Erik Lehnsherr

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Caminaban siguiendo a la guía del recorrido, hasta que llegaron al punto donde se tenían que desviar para seguir con el plan

Olympia rezaba que todo salieran bien, que no terminaran todos encerrados, en especial Peter, que era muy joven y lleno de vida, rezaba porque la máquina que Hank había construido y se encontraba manejando aún durante el recorrido funcionara

—Nos vamos señorita? —Dijo Peter que apareció de la nada, ella asintió y luego de que Peter la tomara por la cabeza sintió que todo le dio vueltas

De la nada ya estaba en el elevador con un guardia y mientras Peter se cambiaba, ella había vomitado

—No te avergüences, suele pasar, eso, déjalo salir, ya casi esta, bien ya salió —Le estaba diciendo Peter

Una vez que terminó de vomitar, notó que él ya estaba cambiado

—Segura que puedes pasar?

—Sí, puedo reflectar la luz para que no me vean

—Te puedes hacer invisible?

—No, solo evitar que me vean

—Es lo mismo y está súper cool

—Es algo que apenas aprendí a hacer, así que no te emociones mucho, tal vez no aguante mucho tiempo menos mareada, por eso estás aquí

—Y por apenas te refieres a...

—Hace 3 días

—Ahh ok, cool, sí, sí podemos

—Eso es, sí podemos

El elevador se abrió, Olympia comenzó a reflectar la luz lejos de su cuerpo, Peter caminó como si nada. Cruzaron la puerta y Olympia se preparó mentalmente para volver a verlo, para reencontrarse con Erik Lehnsherr

Lo vio a través de la ventana de arriba, estaba acostado, con los ojos cerrados, parecía que el tiempo no había pasado por él, Olympia debía admitir que en esa posición, tan relajado, se veía muy atractivo. Peter deslizó la comida con la nota que le decía que viera el vidrio

Erik miró hacía arriba y sintió que la respiración se le iba. No sabía si estaba alucinando, pero estaba viendo a Olympia Madden, a lado de ella había un chico sonriendole

Cuando los ojos de ambos se conectaron el mundo se les olvidó por completo, ahí fue cuando cada uno se dio cuenta de verdades inevitables. Erik supo que no era una ilusión, sin importar cuánto lo intentara, su mente jamás habría podido ser capaz de replicar la hermosura y profundidad de los ojos cafés de Olympia Madden. Olympia supo que sin importar qué no podía escapar el inmenso cielo de la mirada de Erik, que seguía enamorada de Erik Lehnsherr

Lo siguiente que Erik vio fue una onda blanca de luz, luego sintió mucho calor y los cristales cayendo a su alrededor. Olympia lo había liberado

No perdió el tiempo y se colgó de la estructura para después subir por ella. Ahora tenía a Olympia a unos centímetros de distancia

La atrajo a él en un abrazo sin dudar. Ella se apartó y le dio un golpe en la mandíbula

—También te extrañé —Dijo sobandose— En 3 segundos esas puertas se van a abrir y 20 guardias aparecerán para dispararnos

Peter se acercó a ellos

—Lo sé, eso es lo que estoy esperando

Sostuvo la cabeza de ambos

—Qué estás haciendo?

—Sostengo sus cabezas para que no sufran el latigazo

—Qué?

—Latigazo —Le aclaró lentamente y Olympia rió

Erik se sintió en el cielo al oír de nuevo esa risa

Las puertas se abrieron y cuando Olympia lo notó, ya estaban de regreso en el elevador. Erik se sostenía de las puertas, claramente mareado. Antes de notarlo, Peter ya estaba cambiado

—Tranquilo, estarás bien, pasará, a todos les pasa en la primera vez. Olympia vomitó

—Peter —Se quejó Olympia dándole un leve golpe en el hombro

—Debiste hacer algo bastante serio —Comenzó Peter— Qué hiciste? Qué hiciste? Qué hiciste? Por qué te tenían ahí?

—Por matar al presidente —Contestó aún mareado y con mal tono

—Hablale bien —Dijo Olympia dándole un golpe en el hombro— Te acaba de sacar de prisión

—Hoy es el día de golpear a Erik? —Cuestionó él

—Si sigues hablando lo va a ser —Le aseguró— En especial si le vuelves a hablar así a Peter

Peter rió y abrazó de lado a Olympia

—Adoptame —Le pidió de broma

—Si se lo vuelves a pedir tal vez lo haga, tiene manía por adoptar adolescentes molestos —Dijo Erik que de inmediato recibió otro golpe de Olympia

—Te lo advertí

—No me interesa, golpeame todo lo que quieras, así sabré que eres real

—Ay que romántico —Dijo Peter

—Peter —Regañó Olympia

—Me dijeron que controlas el metal —Dijo Peter

—Sí

—Mi mamá salió una vez con alguien así —Murmuró para él mismo, pero ninguno de los dos adultos escuchó, estaban muy ocupados peleando

—Deja de ser dramático, ya pasará —Se quejaba Olympia— Y te necesitamos entero para lo que falta

—Lo que sea por mi hermosa Olympia

—Es enserio Erik, ya parale

—No puedo, sigo enamorado de ti, muy enamorado

El elevador se abrió

—Charles? —Cuestionó Erik y antes de notarlo Charles le dio un golpe en la mandíbula

—Charles, por Dios —Dijo Olympia notando que le había dolido, se apresuró a tomar su mano entre las suyas

—Y así declaro hoy, el día internacional para golpear a Erik —Murmuró Peter con diversión

—Es bueno verte, viejo amigo y caminando —Dijo mientras se levantaba

—No gracias a ti

—Te voy a confesar que me dolió más el de Olympia que el tuyo

—Le pegaste? —Le susurró Charles a Olympia

—Luego te cuento

—Son las últimas personas que hubiera esperado ver aquí hoy —Confesó

—Creeme, si fuera por nosotros no estaríamos aquí —Dijo Charles— Si te vamos a sacar de aquí, lo haremos a nuestra manera, sin muertes

—No casco —Dijo sonriendo— No podría desobedecerte aunque quisiera

—Nunca me volveré a meter en esa cabeza —Dijo Charles apartándose de Olympia para ponerse frente a Erik— Necesito tu palabra Erik

Antes de que Erik contestara los policías entraron y apuntaron

—Charles —Llamó Erik— Congelalos Charles

—No puedo —Se negó Charles

El metal comenzó a moverse y Charles movió el brazo de Erik

Entonces todas las balas pasaron de largo con ellos y los policías quedaron fuera de combate en menos de un abrir y cerrar de ojos

Vieron a Peter en medio del lugar y comenzaron a caminar hasta él. Cuando Olympia pasó a su lado le dio unas palmadas en el hombro y le habló

—Bien hecho niño, enviame los papeles de adopción

Salieron



Hola!!! Espero que les este gustando. No olviden votar y comentar. Gracias por leer y nos vemos el viernes

Inside my DNA | Erik Lehnsherr | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora