México murió repentinamente en 1945 después de la Segunda Guerra Mundial.
Todos los países del mundo le hicieron un honorable velorio en su memoria.
CDMX se hace cargo del país.
En una noche dentro de la pirámide de Chichen Itza aparece una persona...
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México paso la noche y durmió debajo de la estatua que le ''representaba'', se cubrió con sus alas usándolas como cobijo. Ah-Puchsihuanatl por su parte tuvo que irse ya que aun debía reparar los daños que había ocasionado el mexicano contra la diosa Ixmukané, en su camino a través de las sombras vio que en una plaza, no muy lejos de donde se encontraba México descansando, se topo con una enorme multitud de personas gritando en contra de los descendientes de México exigiendo respuestas de lo que ocurrió mas temprano en la mañana. Estos no sabían que responder y solo se dedicaban a contestar a preguntas que si sabían, uno de ellos se desespero por la presión de la gente y se refugia en un parque desolado.
Ese estado se trataba de Morelos, el cual frustrado con lo que pasaba se va al parque y desahoga con un árbol dándole patadas y puñetazos haciendo que ramas y hojas cayeran al suelo.
─Si que te pareces mucho a tu padre─ dice la Ah-Puchsihuanatl a espaldas de Morelos, este se voltea y se asusta al verlo de nuevo ─Tranquilo, no pienso hacerte daño.
─¿Qué es lo que quieres? ¿¡Qué es lo que le hiciste a mi padre!?─ interroga altanero el morelense.
─Wow, si que heredaste lo impaciente como para gritarme─ dice Ah-Puchsihuanatl a Morelos con un toque de gracia en sus labios por el parecido entre padre e hijo ─Lo que yo quiero es venganza y como tu padre me pidió un favor el me debe un favor. Se podría decir que somos socios.
─¿Que clase de favor te pidió mi padre como para invocar a un monstruo como tu?
La deidad borra por completo su comprensiva sonrisa, Morelos se pone nervioso y mas cuando se percata que entre los arboles había búhos, cuervos y lechuzas mirándolo fijamente.
─Mas vale que tengas cuidado por como te diriges a mi muchacho─ advierte la deidad ─Y con respecto al favor que me pidió tu padre no creo que puedas digerirlo.
