan" pienso en modo paranoia.

Lo que puedo ver es un hombre de 1,80 aproximadamente con una espalda ancha, y brazos fuertes de... Piel morena caramelo.

"Curioso".

No puede ser estoy viendo un desconocido acomodarse en el lugar donde estoy residiendo y lo que hago es pensar que su color de piel me es "curioso".

Maravilloso, ya se lo que le voy a decir a San Pedro cuando vaya al cielo.

"yo llegué aquí, porque ví a un desconocido y en lugar de gritar e ir a buscar ayuda, me quedé embelesada" bello, fijo que me correrían del cielo.

Se está quitando un gorro que deja expuesto su pelo totalmente rulo, negro. Con unas ondas demasiado naturales, ni yo que tengo rulos se me ven así.

Tendré que preguntarle qué shampoo utiliza.

Y de repente se voltea y me ve.

Suelto un grito ahogado y el solo parece... Sorprendido.

Aunque en realidad la impactada soy yo, y no porque me haya visto si no porque su mirada...

Gris.

Tiene una mandíbula cuadrada, con una nariz recta, más unos pómulos un poquito definidos, cejas normales y pestañas largas, pero lo más impresionante es la combinación de todos esos elementos resaltando el color gris de sus ojos y de su piel caramelo. Haciendo a un hombre, imposiblemente hermoso.

"¿Cómo es que dios crea criaturas así y no avisa para ir a encargar o buscar una?" Me cuestiono.

Pero ese no es el punto, necesito respuestas porque el sigue siendo un extraño para mí.

—¿Quién eres? —pregunto con seguridad a pesar de que el miedo me está matando.

El sujeto, enseguida sale como de un sueño, y me examina de arriba a abajo, hasta que se detiene en mis pantuflas, que las tomé de Lucia.