Crisis de Estado (+18)

Mentira limitada

Chiara

Me despierto en la madrugada, aun adolorida por todo lo sucedido horas antes, me siento en la cama y busco a Dimitri, pero no lo veo, aun así sigo buscando en ella y cuando creo que noto a lo lejos una sombra, ocurre un destello de luz cerca de la ventana que me permite verlo. Donde hay una especie de mini columnas adheridas a la pared con unos cojines arriba, como una especie de asientos agregados.

Esta solamente vestido con un pantalón de chándal a la cadera, permitiéndome ver su torso completamente desnudo, detallando como tantas veces lo he hecho esa contextura de nadador y ese tatuaje en ruso que dice "siempre fiel" que se encuentra en su pecho; esta bebiendo por lo que puedo ver y está totalmente absorto en el panorama que le ofrece la ventana. Sumergido en sus pensamientos.

Porque aun no ha notado que lo estoy viendo.

Así que me le adelanto y expreso.

—¿Sabes que así caes en el cliché de los rusos? —Mi voz sale ronca y algo rasgada.

El se voltea y me mira con una sonrisa.

—Lo sé, pero es que no hay nada como beber un buen vodka en la madrugada —contesta viendo la bebida. Sube la vista—. pero hace rato no te quejabas de el.

Yo me rio, porque tiene razón; sin embargo el alcohol solo lo consumo en nuestros juegos personales, y en pequeñas cantidades, porque la verdadera emoción está en la antesala.

—Te lo concedo, pero —Me levanto de la cama, tal cual como dios me trajo al mundo y me encamino hacia el espacio a su lado—. no significa que me guste en su totalidad.

El detalla mi forma de caminar, cada ángulo de mi cuerpo, hasta llegar a mi rostro, donde se detiene.

—difiero, pero no voy a seguir discutiendo con una mujer que tiene la palabra "terca" tatuada en la frente—Me siento a su lado, cruzando las piernas. Pero cuando dice eso inmediatamente hago un gesto dramático— por mas buena que este—agrega alzando una ceja.

Me rio.

Este hombre definitivamente me conoce, sabia mi juego de tentarlo.

Pero a estas alturas que nos conocemos en todos los ámbitos, es de saber que no va haber ninguna sorpresa entre nosotros.

O eso creo hasta que le veo el rostro y sé que algo debe estar pensando.

—¿en que piensas? —pregunto.

—en Godric —responde.

Me volteo a verlo, ¿es en serio? acaba de estar en la cama conmigo y piensa en...

—Y en ti —agrega.

Frunzo el ceño no entiendo de que va esto

—aja y ¿por que piensas precisamente en Godric y en mi? —digo irritada.

Cuando estaba durmiendo, lo vi a él y sus ojos azules. Me decía tantas cosas hermosas que yo casi me las creía, hasta que se le cae la máscara y me mostraba una imagen cruel del mismo.

Yo sabía que no podía entregar mi corazón.

"Y porque la última vez que lo hice todo salió muy mal" pienso.

El se me queda viendo, claro me está analizando.

—Porque, ustedes tienen historias separadas, las cuales están destinadas a unirse, solo que —Le da un trago a su bebida—. no han querido. No quieren.

Me le quedo viendo.

—¿Por que dices eso? ¿Que te hace pensar que entre él y yo puede haber algo más que el arte de la guerra? — Exclamo entre irritada y confundida.