03 | 𝐜𝐞𝐥𝐨𝐬.

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𝟏𝟎 𝐝𝐞 𝐚𝐛𝐫𝐢𝐥 𝐝𝐞 𝟐𝟎𝟐𝟏.

𝐌𝐨𝐧𝐭𝐞𝐜𝐚𝐫𝐥𝐨, 𝐌𝐨𝐧𝐚𝐜𝐨.





Arthur cruza su brazo por atrás de la castaña y reposa su mejilla en el hombro de esta. Han terminado de comer y Pascale ha pedido a Charles y a su novia tener una charla en privado, cosa que ambos respetaban.

Por eso están sentados en el jardín de la casa de Pascale mirando al horizonte con la mirada casi que perdida.

—Hubiera jurado que la próxima novia que presentaría Charles serías tú.

Silencio.

—No, Arthur. Eso jamás podría pasar. —niega la chica soltando una pequeña risa por lo bajo.

Risa que iba cargada con un poco de dolor.

—¿Por qué no? Cuando teníamos... tal vez diez años, bueno, ustedes tenían doce, o algo así, no soy bueno en matemáticas, en fin... hubiera jurado que Charles te veía como si fueses el centro del universo, y tú lo mirabas de la misma manera.

La castaña camufla un suspiro entre una pequeña risa que sonaba más triste de lo que le hubiese gustado.

—No, Arthur. Eso solo pasó en tu mente.

—Julie.

El menor de los Leclerc voltea su cara para mirar a la castaña directo a los ojos.

—No me mientas.

Suena como una orden, pero es más un pedido.

—Arthur, no entien...

—Sé que lo amas. Durante casi veinte años te he visto mirarlo y cuidarlo como si tu vida dependiera de eso. Sabes todo de él, sabes lo que le gusta, sabes lo que detesta, sabes con cuantas cucharadas de azúcar toma el café, el punto en el que le gusta la carne y la forma en la que se enoja cuando no eres lo primero que ve al llegar aquí. No me mientas, no a mi....

Julie le sostiene la mirada pero no se atreve a interrumpir el silencio. No sabe que decir, y sabe que si abre la boca va a terminar confesando todo. No quiere, hay algo dentro de ella que no se lo permite.

—Sólo... lo quiero mucho. —habla luego de un rato, rompiendo el contacto visual con el rubio, que acaricia su cabello e intenta tranquilizarla.

—Creo que debes, ya sabes, dejarlo ir...

—No puedo dejar ir algo que nunca he tenido.

Siente el pecho de Arthur relajarse y alza su cabeza para encontrarse al menor con los ojos cerrados.

—A veces no pareces tan peque.

—Normal, tengo veintiún años.

—Veinte, cumples veintiuno en...

—¡Niños! ¡Vengan a comer el postre! —grita Pascale.

Ambos se miran como retándose a muerte.

—¡El último prepara el desayuno mañana!

Como era de esperarse, el reto lo ganó Arthur. Mientras que Julie entró a la casa un rato después con la respiración bastante acelerada.

—¿Qué ocurrió, ma belle?

La voz de Charles inunda sus oídos y Arthur la abraza por el cuello.

—Carreritas. —dice el menor sonriendo. —Y Julie mañana nos preparará el desayuno.

Anna, la novia de Charles, mira a Julie tratando de descifrarla, pero no lo logra, y usualmente ella es muy buena con las primeras impresiones. Simplemente había algo en la castaña que no lograba ver.

O no quería ver.

—¿Creen que podamos desayunar juntos mañana? —pregunta Charles. —¿Está bien, cariño?

La chica asiente, y es la primera vez que escucha a Charles dirigirse a ella. Le habla en inglés.

—Lo siento ¿no habla francés? —pregunta Julie.

—Oh, si lo hablo. Solamente me siento más cómoda hablando en inglés. Es mi lengua materna.

Julie asiente ante la respuesta de la chica y le regala una sonrisa. Estaba dispuesta a hablar en inglés si eso hacía feliz a la novia de Charles y, en consecuencia, a él. Claro que lo haría.

—¿Entonces? —insiste Charles a su novia, quien hace una mueca pero luego le regala una sonrisa.

—Claro que sí.

Julie y Arthur asienten y se sientan en el sillón. Parecían estar pegados y eso removía algo dentro de Charles.

Celos. Eso gritaba una voz bastante molesta en su cabeza, pero él prefirió no prestarle atención. No ahora, no en ese momento.

—¿Ellos son...? —pregunta la inglesa señalándonos.

—¿Qué? ¿Novios? ¡Claro que no!

—Lo siento, es que se ven tan... juntos. ¿Seguro que no son novios?

¿Seguro que no son novios? Se preguntó a sí mismo. Bueno, en realidad, seguro no estaba. Hacía mucho tiempo que no tenía una conversación profunda con Arthur y mucho menos con Julie. Sus conversaciones, en el último tiempo, se resumían a preguntas de todos los días. Nada muy interesante.

No sabía nada.

Ni de su hermano ni de su mejor amiga.

Y eso le dolía, pero sentía más enojo que dolor. Arthur y Julie parecían mejores amigos de toda la vida. Hasta estaban viviendo juntos, un plan que originalmente Julie soñaba compartir con él.

—Hey. —dice Arthur pasando su mano por delante de la cara de su hermano mayor. —Tierra llamando a Charles.

—Lo siento, estaba pensando.

—Oh, no sabía que pensabas. Como sea. —la mano derecha de Arthur se posiciona sobre el hombro de Charles y lo mira. —Julie y yo nos vamos. Hemos ido de fiesta anoche y no hemos dormido bien, y esta noche supongo que tendremos otra fiesta y...

—Iremos. —sentencia Charles.

—No recuerdo haberte invitado.

—Me considero invitado. —el menor rueda los ojos.

—Bien, como sea. Adiós.

—¡Envíame la dirección por mensaje!

—Si, sí. Claro.

speak now - charles leclerc.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora