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𝐋𝐮𝐜𝐢𝐞𝐧.
𝟐𝟕 𝐝𝐞 𝐦𝐚𝐲𝐨 𝐝𝐞 𝟐𝟎𝟒𝟎.
𝐌𝐨𝐧𝐭𝐞𝐜𝐚𝐫𝐥𝐨, 𝐌ó𝐧𝐚𝐜𝐨.
Sé que los ojos de papá están sobre mí.
Bueno, no sólo los de papá.
El tío Arthur ha dicho presente en el box de Prema a pedirme por favor que ponga nuestro apellido en lo más alto, le prometí que lo haría pero ahora, que estoy acomodado en la parrilla de salida y mi corazón late más rápido que el coche de papá en 2022, honestamente no sé qué tan capaz sea.
El comienzo de temporada fue un sueño, mucho mejor de lo que había imaginado. Conseguí dos podios en mi primer año en la Fórmula 3 y mamá y Giu aún no se cansaron de decirme lo orgullosas que están de mí. Papá y Jules son un poco más duros para expresarse, lo cual no quiere decir que no sean cariñosos tampoco.
—Radio check. —escucho en mis oídos. Es la voz de papá. Ruedo los ojos porque siempre se las ingenia para meterse en el box y decirme algo antes de salir a la pista. Igualmente agradezco que esté en cada pequeño detalle y me haga sentir acompañado. —¿Me escuchas, Lu?
—Que sí, papá. —le respondo, con la voz un poco pesada. No sé si es por los nervios o por lo cagado que estoy. Intuyo que es un poco de ambas.
La presión de correr en casa trae consigo una carga de nervios y ansiedad que jamás había experimentado. El año pasado, tras haberme coronado campeón de FRECA, Prema anunció automáticamente mi paso a la Fórmula 3.
Un sueño ¿no?
Sin embargo una tarde, hablando con el tío Mick, noté que somos muy parecidos. Ambos cargábamos, de alguna u otra forma, con el peso de que nuestros padres fueron grandes figuras dentro del deporte al que nosotros también elegimos dedicarnos. Y eso, nos gustara o no, nos acompañaría hasta el final.
Tarareo en mi cabeza la misma canción de Shawn Mendes que papá dice que solía darle suerte. Intento mantener la calma y no desesperarme, mamá insiste en que no debo ahogarme en un vaso de agua y que tengo que disfrutar cada segundo porque este es mi sueño, he trabajado por todo esto y sólo lo hago para ser feliz.
—Lu. —vuelvo a escuchar la voz de papá. —No tienes que sentirte presionado por nada. Eres un gran piloto, con un gran presente y un gran futuro. No tienes que demostrárselo a nadie más que a ti mismo. ¿Si?
