La soledad es peligrosa

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Otra mañana en la nueva vida de Olympia, en la vida llena de dolor de Olympia

Charles no volvería a caminar, ahora mismo se estaba despidiendo de Moira. Ella, Hank, Sean y Alex comenzarían a organizar la escuela, esa de la que ella y Charles habían hablado la noche anterior al desastre en Cuba

No mucho después, Charles regresó con lágrimas en los ojos

—Lo hiciste? —Le preguntó Olympia y Charles asintió

—Se siente como la mierda

—Mejoraremos

—Enserio lo crees?

—Creo que lo puedo volver a creer

La escuela Madden-Xavier para jóvenes superdotados

Claro que tendrían ser idiotas para poner "mutantes" en el nombre de la escuela, así que se habían decidido por eso. Ella y Charles serían los directores, sí ella y Charles estaban demasiado ocupados, estaban triunfando y cada día fortalecían más sus poderes

Hank estaba recreando a Cerebro para encontrar estudiantes

Pero Charles y Olympia sentían cómo la soledad atacaba y los engullia en la noche

Una noche se encontraron en la cocina

—No desearías que todo volviera a ser como antes? Jamás haberlos conocido? A ninguno de los dos? —Preguntó Olympia

—A veces —Reconoció Charles— Pero luego me doy cuenta de que no hubieramos pensado en la escuela y probablemente Shaw hubiera terminado con el mundo, así que solo me quedo deseando que no nos hubiéramos enamorado de ellos

Olympia asintió de acuerdo

—Debimos haberlo resuelto antes de conocerlos —Aseguró acercándose a él

Charles la tomó de la mano y la sentó en su regazo

—Debimos haber hecho tantas cosas antes de conocerlos —Reconoció acercando su cara a la de Olympia

Ellos ya sabían que no iba a funcionar, que estar así solo les llevaría a más dolor, pero para ellos, cualquier clase de dolor era mejor al que sentían por estar solos y lejos de las personas que amaban

—Aún podemos hacerlas —Murmuró Olympia antes de juntar sus labios con los de Charles

Ellos se habían besado antes, pero ese beso no les supo a lo usual, ese beso les supo a compañía, a una manera de alejar la soledad que los estaba consumiendo

Eran el auto de escape del otro y ambos lo aceptaban y ambos se resignaron, ambos entraron una vez más al juego del dolor, aún así, nada de eso dolía tanto como recordar aquella tarde en Cuba, aquella tarde donde todo se fue a la mierda

Y entonces, después de meterse al juego del dolor, los días comenzaron a pasar, las semanas comenzaron a volar, los meses les cayeron encima y antes de notarlo, los años ya los habían alcanzado

***
1952

Sus primeras vacaciones desde que entraron a Harvard, habían regresado a la Mansión Xavier para pasar las fiestas ahí. Ambos estaban emocionados, la universidad abría cada vez más sus horizontes y sus perspectivas

Esa tarde, Raven, a quién no habían visto en varios meses, se encerró en su cuarto. Ellos decidieron que le darían espacio y disfrutarían su primer día de vuelta en casa

Así que esa tarde Charles y Olympia estaban sentados bajo la sombra del árbol favorita de Charles, charlando y tomando vino, riendo de la vida y recordando aquellas fiestas en Harvard

—Y así, mi querido regalo de Apolo —Dijo Charles— Es como nos graduaremos en solo un año más

Olympia le había puesto poca atención a su explicación, pues estaba ocupada perdida en los ojos de Charles, un día cuando tenía 16 se había despertado y no había podido dejar de pensar en él, ese día no fue el único

Charles sonreía esperando la respuesta de Olympia, perdido en su mirada y en el ligero olor a durazno que percibía de ella

—Me parece excelente —Admitió Olympia

—Mientes, no me prestaste atención —Se burló Charles

—Cómo sabes? —Lo retó

—Leí tu mente cuando entrabas en pánico por no ponerme atención

Olympia rió, arrancó un poco de pasto y se lo lanzó a Charles, quién también rió y antes de poder lanzarle pasto a ella, Olympia se levantó y salió corriendo

Charles corrió tras ella entre risas y burlas, cada vez se acercaban a darle una vuelta a la mansión y comenzaban a cansarse

Charles aceleró y atrapó a Olympia por la cintura pero el impulso los llevó a ambos al piso. Ambos dejaron de reír poco a poco hasta que fueron conscientes de la cercanía que tenían

Ambos se fundieron en un beso, lento y lleno de cariño, cuando se separaron, Charles se levantó de Olympia y la vio sorprendido

—Creí que a ti no te pasaba lo mismo —Murmuró

—Por qué creiste eso?

—A veces entraba a tu mente, para saber si pensabas en mi de la misma manera que yo en ti, nunca lo hacías

—Aprendí a sentir tu presencia en mi mente, luchaba por pensar en cualquier cosa, porque creí que no te sentías como yo

—Mi regalo de Apolo, estás diciéndome que te sientes igual que yo?

Olympia asintió con una sonrisa y lágrimas en los ojos. Charles la tomó por la mejilla y la volvió a besar

Pasaron el resto de la tarde entre besos y miradas llenas de cariño. Olympia pasó toda la noche maquinando la conversación que quería tener con Charles sobre si lo suyo era algo formal ahora. Charles pasó toda la noche maquinando cómo huir de esa conversación

A la mañana siguiente, Olympia bajó a desayunar antes de salir a correr, ahí estaba Charles

—Buenos días —Saludó ella alegre

—Buenos días mi regalo de Apolo, qué tal dormiste?

—De maravilla. Quisiera hablar sobre ayer, sobre a dónde vamos ahora

—De qué hablas mi regalo de Apolo? —Preguntó él nervioso— Ayer fue una adorable tarde de bienvenida, no quisiera perder eso

Antes de dejar a Olympia continuar, depositó un corto beso en sus labios y salió de la cocina con una opresión en el pecho, dejando a Olympia con otra

Y eso solo fue el inicio de años de eterno sufrimiento, años que de no hacer las cosas diferentes, nunca acabarían

***

—Quién puede soportar el viaje? —Cuestionó Erik

—Yo lo haré —Se ofreció de inmediato Olympia

—Es demasiado peligroso —Se negó Charles— Iré yo

—Lo destruirá profesor —Dijo Kitty— Despedazará su mente antes de llegar

—Y si la mente de esa persona se despedazara y se arreglara inmediatamente? —Cuestionó Logan

—Aún así no es seguro, pero podría funcionar

—Gente, tengo reacciones termonucleares pasando en mi cuerpo todo el tiempo, si logro soportar eso, soportaré el viaje —Volvió a hablar Olympia

—No te vas a arriesgar así Olympia —Se negó Erik de inmediato— Recuerda que ya no tienes 28 años

—Lo recuerdo perfectamente bien Lehnsherr —Le respondió

—Mi regalo de Apolo, Erik, basta —Pidió Charles— Es el fin del mundo, pueden llevarse bien unos minutos

—No podemos arriesgar así a Logan —Regresó Olympia a la pelea inicial

—No voy a dejar que se arriesgue así, iré yo Profesora Xavier



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Inside my DNA | Erik Lehnsherr | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora