Louis entró a su departamento y cerró con llave consecutivamente, suspiro fuertemente al ver su sala y encontrarla vacía. Acababa de regresar a Anthony a su casa después de haber asistido a la primera sesión de terapia. Se suponía que debía sentirse alivianado por que su novio por fin estaba siendo asistido, sin embargo estaba sintiéndose un poco vacío y había algo que no le terminaba de agradar y no sabia el que. Tal vez era por que su novio no estaba durmiendo como él creía, pero la verdad es que él pensaba y pensaba y tan solo no sabia por que se sentía así. Sumergido en su enigma emocional se dirigió a la cocina, fue a servirse un poco más de ese pay de pera que había sobrado más de la mitad. En vez de sentarse, se recargo en la barra y quedo viendo hacia la ventana, los rayos del sol anaranjados y dorados se paraban en su rostro mientras el mayor se quedaba absorto en sus pensamientos. Pero la verdad es que Louis no estaba pensando relativamente en nada en especifico, solo admiraba a la gente que pasaba por la calle y vivía su vida normal.
Pero no fue hasta que Louis volteo a ver a un estante donde se encontraba su planta mas querida, fue una de sus primeras plantas y la que lo hizo amar la herbologia. Era una planta hermosa y obviamente estaba en una maceta gris hermosa, realmente habías días que su humor dependía de esa planta. Y lo que hacía a esa planta especial, era que sus abuelos se la habían regalado justo antes de morir, de verdad le tenía un gran aprecio emocional. Un instantáneo pensamiento se apoderó de sus ideas, tal vez había sido muy anticipado pero en cuestión de segundos lo había decidido. Le iba a regalar esa planta a Anthony de cumpleaños, pues su cumpleaños se estaba acercando demasiado rápido y sabía que ese sería el mejor regalo posible.
El amor que le tenía a Anthony era tan grande que le podía confiar algo tan preciado como su planta. Solo imaginaba la reacción de Anthony al ver que le regaló su plantita más preciada. Solo Anthony merecía algo tan bello como él. Luego de pensar lo suficiente al respecto decidió tomar una siesta, pero no salió como lo previsto pues se quedó dormido y despertó hasta el día siguiente.
Ese fin de semana les dió tiempo a todos para pensar sobre lo que había pasado, Anthony le comentó a su madre que tenía que ir a sus sesiones para que le dieran el medicamento. Mientras tanto con su insomnio el luchaba para saciarlo al máximo, probó de todo tipo de método para dormir bien. Hasta dejó de tomar café por completo y empezó a tomar té para dormir. Nada de eso lo ayudó en lo absoluto por lo que solo le esperaba esperar a que su psicóloga le recetara melatonina o algo así. Recordó en verano lo bien que dormía, pues tenía a Louis a su lado.
El lunes por la mañana Anthony llegó agotado al colegio, pero sobre todo había algo que no le estaba agradando al cien por ciento. No sabría como explicarlo pero presentía como si algo malo estuviera por suceder. Se maldijo mentalmente pues la última vez que se sintió de esta forma, era todos los días cuando estaba en Canadá, siempre sintiéndose en peligro. Lo relaciono por que Fred estaba ahí, pero la verdad es que no podía hacerle mucho, se sentía muy inseguro y hasta sentía que tenía que estar vigilado en todo momento.
Louis notó la extrañeza en su novio cuando por fin lo volvió a ver después del corto fin de semana. Era de esas veces que se le notaba completamente perdido y hasta el ni siquiera sabía a qué se debía su comportamiento. Cuando le quiso preguntar al menor, este le respondió que no sabía a lo que se refería, que él estaba como siempre, dejando a Louis con un mal sabor de boca, o mejor dicho, un mal presentimiento. El mayor quería evitar cualquier acto de imprudencia por parte de su novio por lo que ese día lo siguió a todos lados como si de su sombra se tratase.
-¿Annie, dormiste bien?- preguntó genuino Louis, buscándole una explicación a su comportamiento nihilista.- ¿Quieres dormir un rato?
-No tengo nada Lou, gracias.- ni muy frío, ni muy grosero, neutro. Pero eso era aterrador porque no sabía qué significaba.
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Dos caras una moneda
RomanceAnthony decidió que necesitaba un cambio en su vida y se inscribió en un programa de intercambio en Canadá. Pensó que sería una oportunidad para escapar de la presión social y las expectativas de su vida en casa. Sin embargo, lo que encontró en Cana...