~NAT~
Cinco días.
Elizabeth me ha estado evitando por cinco malditos días y no tengo jodidamente idea de porqué.
Lo único que hice desde que la conocí fue coquetear un poco con ella, o quizás en realidad fue demasiado y le pareció desagradable y molesto.
Pero, no, todo estaba bien.
He estado recapitulando todo, desde que ella regresó a su casa el sábado por la noche y yo la consolé, luego cuando la llevé a mi casa y hablamos cuando ninguno de los dos podía dormir. Al día siguiente cuando me desperté y no estaba porque había ido a trabajar y luego cuando fui con Edward allí, estaba feliz de vernos.
Después de eso Ed se fue con esa chica, Tessa, creo, y me quedé para llevar a Liz a su casa una vez que salga, y creí que eso era lo que pasaría, pero se terminó yendo con ese tal Alex y lo ha hecho todos estos días que yo he tratado de hacerlo.
Maldición, ni si quiera conozco al tipo, pero lo detesto. Sobre todo esa sonrisa engreída que tenía cada vez que ella lo elije sobre mí para irse a su casa cuando a mí a duras penas me ha dirigido la palabra, por simple cortesía y también porque muchas de esas veces Ed estaba ahí.
Cubro mi cara con una almohada y gruño.
Quizás suene estúpido, pero la extraño, jodidamente la extraño.
Mi celular comienza a sonar, y a regañadientes lo alcanzo y contesto.
─ ¿Qué? ─digo refunfuñando.
─Wow, ¿estás bien? ─pregunta Ed al otro lado de la línea.
Suspiro y lanzo la almohada lejos antes de incorporarme y sentarme, apoyándome sobre el espaldar de la cama.
─Sí, lo siento, es que acabo de levantarme y no soy una persona mañanera ─miento y recojo mis piernas contra mi pecho.
─De acuerdo, pero apúrate.
─ ¿Apurarme? ─inquiero.
─Sí.
─ ¿Para qué? ─insisto.
─Es sábado ─me dice.
─Gracias por el recordatorio ─le digo con sarcasmo.
─Vamos, hombre, no puede ser que te hayas olvidado.
─ ¿Olvidado de qué?
─ ¡MARATÓN DE HARRY POTTER! ─grita con demasiado entusiasmo para mi gusto.
Maldije internamente.
─Ed, yo no creo que...
─No puedes no venir ─me reprende─. Liz trabajó el fin de semana pasado y toda esta semana para poder tener libre.
La simple mención de su nombre duele, pero quiero verla, jodidamente la quiero ver, incluso si ni si quiera iba a hablar conmigo más que monosílabos.
─De acuerdo, estaré allí en diez minutos.
─Genial ─dice feliz y cuelga.
Un poco más animado, me levanto, voy al baño, me lavo la cara, los dientes y me cambio a algo simple como una camiseta sin mangas, unas bermudas y Vans antes de bajar.
─Buenos días ─le digo a mi mamá cuando la encuentro en la sala y le doy un beso en la mejilla.
─Buenos días, princesa ─me acerco a Cloe y le doy un beso el cual ella responde con unas risitas.
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Intense
Teen FictionEn esta historia veremos la manera en la que Elizabeth sobrelleva el acontecimiento que marcó su vida y la de su hermano; así cómo desde la llegada de Nat, por primera vez en mucho tiempo comienza a sentir que puede volver a tener su vida de regreso...