Capítulo 20. Protégelo

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Cuando despertó sintió un fuerte dolor de cabeza, miro a los alrededores y no lograba ubicar el lugar en el que estaba, entonces vio al hombre dormido tendido a su lado y entonces las imágenes llegaron a su cabeza, era un chico de cabello negro, tez blanca, alto y delgado, tenía un parecido a Doyoung, pero no era tan bonito como Doyoung, probablemente estaba tan borracho que vino con este extraño a tener sexo imaginando que era él, pero la realidad lo golpeo duro y se sintió vacío, salió de la cama en silencio, se vistió y se marcho. Cuando entro al apartamento que había alquilado, se lanzo de espaldas a la cama, dio un fuerte suspiro y los pensamientos empezaron a inundar su cabeza, se sentía un fracaso total, había dicho que solo se demoraría un mes para hallar pruebas que mostraran que Doyoung será inocente, pero habían transcurrido casi dos meses y no había encontrado una pista importante y para ser sincero consigo mismo probablemente no descubriría nada.

Se encontraba en Japón, donde se supone que había información sobre la familia de la madrastra de Doyoung, pero esto resulto ser irrelevante, se trataba de una hermana de la madrastra, YoonOh había tenido la esperanza de que la mujer le hablara de sus sobrinos, decirles sus nombres y que le diera datos del que estaba vivo, pero la mujer comento que no había visto a su hermana por más de 30 años y por consiguiente no sabía ni el nombre de sus hijos, ni siquiera sabía que había que había enviudado, que se había vuelto a casar y que había sido asesinada, le sorprendió la noticia pero también comento que "se lo merecía por desgraciada".

Era increíble que encontrar dos nombres fuera tan difícil, es como si los hermanastros nunca hubiesen existido, nadie daba una mínima pista de ellos y eso era realmente frustrante.

Tampoco podía dejar de pensar en Doyoung, en su mirada cuando le dijo que terminarían con lo que sea que tuvieran, lo había lastimado enormemente y ni siquiera había llamado a preguntar cómo se encontraba de salud, pero tal vez era lo mejor para los dos, tal vez debería alejarse definitivamente, así que lo mejor que podría hacer es mandar su renuncia por correo electrónico y desaparecer.


-¡Han pasado casi dos malditos meses y no le han podido practicar el aborto a Doyoung!- hablo el hombre colérico caminando de un lado a otro mientras jalaba su cabello de frustración, su mirada lo decía todo, estaba perdiendo el control de si mismo y podría desquitarse con alguien en cualquier momento.

-Las cosas se han complicado demasiado, tu sabes que algo externo lo esta impidiendo.

-Pues entonces tendré que hacerlo con mis propios métodos, pero ese niño no nace o me dejo de llamar....

-No vayas a hacer algo estúpido, eso nos pondría en la mira.

-¿Qué tal si acusamos al Dr. Jung de abuso sexual a una persona que no está en sus facultades mentales? Seguramente le practicarían el aborto a Doyoung y asunto arreglado.

-Porque eso podría implicar otro tipo de investigaciones que no nos convienen, no solo sería acusarlo, hablarían con Doyoung y aunque no esté bien mentalmente, entrarían a investigar su vida y su familia- enfatizo en la última palabra.

-Definitivamente me toco actuar a mí.

-Ten cuidado, se te podría ir la mano y no solo perjudicarías a la cosa que lleva dentro.

-Lo hago también por él, los bebés no le hacen bien, estoy casi seguro que si Doyoung se entera, él mismo se lo sacaría.- dijo muy pensativo como si una idea brillante se hubiese cruzado por su cabeza

-Detente con lo que seas que estás pensando.- se levanto el otro desafiante.

-Tú también.- dijo casi burlándose del otro.

-¿Yo también?

-Nada.- dio media vuelta y se fue.


El sonido de su celular lo despertó, había decidido beber en su habitación y ni siquiera se dio cuenta cuando se quedo dormido, era un número desconocido, por lo que decidió no contestar y lo dejo a un lado, pero el celular volvió a sonar, era el mismo número, lo rechazo de nuevo, pero este no dejo de timbrar.

-¡¿Quien habla?!.- Contesto de mala gana.

-Así que emborracharte es tu mejor manera de ayudar.

-¿Disculpa?- pregunto desconcertado.

-Pensé que eras un buen sujeto y lo deje en tus manos, pero eres un fiasco.

-No le entiendo.

-¿Quieres una pista gratis?

-¿Con quién carajos hablo?

-Dime si la quieres o no.- dijo la voz de un hombre un poco irritado.

-Si- dijo no muy convencido.

-Pero tienes que prometer que no dejaras solo a Doyoung y lo cuidaras.

- ¿Cómo sabes de Doyoung?

-Se muchas cosas.

-Yo....no sé si pueda.

-Si no lo prometes no te digo nada-YoonOh se quedo en silencio por unos segundos pensando en lo que debía responder ¿quién era este sujeto y cómo supo su número?

-Está bien lo prometo.

-Están demasiado cerca de Doyoung.

-¿Quiénes?

-Bueno no se encontró el cuerpo del hermanastro porque simplemente no hay cadáver, ambos son cómplices pero no por amor, o por lo menos no el fraternal.

-Es decir que los dos están vivos.

-Otra cosa, Doyoung corre peligro, no permitas que le vuelvan a hacer lo mismo, no permitas que les hagan daño porque esta vez podría ser definitivo, no estoy de acuerdo con lo que le hiciste, de hecho me lastima, pero protégelo aunque el mismo quiera destruirse.

-Espera un momento- su preocupación aumento.

-Buena suerte y adiós.


Comentarios

· La verdad pensé que iba a concluir esta historia con mayor facilidad pero una cosa lleva a la otra y a la otra y a la otra y a la otra y a la otra y ....en fin. Creo que debería dejar de decir que una historia va a ser corta, ya me ha pasado con otras, pero creo que con la única que cumplí fue con Sombras.

· Les agradezco mucho su apoyo, espero que no se estén aburriendo con este fic, gracias por los votos, lecturas y comentarios. 

Acuchilla mi cordura (NCT) JaeDo DojaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora