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~NAT~

─ ¿Cuánto falta para que lleguemos? ─pregunta Ed impaciente desde el asiento trasero.

─Casi estamos allí ─lo tranquiliza Liz mientras da un giro a la derecha.

─Está tomando demasiado tiempo ─se queja─. Y yo no me siento b... ─la última palabra sale como una arcada antes de vomitar.

─Oh, Dios ─grita Liz y frena de golpe, antes de salir del carro para llegar a él.

─Ed ─le dice en cuanto abre su puerta.

─Estoy b... ─él vuelve a vomitar.

─ ¡Servilletas! ─me ordena ella mientras se adelanta a agarrar su frente.

Yo me apresuro a pasárselas e inmediatamente comienza a limpiar a su hermano.

─Dime la verdad, ¿cómo te sientes? ─le pregunta con ternura.

─Mareado ─reposa la cabeza sobre su regazo─. Solo quiero ir a casa. Nuestra casa, no a la de ese chico que está dando una fiesta.

Una leve sonrisa aparece en los labios de Liz antes de hablar.

─ ¿Sientes que vas a seguir vomitando?

Ed asiente y ella acaricia su cabeza.

─Me quedaré con él ─me dice─. ¿Crees que puedas llevarnos allí lo más rápido que puedas?

─Por supuesto ─me cambio de asiento de inmediato y hago lo que me dice.

***

En cuanto llegamos a la casa, ayudo a Liz a llevar dentro a Ed, el cual ni bien lo dejamos en el sillón, se apresura al baño a vomitar.

─Estoy bien ─dice inmediatamente cuando sale y su hermana lo aborda─. Solo quiero dormir ─se vuelve a dejar caer en el sofá y queda inconsciente al instante.

Ella suspira.

─De acuerdo, me encargaré de él mañana. Ahora tengo que limpiar el carro.

Me acerco a ella y masajeo sus hombros.

─De ninguna manera, yo me encargaré de eso.

─Nathaniel...

─No, no, no ─la dirijo hacia la escalera─. Ha sido demasiado, necesitas descansar. Yo me encargaré de todo y me quedaré a cuidarlo ─señalo con mi cabeza a Ed.

Se gira para quedar frente a mí.

─ ¿Estás seguro?

─Totalmente ─sonrío─. Ahora ve.

─Gracias ─se impulsa sobre las puntas de sus pies y me da un beso en la mejilla antes de salir corriendo hacia arriba.

─No hay de qué ─toco mi mejilla y sonrío como un idiota.

***

Número Desconocido

¿Dónde estás?

Frunzo el ceño ante el mensaje que me acaba de llegar porque no conozco el número remitente.

Yo

¿Quién eres?

Número Desconocido

Soy Elizabeth.

Copié tu número del celular de mi hermano.

Ahora responde.

Sí, señora, pienso con una sonrisa e inmediatamente agrego su número a mi lista de contactos.

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