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Capítulo veinte

Para que una relación sea estable es preciso que los dos componentes de la pareja estén dispuestos a mostrarse mutuo apoyo tanto al surgir acontecimientos traumáticos que provocan un vuelco en nuestras vidas como en las pequeñas situaciones de estrés de la vida diaria." JOHN GOTTMAN

—¿Entonces tu padre aparecerá justo ahora? — preguntó la tímida chica mientras engalanaba su vestido color azul turquesa con un estampado de finas flores rosas que la brisa levantaba al pasar sutilmente por en medio de sus erizadas piernas.

—Tiene sus motivos para estar aquí, es una más de mis provocaciones. – respondió liam a la pregunta de la chica a su lado.

—Este lugar creo haberlo conocido, pero no sé en qué parte de mi cerebro se encuentra el recuerdo donde estoy en este lugar. —quizás es un dejavú.

—Si piensas bien puedes recordarlo. — me alarmé cuando Nataly dijo conocer el lugar.

Nataly pensó con detenimiento todas las probabilidades de haber estado en dicho lugar y cada vez se reducían aún más, una por una era descartada, sus padres casi no frecuentaban lugares así, además, el tiempo que le limitaban no era mucho como para salir a pasear en familia, y tenía la certeza de no haber frecuentado este lugar con su amiga Loren o Samuel, así que, la idea se descartó por completo quedándose solo en un mal recuerdo qué tal vez no era su recuerdo. Era el recuerdo de alguien más.

— Estoy casi segura de que no he venido a este lugar, pero...

— ¿Crees que era necesario tal idiotez? —se escalfaron cuando la voz se hizo presente entre ellos, una voz tan fuerte e imponente, majestuosa y con razones de ira.

— Al parecer es la única manera de llamar tu atención.

— ¿Cuándo dejarás de comportarte como un niño? —preguntó Arturo a su legítimo hijo, digno de las travesuras más exasperantes, y desobediencias más seguidas. Parecía que si no lo hacía perdería su buen nombre.

— Cuando dejes de tratarme como uno ¿tal vez? —se intensificaba la fuerte discusión de padre e hijo en medio de la joven chica que solo pretendía conocer a él que era su ¿suegro? Se preguntaba cómo se le diría en su mundo. Solo se limitaba a escuchar las fuertes indiferencias que creía que solo eran exageraciones de su amado novio.

La majestuosa imagen que se dibujó en el cielo después de que la extravagante voz rebasara el aire fue la tapa que rebasó el vaso de la poca fe que tenía por lo que sus ojos no podían ver. Estupefacta la chica apenas lograba mirar con detención si lo que sus ojos presenciaban terminaban de ser tan real y no una alucinación.

Se encontraba sentado el padre de Liam. Con esas auras de realeza, su físico no estaba tan deteriorado a pesar de los años que su gran barba ya canosa le delataban, esos mismos preciosos ojos azules concentrados que Liam poseía, su mirada característica con el don de poseer lo que tienen al frente, su padre la usaba para dar ese sentir de un rey, Liam para intimidar a su presa, ¿Cómo eran tan diferente siendo casi iguales? su expresiva y fina cara llenaba de tranquilidad aquel lugar armonioso, su frente con muy pocas arrugas, cejas delgadas y un poco separadas, sus manos ágiles se encontraban haciendo presión al costado de su asiento, mirándose muy desesperado. Cabellos sedosos con un color natural rubio que al parecer poco a poco perdía su color, llegando a tomar su nuevo color al pasar de los años, un cuero cabelludo blanco como la nieve, a los que todos decimos por decencia canas.

Alrededor del lugar desde donde se encontraba Arturo irradiaba tranquilidad y a su misma vez una luz característica de lo que pueden ser estos lugares, como debía de ser un lugar digno de un rey comparándose a su carácter calmado, incluso si fuese Liam que probara su paciencia cada Micro segundo, "Calma, todo se consigue con calma..." dijo STEPHEN KING una vez en su libro llamado MISERY, la calma no es la solución, pero si te ayuda a canalizar tus emociones, esa era la frase que repetía Nataly en su mente mientras padre e hijo buscaban a destrozarse entre ellos.

CUPIDO LE TEME AL AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora