-F-Fred hay que hablar, yo creo que esto es un malentendido.- Michael balbuceo nervioso no sabía lo que estaba por suceder.- Por f-favor.- Fred acorraló a Michael pues su cuerpo se encontraba atrapado entre los brazos de Fred.
-Michael, Michael, Michael, creo que estas muy equivocado.- el pelirrojo sonreía de oreja a oreja con maldad. ¿En qué mierda se había metido? Comprendió al instante el por que Anthony estuvo en la necesidad de explotar un laboratorio para escapar.- Michael eres mío de ahora en adelante.- Fred lamió parte de su boca haciendo que este se estremeciera por completo.- Juntos, acabaremos con Louis y Anthony de una vez por todas.- Michael no podía permitirse seguir hiriéndolos, no después de todo lo que les había hecho. Tenía que pensar en algo.
-Yo, yo los aborrezco, te ayudaré a terminarlos.- mintió como bien sabía hacer, a pesar de que por dentro se estaba muriendo de miedo, tampoco es como si tuviera opción de decirle que no.
-Así me gusta, que seas obediente.- "Que puto asco" pensó Michael, tenía que deshacerse de ese bastardo.- Ya es tarde, putita, me voy a mi casa.- no sin antes pasar por última vez sus asquerosas manos por el culo de Michael y manosearlo suciamente. Michael nunca se había sentido tan usado.
Michael sentía un nudo en la garganta, sentía que iba a vomitar en cualquier momento. La cabeza lo estaba volviendo loco y el remordimiento del pasado de Anthony lo iba a matar. ¿Anthony había vivido ese abuso durante meses? Tan solo pensarlo le dolía el corazón. Se sentía mareado y comenzaba ver el suelo de las calles moverse, de verdad se estaba volviendo loco. Ahora más que nunca quería pedirle perdón a Anthony, quería contarle lo que le pasó, tenía que advertirle de lo que estaba por venir. Sin pensarlo dos veces se dirigió a casa del menor, todavía no era tan tarde y mientras menos tiempo pasara mejor.
Hacía ya tiempo en el que no visitaba esa casa, la nostalgia no tardó en aparecer. Toco el timbre mientras se preparaba mentalmente para lo que iba a decir, ¿Y si Anthony no lo recibía? ¿Y si se negaba a verlo? Su ansiedad no le dejaba tranquilo, pero después de unos momentos el mismísimo Anthony fue el que abrió la puerta. El menor se sorprendió al verlo y en un principio este tenía una cara de disgusto, la cual cambió al ver el estado de Michael.
-¿Michael lloraste?- fue lo primero que dijo, últimamente el castaño estaba muy raro y delicado.- Pasa.- el menor lo dejó entrar y lo llevó a su cuarto. A Anthony no le agradaba al cien tenerlo ahí pero no podía dejarlo así.
-Gracias... Por dejarme entrar.- dijo avergonzado mientras se quitaba gotas de su nariz con la manga de su brazo.
-¿Q-Qué fue lo que te pasó?- preguntó nervioso, él no solía tratar este tipo de situaciones. Para desgracia de ambos Michael se echó a llorar descontroladamente.- No, ¡No llores!- abrazo a su ex-amigo para tratar de calmarlo pero no pudo.
-¡Perdoname, de verdad lo siento mucho!- "Oh" Anthony sabía que ya lo habían hablado pero parecía genuinamente apenado.- ¡Fred me lo dijo t-todo!- le faltaba la respiración y suspiraba fuertemente.- E-El, él me lo dijo todo.- su voz se había roto por completo.
-Ya, ya, esta bien, Michael.- se acercó para abrazar a su ¿amigo?- Ya sucedió, no te preocupes por eso, tu no lo sabías y no tenias por que saberlo.- el menor lo intentaba calmar.
-Anthony ayúdame.- A Anthony se le destrozó el corazón al escucharlo.- El me quiere hacer algo, me dijo que sería su puta.- a el menor se le paró el corazón, no lo podía creer. ¿Por qué mierda Fred tenía que arruinarlo todo?
-Michael...- todos sus recuerdos de Canadá volvieron a su memoria, todas esas desagradables situaciones y lo horrible qué lo pasó. No podía permitir que le pasara lo mismo a alguien más.
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Dos caras una moneda
RomansaAnthony decidió que necesitaba un cambio en su vida y se inscribió en un programa de intercambio en Canadá. Pensó que sería una oportunidad para escapar de la presión social y las expectativas de su vida en casa. Sin embargo, lo que encontró en Cana...