Lo lamento, lo lamento muchísimo. Se que he estado mal cada que me entero de cosas que te han pasado y no he hablado contigo, se en las condiciones en las que te encuentras.
Perdóname por no ayudarte, por en vez de darte un consejo escribo sobre eso, lo siento. Como desearía que pudiéramos ser cercanos y que no tuviera miedo de hablar de esto contigo.
Ni siquiera sabes que yo sé sobre lo que estás pasando, y es muy difícil porque tú no te juntas con el tipo de personas como yo, y nunca lo harías. Si tan solo fuera tu amiga, podrías tener a alguien con quien respaldarte cuando no lo quieras hacer con tus padres, podría pasar tiempo de calidad contigo, podríamos divertirnos y yo te ayudaría.
Te ayudaría con todo lo que quisieras. Que fuéramos tan cercanos que tú no tuvieras miedo de contarme que la estás pasando mal, por lo menos sentirías la libertad de contarle a un amigo.
Se que estás tan aterrado de tu pasado, tienes tanto miedo de que lo descubran y sepan lo vulnerable y herido que estuviste, que se que harías cualquier cosa para ocultarlo. Perdóname por no tener el valor suficiente para acercarme a ti.
Lo siento por cada vez que llegabas a la escuela con los ojos marcados.
Los siento por cada vez que te mordías las uñas por la ansiedad.
Lo siento por cada vez que te morías de sueño en clase.
Lo siento por cada vez que ibas al baño a vomitar:
Lo siento por cada vez que llegabas sin desayunar.
Lo siento por no haberte ayudado.
Anthony, perdóname.
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Dos caras una moneda
RomansaAnthony decidió que necesitaba un cambio en su vida y se inscribió en un programa de intercambio en Canadá. Pensó que sería una oportunidad para escapar de la presión social y las expectativas de su vida en casa. Sin embargo, lo que encontró en Cana...
