Reclutas

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Las coordenadas siguieron saliendo de Cerebro por un rato, entonces entre los tres comenzaron a seleccionar a los que estaban un poco más cerca. Comenzaron a calcular cuánto tiempo les llevaría el viaje, si lograban apurarse, les tomaría una semana reunir a todos los reclutas y comenzaron

—No voy a entrar ahí —Declaró Olympia en la puerta del lugar

—Ya traes la ropa interior debajo del abrigo, solo quitatelo, nadie notara la diferencia —Intentó convencerla Charles

—Exacto, no me voy a objetizar así

—Tal vez consigas unos cuántos dólares —La animó Erik

—Ya soy millonaria, los espero aquí

Erik y Charles compartieron una mirada y después de encogerse de hombros, entraron

No mucho después salieron con una chica en ropa interior, era muy linda y tenía un tatuaje de alas, sospechaba que esa era su mutación

—Ángel —Se presentó la chica

—Olympia

El resto del camino Charles le explicó a Ángel, la hizo sentirse bienvenida. Olympia se recargó en el hombro de Erik y cerró los ojos

—Te ves fantástico hoy —Le murmuró

—Tú siempre te ves extraordinariamente bella —Le murmuró de regreso

Charles sonrió al verlos, lo supo desde el primer momento en que ellos dos se vieron a los ojos, él vio las chispas volar y con todo el dolor de su corazón, dejó ir a una parte de él, porque mientras Olympia Madden fuera feliz, Charles Xavier también

El siguiente fue un hombre en New York, en el avión Olympia siguió trabajando mientras Erik y Charles jugaban ajedrez

Finalmente lo encontraron y se subieron a su taxi

—Muy bien, a dónde? —Cuestionó el hombre

—Richmont, Virginia —Contestó Erik, que estaba a la derecha de Olympia, mientras que Charles estaba a su izquierda

—Okay, entonces quiere el aeropuerto... La estación? Qué?

—Estábamos esperando que nos llevaras hasta allá —Dijo Charles

—Entonces tendremos bastante tiempo para hablar —Dijo Olympia, le dio un pequeño codazo a Erik quién movió la palanca para que apareciera ocupado

Una parte del camino se basó en ellos tres explicándole las cosas, quiénes eran, por qué le pasaba lo que le pasaba y qué querían hacer, la otra parte fue ellos conociéndose y Olympia y Erik intercambiando miradas y sonrisas

El siguiente era de los más jóvenes y ya estaba en prisión, eso le dolía a Olympia

—Qué demonios quiere el gobierno con alguien como Alex Summers? —Cuestionó el guardia una vez que llegaron a su celda— Espero que no planeen ponerlo con otros, es el primer chico que conozco que prefiere estar aislado

Abrió la puerta y vieron a un chico rubio, no mayor de 16 años, levantó la vista asustado

—Largo de aquí —Dijo— No saben lo que puedo hacer

Charles colocó sus dedos en la sien y otros en la de Olympia, mostrándole los recuerdos de Alex, lo que él podía hacer

—Dejenme a solas —Pidió

El guardia aceptó, pero solo por unos segundos. Una vez que Olympia comprobó que nadie la mirada, excepto Charles y Erik, soltó un rayo de luz de su mano, lo suficiente para quemar un poco la pared frente a ella

—Tú... Tú también —Le dijo Alex— Cómo aprendiste a controlarlo?

—Hay que charlar un poco —Le dijo ella

Alex confió en Olympia de inmediato, después de todo, sus poderes eran muy parecidos, le contaron toda la situación, sin dejar un solo detalle fuera, los peligros de aceptar y de no aceptar ir con ellos, aceptó

Durante todo el viaje, Alex le hizo pregunta tras pregunta a Olympia, si solo salían de su manos o de otra parte, cómo había aprendido a controlarlo, si lo tenía desde niña, Olympia respondió todo con paciencia y una sonrisa

Una sonrisa que Erik no pudo dejar de ver, que cada que veía se regañaba por dejarse arrastrar por la abrazadora luz que era Olympia Madden, porque él tendría que estar cazando a Shaw, no viendo la sonrisa de Olympia, no sintiendo la calidez que ella emanaba con su simple presencia

El siguiente también fue fácil y rápido, local

Fueron hasta el acuario donde estaba y después de ver lo que hacía y de que su cita se fuera, ellos se acercaron a él y él sin dudarlo un segundo, aceptó

Parecía ser un muchacho bastante simpático, eso le agrado a Olympia y a Charles, pero Erik no estaba muy emocionado por pasar tiempo con adolescentes hiperactivos

El último estaba en un bar, fumando un puro, Olympia toció un poco ante el humo

—Soy Erik Lehnsherr

—Charles Xavier

—Olympia Madden

—Vayanse a la mierda —Les dijo de inmediato

—No nos vas a dejar hablar? —Dijo indignada Olympia

—A la mierda —Repitió cada palabra lentamente como si le estuviera aclarando a dónde ir a un turista perdido

Los tres se miraron y salieron del bar

A pesar de que las cosas con el último recluta no salieron del todo bien, ellos se sentían satisfechos. Así que estaban frente a la estatua de Abraham Lincon. Charles y Erik jugaban ajedrez y Olympia traducía documentos

—Sigo pensando en todos los demás allá afuera —Les contó Charles— Todas las mentes que toqué, pude sentirlo, su aislamiento, sus esperanzas, sus ambiciones, creo que empezamos algo increíble chicos, podemos ayudarlos

Olympia sonrió ante la idea, ella sabía que su vida como mutante hubiera sido más difícil si no hubiera encontrado a Charles y Raven, si no hubieran entrenado los 3 juntos, y poder ayudar a más chicos así, la llenaba de esperanza

—Podemos? —Cuestionó Erik rompiendo la burbuja de esperanza que Charles y Olympia habían creado— Identificación, así es como empieza, termina con aislarlos, experimentar en ellos, eliminarlos

—No esta vez —Aseguró Charles— Tenemos enemigos en común, Shaw, los rusos, nos necesitan

—Por ahora

Olympia supo que se referían a lo que había pasado en la segunda guerra mundial, pero no entendía por qué, de todas formas, lo pensó, en dado caso, lucharían, los mutantes no se dejarían exterminar, pero mientras no hubiera una guerra declarada, los humanos y los mutantes podrían trabajar juntos, podrían vivir en paz y decidió aferrarse a esa idea tanto como pudiera

Charles se fue, diciendo que tenía que preparar una presentación para la reunión de más tarde con los directores de la CIA

Erik y Olympia quedaron solos




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Inside my DNA | Erik Lehnsherr | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora