~LIZ~
Acostada sobre mi vientre en la cama, con un brazo metido bajo la almohada donde mi mejilla descansa, y el otro brazo doblado a mi lado, poco a poco me fui despertando al sentir un toque como una pluma sobre mi cadera y abajo hacia la curva de mi trasero.
Me muevo un poco inquieta, abriendo mis ojos, e inmediatamente soy cegada por la luz brillante que entra inundando la habitación.
Gimiendo, cierro los ojos y trato de acurrucarme. En realidad ni si quiera recuerdo haberme quedado dormida. Supongo que lo hice en algún momento de mi charla con Nat.
¡Nat!
Abro los ojos de golpe y me doy cuenta de que estoy acostada con él en su colchoneta. ¿En qué jodido momento me bajé? Quién sabe, pero al parecer lo hice en medio de la noche, y wow, todo su frente se halla al ras de mi espalda, y no solo eso, una de sus piernas se encuentra entre las mías, y su brazo se envuelve alrededor de mi cintura. Y por la manera en la que su cálido aliento agita el cabello de mi sien y baila a través de mi mejilla, nuestras cabezas tienen que estar compartiendo la misma almohada.
Y se siente tan bien.
Ahora entiendo porque quería acurrucarme mejor, el calor de su cuerpo había creado este cómodo capullo del que no quiero desprenderme, pero me acuerdo que esto está totalmente fuera de lugar.
Sobre todo porque aunque Nathaniel siga dormido, hay una parte de él que está totalmente despierta.
Realmente despierta.
Expulsando una respiración profunda, comienzo a alejarme de Nat y a salir de la cama.
Este protesta en su sueño, pero no se despierta.
Suspiro aliviada y ruego que no se haya dado cuenta en ningún momento de que había estado durmiendo con él.
Y espero que Ed no se entere tampoco, me matará si lo hace.
¡Ed!
Dios, tengo que ir y hablar con él. Si lo obligué a hablar conmigo ayer, ahora tengo que obligarme a mí misma a hacerlo.
Silenciosamente agarro mis zapatos, mi bolso, guardando allí mi libro, y me voy a mi casa.
Con mis plataformas guindando en mi mano, entro y cierro la puerta detrás de mí, encontrándome con Ed frente a frente.
─Yo... ─empiezo.
─Dormiste en la casa de Nat, lo sé.
─Sí, pero...
Niega con la cabeza.
─Está bien, él habló conmigo. La verdad es que me quedé más tranquilo de que te hayas quedado con él.
─ ¿En serio? ─le pregunto sorprendida.
Mi hermano asiente.
─Sí, y... ─vacila mientras rasca su antebrazo─. Lo siento. Realmente lo siento. Ayer fui más que un imbécil contigo.
─Lo fuiste.
─Lo sé ─suspira─. Por eso prometo que todo va a cambiar. Yo voy a cambiar.
─De acuerdo ─le digo simplemente y camino hacia la cocina, arrojando mis zapatos y mi bolso sobre el mueble en el proceso.
─ ¿No me crees? ─inquiere, viniendo detrás de mí.
Lo enfrento.
─Me has dicho lo mismo miles de veces y nada ha cambiado. ¿Qué sería diferente ahora?

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Intense
Teen FictionEn esta historia veremos la manera en la que Elizabeth sobrelleva el acontecimiento que marcó su vida y la de su hermano; así cómo desde la llegada de Nat, por primera vez en mucho tiempo comienza a sentir que puede volver a tener su vida de regreso...