Capítulo 24. Fuera de control

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Gritos de espanto era lo único que podía escuchar, no entendía tampoco el motivo ni lograba ubicar de donde provenían, se esforzó por hacerlo, pero le era imposible, porque su realidad era que en ese momento no veía nada, pues todo para él era de color negro.

Sin embargo, pasado un tiempo, no sabe con exactitud cuánto, todo se volvió tranquilo, todo era como silencio sepulcral, que no le transmitía tranquilidad, más bien le producía horror y lo agobiaba.

Pero entonces escuchó el llanto de una persona a la que él perfectamente conocía muy bien, es la persona que ama desde lo más profundo de su ser, pero que parece estar sufriendo y en una agonía que lo martiriza.

-No por favor, no lo hagas.- Suplicaba con desesperación.

Doyoung...- trató de encontrarlo pero no lo veía- ¿Dónde estás amor?

....

Amor...

El silencio volvió y se quedó un largo tiempo.

Su cabeza pesaba y mucho, algo definitivamente le molestaba, se movió un poco, entonces lentamente fue abriendo sus ojos.

Lo primero que vió fue un techo blanco, volteó su cabeza y las paredes eran blancas, conocía este tipo de lugares, pero no estaba seguro de porque él estaba ahí.

Se sentó de golpe con gran confusión ¿en qué lugar se encontraba?

Miró la ropa que tenía y estaba con una camiseta blanca y un pantalón blanco. Aterrado se bajó de la cama y se puso de pie cuando sintió un gran dolor en sus músculos, como si estuvieran atrofiados, observó sus muñecas y tenía marcas de correas en ellas.

-¿Pero qué carajos es esto?- Dijo en voz baja estando en shock.

Entonces una persona se le vino a la mente, Doyoung.

Aún con el dolor que sentía en sus músculos, como pudo se dirigió hacia la puerta a toda prisa, pero no había una manija o algo para abrirla, comenzó a patearla aún con el dolor que sentía, pero esto no parecía funcionar, por lo que siguió pateándola con más frustración.

Entonces sintió que alguien desde afuera se acercaba y esa persona abrió la puerta entrando al lugar.

-Tú ¿Qué haces aquí?- dijo sorprendido pero sin cortesía alguna.

-Veo que ya estás mejor YoonOh, me alegra que hayas pasado tu crisis.

-¿Mi crisis?

-Si.

-Es broma ¿A qué estás jugando?

-No estoy jugando a nada.

-Por favor Taeyong ¿por qué estás vestido de médico?

-Soy tu médico psiquiatra YoonOh

El mencionado comenzó a reírse como si en verdad estuviera loco.

-¿Acaso estás demente?

-YoonOh solo intento ayudarte...- fue interrumpido cuando el más alto lo acorralo violentamente contra una pared con su brazo en el cuello ajeno.

-Escúchame no tengo tiempo para averiguar lo que estás tramando y ya se quién eres, así que no juegues conmigo. Necesito ver a Doyoung.

-YoonOh cálmate. Yo no soy tu enemigo, solo quiero que superes lo que precisamente le pasó a Doyoung.

-¿Qué le pasó a Doyoung?- preguntó aterrorizado.

-Odio tener que recordártelo cada vez que no vemos pero... tú sabes que él está muerto.

Muerto...

NO, ESO NO ES CIERTO!- gritó apretando más el cuello, Taeyong apenas si podía respirar. –No sé qué hiciste pero no te perdonare. – lo soltó finalmente, el más bajo se agachó tratando de recuperar el aire.

-Tienes que aceptar lo que le hiciste para que comiences a asumir la realidad y puedas recuperarte.

-¿Lo que le hice?

-YoonOh tú lo asesinaste.

El castaño palideció, sintió su cuerpo frío y perdió el equilibrio cayendo al suelo. Comenzó a mover su cabeza negando lo que le acababa de decir Taeyong.

-NO, NO, NO, NO, NO, TU MIENTES.

Y así continuó por unos minutos.

-YoonOh...- se acercó para tratar de ayudarlo, pero el castaño le quitó la mano con brusquedad.

-Según tu ¿cómo fue que yo lo mate?- espetó con ira.

-Recuérdalo por ti mismo.

-Obviamente no puedo.

- Cuando vivías con él, una noche mataste a tu mamá y al padre de Doyoung. Luego... YoonOh tú lo apuñalaste varias veces también a él, tuviste un episodio de esquizofrenia muy fuerte y este fue el resultado, cuando te diste cuenta de lo que habías hecho te perdiste de la realidad, a veces vuelves a tus sentidos, pero luego se van, aunque lamentablemente siempre es peor su regreso.

YoonOh no dijo nada, simplemente se quedó en silencio mirando hacia un punto de la pared.

De repente se levantó del suelo, se dirigió hacia Taeyong, lo miró fijamente a los ojos por unos segundo y entonces lo tomó del cuello de la camisa, lo empujó con toda su fuerza contra el piso y se abalanzó sobre él dándole puños en la cara.

-¡NO TE CREO NADA MALDITO MANIPULADOR!- Le gritó en la cara con toda la furia que tenía en su interior, parecía un completo desquiciado. -¡NO SOMOS TUS MALDITAS MARIONETAS!

Deseaba asesinarlo lentamente, escupirle, quemarlo y que solo quedara hecho polvo. Este no era el YoonOh que él mismo creía recordar, pero si Taeyong quería un paciente loco eso tendría.

Fue cuando unos enfermeros y un médico psiquiátrico entraron para detener a YoonOh antes de que matara a Taeyong. Ambos enfermeros lo agarraron de cada uno de sus brazos. Pero quedó aún más desconcertado cuando observo al médico, pues YoonOh lo conocía, era Hansol.

-Aplíquenle un tranquilizante y amárrenlo.- dijo con frialdad.

-Esto no se va a quedar así.- fue lo último que dijo antes de perder la consciencia.

Ahora todo era un completo desastre.

Comentarios

· ¿Qué creen que este pasando realmente? Ni yo misma lo sé, bueno si sé porque soy la escritora. ¿Qué pasara ahora?

· No me demore esta vez tanto en actualizar, igual espero acabar el fic antes de junio.

· Gracias por las lecturas, votos y comentarios. Besos ♥

Acuchilla mi cordura (NCT) JaeDo DojaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora