Capítulo nueve
- yo te ayudaré, pero tú debes ponerte en mis zapatos, no puedo tenerte aquí mucho tiempo porque no somos familia y mucho menos amigos, no tendré la confianza para dejarte en casa e irme a dormir como un bebe. Solo por hoy estarás aquí y siento dañar tu reputación, pero llamaré mañana a la policía para que puedas volver con tu familia. – Giró en sus talones y se dirigió hacia las escaleras que la conducían al segundo piso de la casa dejándome ahí solo y sin saber que inventar para sobrellevar mi estadía allí. Vi que pausó sus pasos y me dio un vistazo nuevamente, pensé que habría buenas noticias, pero solo... - vamos a dormir, ya es demasiado tarde. – A decir verdad ha sido un día pesado, creo que llegó el momento de descansar. Pero no lo haría sin antes reprocharle la última palabra, ¿acaso no puede dejar de usar las palabras ambiguas? -
- ¿¡Cómo dijiste!? ¿Dormir tú y yo? - fingí estar desconcertado, con la expresión que más la incomodara, la de "esta chica me está invitando a dormir con ella, espero sea un mal entendido" pero, está bien no la juzgo ¿Quién se negaría a estar con Liam London? Me encanta esa expresión de ¡no es lo que quise decir! En su cara.
- ¡Claro que no! – gritó desde los escalones, dándome las mismas expresiones de su anterior respuesta. - Todo lo piensas mal, mírame bien, - con sus dedos hacía el movimiento con la intensión de informarme y advertirme que estuviera atento. - Tú en la habitación que te destiné y yo en la mía. ¿Quedó claro? – cree ser ruda, cuando ni siquiera puede esconder su nerviosismo por unas míseras bromas, quería jugarle una parada con el mismo sarcasmo en el que se esconde. -
- Buenas noches, pequeña salvadora, descansa. – Sus ojos sorprendidos y una pequeña sonrisa me avisaron que estaba siendo demasiado para un día. La perdí de vista y sentí como cerró la puerta de su habitación con llave, puedo percibir muchas cosas y también pude apreciar que eso no evitará que entré en ella. Y no es de la manera que en sus mentes divaga cierto rumor, solo es entrar a su habitación, pero con muchas ganas de entrar de otra forma.
Me quedé vagando en la primera planta de la casa, observé esta vez sin preocupaciones cada rincón y sentí que no era necesario utilizar el buzo si ella no estaba presente y con rapidez lo quité y lo dejé en los muebles, con el torso al desnudo me dirigí al estante de libros y agarré uno al azar, por suerte tomé de la hilera de las poesías, era el arma que me sacaría de aprietos, tampoco me iba a engañar, una poesía no ablandaría el corazón de Nataly permitiendo dejarme estar en su hogar por mucho más tiempo como si todo nunca hubiera pasado. Mi bello rostro podría hacer esta misión aún más exitosa si desde el principio no hubiese caído de un maldito árbol como un plan estupendo.
Me paseaba por toda la casa mientras leía del libro que estaba en mis manos, en esa trayectoria pasé por el elegante espejo que estaba en su sala y pude ver como mi torso desnudo con un libro en mis manos podía hacerme ver tan sexi que con total normalidad podría ser su fetichillo, más hogareño que eso no podría haber nada tanto así que si me hiciera una taza de café en este preciso momento con seguridad estaría aumentando años de vivir en este lugar.
Después de haber explorado toda la casa y haber irrumpido en lugares que no debía, en partes que no habían sido designadas para mí, fui a su patio trasero, y allí fue donde finalmente las dejé salir, nunca habían estado tanto tiempo por dentro, me gustaba mucho admirarles, es que eran bellas y no había un solo ser en este mundo que pensara lo contrario, decidí solo estar así unos minutos más, y antes que nada pasar por el cuarto de Nataly y verla dormir, cualquiera podría decir que era algo raro y estúpido ver descansar a alguien más, pero para mí era agradable sentir aquella paz que por primera vez en este día esa chica podía inspirar, si no lo hacía de esa forma nunca la podría ver tan tranquila y sin el sarcasmo de su parte, solo fueron unos minutos, bajé de nuevo a donde debería haber estado desde un principio, procedí a ingresar a la habitación que estaba arreglada para mi antes de que Nataly pudiera bajar y verme en este estado, su miedo aumentaría y yo perdería mi misión. Una pequeña cama me esperaba a oscuras, y unas adorables sabanas adicionales yacían encima de ella. No sé de qué forma podía dormir, pero algo tendría que hacer, dormir tampoco era una opción cuando tenía que pensar en cómo evitar ser sacado de casa, pensaría en ello. Pensé toda la noche en ello.
LIAM
No pude dormir si eso es lo que se preguntan, ¿Quién puede hacerlo cuando su misión se está yendo por la borda? En cambio, decidí levantarme temprano y organizar la casa como modo de agradecimientos o de seducción, llegué a la conclusión de que la seducción y las sorpresas del día de hoy me sacarían de esta.
Preparé su desayuno favorito, ¿Quién se resiste a un pan tajado acompañado con huevos al gusto y café caliente? caliente el café y quien lo prepara. Estoy seguro de que este desayuno la levantaría de su sueño más profundo. Para ganar tiempo decidí lavar mi ropa húmeda, con la tecnología que abarcan las lavadoras mi ropa estaría seca en una hora, de ahí se derivaría mi excusa para estar desnudo medio cuerpo. Excusa perfecta, aproveché y eché el buzo de Samuel, ojalá no seque nunca.
Podría haber salido y utilizado ropa de repuesto, pero ¿Quién le creería a un demente con estilo?
El objetivo está bajando las escaleras, su expresión al verme sin camisa y en su cocina preparando el desayuno esta de desmarcar en un cuadro que tome toda la pared de su casa, un cuadro con la mejor resolución que deje ver al descubierto sus emociones. La miré profundo, justo con esa mirada que me caracteriza y sé que en ella causa un gran efecto, quería ver cuáles eran sus sentimientos ahora mismo, espero que ceda porque si no se resiste a mis palabras, el tenerme desnudo en su casa la volvería loca, espero que diga que sí, porque de lo contrario lamentablemente tendrá que verme exhibir de mi persona. Y soy muy bueno en lo anterior. No todos los días aparece Liam London en tu casa, ¡que guapo soy! si la palabra es presumido, egocéntrico, ególatra y todos los sinónimos de palabras que den a lo mismo los acepto como un galardón. Estoy tan lleno de mí mismo que nadie me haría dudar de mis capacidades y la cabida de ser un peligroso depredador va acogida con la del ángel pecador.
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CUPIDO LE TEME AL AMOR
Novela JuvenilEl amor es un lío y es el lío en el que todos quieren estar. Es ese deseo culpable que todos llevamos muy dentro, pero no todos percibimos el mundo de la misma manera y ahí es cuando surge la catástrofe del amor. La posibilidad de unir dos mundo est...