La primera generación

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Entraron a un hangar y se encontraron con una nave que lucía bastante avanzada

—Hey Hank —Llamó Raven— Crees que puedas volar esta cosa?

—Sí, lo resolveré —Afirmó Hank

—Hey chicos —Llamó el hermano de Alex, que ahora sabía que se llamaba Scott

Todos voltearon a ver, estaba abriendo una especie de compartimiento

—Trajes de vuelo

Esos parecían de combate, pero había suficientes para todos

—Tienes tu avión de guerra —Le dijo Raven a Hank— Vamos a la guerra

Todos se cambiaron, Olympia se acercó a Hank y a Raven

—No tienen un enorme deja vu? —Les preguntó con una sonrisa triste

—Parece que fue hace toda una vida —Contestó Raven

—Lo fue —Confirmó Hank

—Ly, lo que dije, sobre Magneto y tu hija, lo siento

—No, esta bien, es lo que crees y es bueno que defiendas tus ideales. Siempre serás como mi hermana pequeña. Aquella que conocí en la Mansión Xavier hace 35 años y no era fan mía

—Te odiaba —Admitió ella con una risa— Pero no pasó mucho tiempo antes de que te terminara amando

—Lo se, también te amo hermana

Subieron a la nave. Olympia se sentó junto a Peter, frente a Jean y entonces Hank arrancó

—Goma de mascar? —Le ofreció Peter

—Gracias —Dijo aceptándola— Le dirás cuando lo veas?

—Aún no lo se, tal vez. Ya me armé de mucho valor por una vez en el mes

Olympia rió

—Para que conste, yo creo que eres muy valiente

Miró al rededor, Jean, Scott y Kurt se veían aterrados, claro, era su primera misión

—Tenían miedo? —Les preguntó Jean a ella y a Raven, el tono que utilizó le rompió el corazón a Olympia— Ese día en DC, tenían miedo?

—No —Respondió simple Raven y volteó la mirada al frente, Olympia quiso reír ante la falta de tacto de Raven

Jean buscó la mirada de Olympia

—No, pero... No era la primera vez que lo hacíamos, cierto Raven?

Ella asintió y habló

—Estaba asustada en mi primera misión —Les dijo— Estaba en un avión como este con mis amigos, masomenos por tu edad. Nos auto llamamos los X-Men —Recordó con una sonrisa

Olympia sonrió ante el recuerdo

—Tu hermano estaba ahí —Le dijo Olympia a Scott— Lo llamabamos Havok. Era un problemático de primera, pero cuando el momento llegaba, era muy valiente, Alex era extremadamente valiente

—Qué le pasó al resto de los chicos que estaban con ustedes? A los X-Men? —Les preguntó Kurt

Raven y Olympia bajaron las miradas

—Hank, Ly y yo somos los únicos que quedan —Sentenció Raven— No pude salvar al resto de ellos

—No pudimos —Corrigió Olympia, segura de que si hubiera detenido a Alex, él estaría en ese avión con ellos, en ese momento, molestando a todos y listo para luchar

—Les dijimos —Dijo Raven— No somos heroínas

—Lo son para nosotros —Les dijo Jean— Verlas ese día en TV, cambió mi vida

—La mía también —Dijo Kurt

—Y la mía —Dijo Peter, ella volteó a verlo— Bueno, aún vivo en el sótano de mi mamá, pero ya saben —Resopló— Todo lo demás es amm, es bastante lo mismo, soy un completo perdedor

Con el ánimo renovado ante la broma de Peter, el ambiente se sentía menos pesado y ahora sentían que las cosas podrían llegar a salir bien

El viaje fue demasiado rápido y supieron que se estaban acercando al lugar, cuando vieron un fenómeno demasiado extraño, parecían ondas de algo volando hacía el centro de otro algo

—La séptima maravilla a las 12 en punto —Les dijo Hank

Olympia y Raven se levantaron hasta quedar en medio de Hank y Moira

Hank entró y lograron ver pirámides y no solo eso, eso que volaba en arcos hacía otro algo, era metal, toda clase de metal

—Tiene al profesor en el centro de la pirámide —Les avisó Jean— Va a transferir su consciencia en el cuerpo del profesor, si lo hace, tendrá el poder de controlar cada mente en el mundo

Vieron a dónde estaba llendo todo el metal, fluía en armonía al rededor del campo magnético más grande que Olympia alguna hubiera visto

—Qué demonios es eso? —Cuestionó Moira

—Es Erik —Contestó Olympia que de inmediato sintió a Peter junto a ella— Mierda, Erik —Murmuró para sí misma

Olympia estaba sorprendida y orgullosa ante la clase de poder que Erik había desarrollado, no le quedaba duda de que Erik Lehnsherr era el mutante más poderoso que hubiera conocido. No pudo evitar admirar todo lo que Erik estaba haciendo, él enserio había logrado controlar cada elemento metálico que se encontraba en la tierra, incluso en las capas no visibles al humano

Escuchó que Raven ya tenía un plan

—Ayudaremos a Nightcrawler a entrar en la pirámide —Informó— Iremos por Charles. Apollina se encargara de Erik

—Cómo va a entrar por ahí? —Preguntó Hank

—Puedo usar la llamarada y dañar el campo electromagnético, pero no puedo hacerlo sin causarle daño bioquímico a Erik, sin mencionar el campo electromagnético de su mutación —Les explicó Olympia

—Yo te puedo meter —Le aseguró Peter y la vio a los ojos— Vine aquí por él, dejame ayudarte

Olympia asintió en su dirección

—Ustedes —Les habló Olympia— Aseguren a Charles y salgan de aquí lo más rápido que puedan

—No nos iremos sin ustedes —Les dijo Kurt

—No te preocupes —Lo tranquilizó Peter— Llegaremos antes de que lo noten

—Sostenganse —Les avisó Hank mientras acomodaba el avión lo más cerca del campo que pudo, para que Olympia y Peter pudieran bajar. Bajaron todos de cualquier manera, pues era el punto más fácil para bajar

—Esperen —Llamó Scott— No todos nosotros controlamos nuestros poderes

—No lo hagan —Dijo Raven— Abracenlos, aceptenlos, todos lo haremos

Raven tomó su forma natural de nuevo

—Listo? —Le preguntó a Peter

—Nací listo —Le aseguró él

—Sabiendo quién es tu padre, no me sorprende

Peter le sonrió

—Que bueno que no eres una madrastra malvada —Dijo mientras la tomaba de la cabeza para evitar el latigazo y corría

Cuando menos lo notó, ya estaban ahí. Olympia volvió a sentir unas náuseas terribles, pero estaban ahí, frente a Erik

Inside my DNA | Erik Lehnsherr | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora