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Capítulo siete

- Lo siento, pero fue un desliz de mi memoria, es algo complicado y va a sonar estúpido. Como todo lo que es mi vida en este preciso momento. -Me tengo que salir de este lío a como dé lugar, me va a descubrir todo, pero ¿¡qué palabras dije!? Uno de mis diferentes talentos mortales es hablar sin pensar y de hecho acabo de sacar a flote uno. No pude contenerlo ella es igual a mí y no pude detenerme, le platiqué sobre las citas de libros que usaba para sentirme un poco más intelectual que el resto, pero ella leía también y fue algo interesante el hecho de hablar con alguien así, pero por ese mismo hecho estoy a punto de echar todo por la borda. -

- ¿Qué es? dilo, no le des lugar a los nervios. - Tenía ese rostro en el que se podía percibir una perfecta desesperación, esperaba con ansias esa estúpida respuesta que no tenía ni las más mínimas ideas de donde la iba a lograr, esperaba tal respuesta como si dependiera de una solución para sus problemas. COMO SI HUBIERA SOLUCIONADO ESE PROBLEMA LLAMADO LIAM -

- ¿Crees, en las personas que ven el futuro y así mismo pueden viajar al pasado? - Aquí vamos, diré algo loco para salir de esto, pude ver esa mueca de confusión, queriéndome decir con la mirada que no tenía una jodida puta idea de lo que trataba de decirle. - Es que, mientras estabas allí arriba, pude viajar al futuro y pude apreciar esta charla sobre cupido y todo eso, así que indagué un poco en tu pequeña repisa de libros y aprecié unas notas sobre frases que tenías allí, vi que esta era la más apropiada para la conversación y procedí a decírtela, así esperando ganarme tu aprobación. - cuando dije tal estupidez, ella bajó su mirada y volvió a sentarse en los cómodos muebles sin moverse ni inmutar una sola palabra, el silencio reinó una vez más, y pude ver su cara sombría de decepción, no quise decir nada al respecto, porque al igual que ella, se que todo lo que dije fue una completa barrabasada, que solo un demente diría, y en este caso creo que en eso es lo que me he convertido al decir eso, la vergüenza me va a matar, no quiero estar aquí, no merezco ser llamado Liam London, he puesto en ridículo mi vida. Aunque no sería tan descabellado decir que un ángel semidiós puede viajar al pasado o ir al futuro, pero este no sería mi caso, no puedo hacer ese tipo de cosas tan descabelladas, pero mi sola presencia en la tierra ya es una locura. -

- Sí, claro que más podría esperar de ti. - Persistía en tener su mirada clavada en la fina y delgada tela de su bata, noté su decepción y que vergüenza que me vea como un estúpido siendo un idiota. - has perdido la memoria, así que dices cualquier estupidez. - Me bajó los ánimos, por un momento pensé que me pediría que me largara y era una petición justa de su parte. -

- ¡Espera! ¿Por qué me tratas así? – No quería ver esa expresión en su cara, es imposible de creer lo que diré, pero prefiero verla hablarme con sarcasmo y vulgar a ver este tipo de comportamiento sombríos que no nos lleva a ningún lado. - Sí, está bien, dije algo estúpido y no estoy en negación, pero no es para que me trate como tal, solo quería encontrar una salida para esto tan incómodo. –

NATALY

- ¡porque hablas de esa manera! – exclamé en un tono un tanto alterado, sin ocultar mi molestia por su reclamo. - cómo quieres que alguien te tome en serio si sales con algo tan descabellado. - Él pretende que lo trate de una forma tan normal, y dice cualquier estupidez que se le venga en mente, en serio me habla del futuro, ¡que irónico!, claro, ahora su mente está en un momento complicado, pero yo no soy tolerante a eso, así que no pude detener mis palabras cortantes hacia él. Aunque si su cabeza estuviera cuerda y hablara del futuro que ven sus ojos quisiera estar en el y ver que esta deparado para mí, Ancio ver mi destino y quisiera ver quien toma mi mano en los momentos más difíciles de mi vida.

- Bien, no tiene caso discutir, tu eres la dueña de las reglas aquí, así que me puedes tratar como quieras. No habrá problemas con eso, debo ser comprensible como lo eres tú. - dijo bajando un poco la mirada, en señal de resignación, ¡Dios! Por todo lo que me toca que pasar por hacerle un favor a él. -

CUPIDO LE TEME AL AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora