Era una noche silenciosa, lejos del ruido de la ciudad y donde sobresalía una aparente calma.
Ambos se encontraban abrazados, bailando una canción lenta y con un volumen considerable en medio de la oscuridad de la habitación.
Taeyong estaba más que feliz, su día fue más que perfecto, Doyoung había vuelto a sonreírle como tiempo atrás y de nuevo le permitía acercarse con total tranquilidad, sin necesidad de pelear o tener que obligarlo. Por fin aceptaba nuevamente sus caricias y besos.
Este era Doyoung, su Doyoung, al que tanto había extrañado, al que anhelaba desde lo más profundo de su ser, el que lo amaba y lo aceptaba sin importar lo que sucediera y con quien quería terminar sus últimos días.
¿Y Doyoung?
Ya no quería sufrir más, estaba agotado física y mentalmente. Su cabeza era una guerra asfixiante de pensamientos y emociones, de distinguir la realidad y la fantasía, la verdad y la mentira.
Había soñado que estaba en un hermoso jardín lleno de flores y colores brillantes. Se encontraba sentado y abrazado a YoonOh encima de una silla colgante con cojines, observando con una gran sonrisa como sus 3 hijos corrían, jugaban y se divertían. Todo se sentía tan bien, tan reconfortante.
Y luego despertó.
En su mente les pidió perdón por aferrarse a ellos.
Algunas lágrimas brotaron de sus ojos
Claramente no podía recordar los rostros de sus hijos porque no existían. A YoonOh lo recordaba, pero ni siquiera tenía claridad de quien era en su vida. Tal vez era cierto que él estaba equivocado y Taeyong tenía razón, o al menos eso estaba decidido a creer a partir de ese día.
Lo que más deseaba era poder sentir calma y paz en su interior, ansiaba recuperar la tranquilidad que le fue arrebatada hace muchos años.
- Amor ya encontré un lugar en el que podemos vivir. Formaremos una familia, lejos del caos y de todas las personas que nos han hecho daño. - Besó su cabeza con delicadeza.
Taeyong no permitiría esta vez que nadie interfiriera en su felicidad. Había tomado decisiones que fueran acertadas o equivocadas, lo llevarían a cumplir su sueño de tener un hogar con el amor de su vida. Porque por más que Taeyong le haya hecho daño a Doyoung, no había duda de que lo amaba con todo su corazón, sin él, su vida sería un sufrimiento eterno sin sentido alguno.
Y ahora era el momento ideal para cumplir ese sueño.
¿Y los demás?
Se encargaría de ellos al día siguiente.
- Dr. Jung está es mi casa.
Yuta al abrir la puerta le pidió que entrará y se sentará en uno de los sillones de la sala, en tanto él iba al segundo piso.
Pasaron varios minutos, pero nada que aparecía, YoonOh estaba un poco desesperado ¿y si todo era una trampa?
Decidió que lo mejor que podía hacer era marcharse, ni siquiera sabía porque le pareció buena idea hacerle caso al mellizo del peor ser humano que había conocido en su vida. Probablemente sea el efecto de las pastillas pensó.
Se dirigió hacia la salida, cuando escuchó el sonido de personas bajando por las escaleras, volteó para saber de quienes se trataba y quedó estupefacto al ver lo que estaba ante sus ojos.
- ¿Qué...? - No podía articular palabras, tenía la boca un poco abierta. Su corazón latía a mil.
Yuta tenía a alguien en sus brazos, a su lado estaba otra persona que sostenía una bala de oxígeno, a él lo había visto en una ocasión.
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Acuchilla mi cordura (NCT) JaeDo Dojae
FanfictionEl prestigioso médico psiquiátra Jung Yoon Oh de 27 años, llega al Hospital psiquiátrico de Seúl para atender a los pacientes más complicados, en especial, aquel muchacho que fue capaz de asesinar a su familia a sangre fría y provocar un suicidio. ...