Era una mañana bastante fría de invierno, los vestidores de la escuela eran un congelador, nada ayudaba que estuvieran en Canadá. Fue una mañana bastante caótica, Fred había armado un escándalo porque Anthony lo estaba evitando. De forma de castigo se había llevado al menor a los vestidores, los cuales a esas horas por la mañana no había nadie. Empujó el pequeño cuerpo de Anthony a la pared haciendo que resonará por todo el lugar.
-Me pones muy mal.- gruñó Fred con voz ronca. Pasaba sus frías manos por el torso desnudo de Anthony haciendo que este estremeciera por el frío contacto en su piel.- Cada vez que me enfrentas en frente de toda la escuela.- este se acercó al cuello de Anthony y lo empezó a besar suciamente.
-Por favor no.- se trató de alejar de él pero Fred lo jaló del pelo, ahogó un grito.- D-duele.- lo agarro de la mano fuertemente haciendo que le quedaran marcas, se sentó en una banca y sentó al menor en su regazo.
-Lo se.- sonrió maliciosamente.- Me importa una mierda.- la situación subió de tono, ya era bastante comprometedora, Fred bajó sus manos a los glúteos del menor y los pellizcó.
Los ojos de Anthony se cristalizaron y sin darse cuenta empezó a gotear. Su cuerpo dejó de corresponderle, no se podía mover ni mucho menos defender, no sabía qué le pasaba. Sentía el asqueroso cuerpo de Fred encima suyo y no reaccionaba, ¿¡Que mierda le pasaba a su cuerpo!? Su mente lo estaba matando por no moverse, empezó a gritar una vez que pudo y se empezó a remover agresivamente.
Cada vez sentía más a Fred que empezó a inundarse los vestidores de agua, mientras Fred lo seguía tocando en sus partes el agua subía y subía, hasta el punto en el que el agua llegó hasta su cabeza. El agua se empezó a meter a su nariz y luego hasta sus pulmones. Se estaba ahogando.
Se despertó respirando agitadamente, se tocaba cada parte de su cuerpo para ver si había algo. Había sido un sueño. Después de haberse calmado se percató de que no estaba en su casa, se vio a sí mismo y vio que tenía el pijama de alguien más...de un hombre. Examinó el lugar y efectivamente era la habitación de un hombre. Pasaron mil pensamientos por su mente que solo empeoraron las cosas, entró en pánico y pensó lo peor.
Se levantó rápidamente de la cama y buscó desesperadamente un baño, corrió por todo el pasillo hasta que llegó a él. Y como si fuera rutina se tiró al suelo para poder vomitar lo poco que tenía en el estómago. Cuando terminó se recargó en la pared del baño, observó el lugar y notó que ya había visto ese baño antes. Era el baño de Louis.
¿¡Había tenido sexo con Louis!? El pánico que había sentido cuando se levantó volvió cuando se planteó esa idea. No, Louis no le pudo hacer nada, él no le haría nada, ¿No? Y como si lo hubiera invocado, el mayor apareció en el marco de la puerta.
-Anthony...- el menor al ver que no estaba solo entró en pánico, estaba muy confundido y su única reacción fue alejarse de él.- ¿Estás bien? No se por que vomitaste, ayer sacaste todo en la fiesta.- Anthony no se acordaba de nada.
-Louis y-yo...no q-quería.- Louis lo examinaba con suma atención.- P-perdón.
-No me pidas perdón, se que lo pasaste bastante mal.- el menor cada vez entendía menos.- ¿Lloraste?- se agacho para estar a su altura.- Dejame ayudarte.
-Louis.- este que había ido a mojar la toalla del lavabo para limpiarlo se detuvo a verlo.-Nosotros...t-tuvimos.- respiro profundamente antes de continuar.- se, s-sex- .- Louis lo interrumpió rápidamente.
-No.- Contestó Rápidamente.- Por supuesto que no, yo dormí en la sala.- el menor se sintió avergonzado por haberlo pensado, también por que Louis durmió en la sala.- No te preocupes, nunca te haría nada.- Anthony se tranquilizó un poco, respiró profundamente.
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Dos caras una moneda
RomanceAnthony decidió que necesitaba un cambio en su vida y se inscribió en un programa de intercambio en Canadá. Pensó que sería una oportunidad para escapar de la presión social y las expectativas de su vida en casa. Sin embargo, lo que encontró en Cana...