Erik parecía estar en un estado de transe, tanto que no notó cuando ellos llegaron
—Recorre el campo, ve si tiene algún punto débil para entrar —Le ordenó Olympia a Peter— Si no accede a hablar tendremos que derribarlo
—Copiado y entendido jefa —Dijo Peter
Para Peter que todo se movía lento cuando corría, todo se veía mucho más lento de lo normal. Iba metro por metro, centímetro por centímetro del campo buscando un punto débil, pero no había, así que regresó con Olympia
—El campo magnético es muy fuerte —Le dijo— No puedo meternos
Ambos voltearon a ver a Erik
—Hablando será —Murmuró Olympia— ERIK
Erik abrió los ojos en cuanto escuchó la voz de la mujer que amaba a su lado, ya estaba ahí, era hora de tratar de convencerla para unirse a su lado o de alejarla de la batalla para mantenerla a salvo
A lado de ella estaba a quién Erik reconoció como el chico que la ayudó a sacarlo de prisión 10 años atrás, Erik creía que ellos dos hacían buen equipo, consideró meter al chico en la negociación para convencerla, asumiendo que Olympia se había encariñado con él como alguna vez hizo con Alex Summers
Cuando vio a Olympia a los ojos todo volvió a doler, pero volvió a sanar al instante. Sus ojos cafés, esos mismos que había heredado su hija. Erik veía el sufrimiento constante en la mirada de Olympia y se recordó que no solo él perdió a su hija, Olympia también
—Olympia —Murmuró su nombre saboreando cada letra de el
—Se que crees que perdimos todo, pero no lo hemos hecho. Aún nos tenemos el uno al otro, siempre lo haremos, tenemos a Charles
Compartió una mirada con Peter, en esa mirada le hizo saber que no estaba listo
—Tenemos más familia de la que sabes. No tuvimos la oportunidad de salvar a nuestra familia, a nuestra niña, pero ahora tenemos la oportunidad de salvarlos a todos, a toda la familia. Es lo que vine a decirte, por favor mi amor, escuchame —Rogó
—Y tú? —Le preguntó a Peter, Olympia se acercó a tomarlo de la mano
—Soy tu... —Batalló por encontrar las palabras, Olympia apretó su mano— También estoy aquí por mi familia
Regresó el apretón a la mano de Olympia
—Cuando estés listo, Pete, no iremos a ningún lado —Le susurró solo audible para él
—No volveré a llegar tarde —Le susurró de regreso y apretó la mano de Olympia— Soy tu hijo
Erik que ya tenía lágrimas en los ojos se quedó en completo estado de shock. Trató de recordar, alguien que pudo haber sido la mamá de aquel muchacho y luego recordó su apellido, Maximoff, sí, ese muchacho era su hijo
Lo confirmó aún más al ver el agarre protector que Olympia tenía con él, la mirada y sonrisa de orgullo que le dedicaba, ella ya lo sabía. Toda la negociación que había planeado hacer con Olympia se borró de su cabeza, solo podía pensar en ese chico siendo su hijo, en que ese chico era bueno y era producto de él. En que Olympia y ese chico estaban ahí, por él
—Ahí lo tienes Erik —Le dijo Olympia— Aquí estamos, tu esposa y tu hijo, luchando por la familia, te nos vas a unir? Espero verte allá abajo
Antes de darle una oportunidad de contestar, Olympia le dio un asentimiento de cabeza a Peter, este sostuvo su cabeza y Erik los perdió de vista
—Entremos a la pirámide por Charles —Dijo Olympia recuperándose del viaje
—Qué pasará con él? —Le preguntó Peter
—Encontrará el camino de regreso —Afirmó Olympia
—"Tenemos al profesor" —Escuchó Olympia en su mente, era Jean
—Charles esta a salvo —Dijo con un suspiro de alivio
—Entonces hay que irnos —Dijo Peter
Pero entonces vieron como el avión comenzaba a caer
—Esto aún no termina —Dijo Olympia
Erik había localizado a Olympia y a Peter con la mirada, veía a los dos señalar a lados y hablar rápidamente, sabía que estaban creando un plan. Su esposa y su hijo, estaban ahí luchando por Charles
Charles, aquel hombre que desde el día uno tuvo fe en él, aquel hombre que era su hermano a pesar de todo. Entonces Erik comenzó a recordar cada momento en el que Charles y Olympia se habían asegurado de dejarle en claro que le tenían fe, que ellos veían el bien en él, que lo necesitaban, que lo querían
Olympia y Peter vieron aparecer a Apocalipsis en el suelo, cerca de donde estaban, comenzaron a acercarse lentamente, cada uno a la posición que habían planeado
—Charles —Comenzó Apocalipsis— Se que estás aquí, seguimos conectados. CHARLES, MUESTRATE. CHARLES, MUESTRATE
Erik vio como Apocalipsis comenzaba a volar de un lado al otro, veía una ráfaga plateada y supo que Peter lo estaba golpeando. También vio a Olympia reflectar la luz enfrente de ella, caminando hasta dónde Apocalipsis volaba de un lado a otro
Erik temió por la vida de ambos
Entonces vio a Peter, Apocalipsis lo había sostenido al piso y se acercaba a él
—Niño tonto —Le dijo mientras él intentaba safarse, cuando estuvo cerca de Peter, él le soltó un puñetazo, uno que Apocalipsis detuvo
Hizo girar el brazo de Peter y luego le rompió la pierna, Erik juraba que había escuchado el hueso quebrarse hasta donde él estaba, porque además también escuchó su grito desgarrador
—APOCALIPSIS —Gritó Olympia dejando de reflectar la luz y mostrándose
Antes de que Apocalipsis terminara de voltear a verla ella había lanzado una llamarada solar dirigida solo a él. Erik no sabía que les podía dar dirección. La cegadora luz blanca terminó cuando Apocalipsis se acercó hasta ella y la tomó por el cuello
—Heroína tonta —Le dijo apretando cada vez más el agarre
Erik veía que Olympia lanzaba ondas de energía cada vez más débiles y luego, Apocalipsis la azotó en el piso, justo a lado de Peter. Éste incluso con la pierna rota, se acercó a su lado, se agachó junto a ella, comprobando su pulso
***
1975En Cuba, el mismo lugar donde se habían apartado por primera vez, unirían sus vidas en una sola, tomando ventaja de la falta de tratos con los Estados Unidos, lograron casarse con sus nombres reales. Así que ahí estaban, tomandos de las manos, a unos instantes de ser marido y mujer
—Olympia Madden, aceptas a Erik Lehnsherr como tu esposo?
—Yo, Olympia Madden, acepto a Erik Lehnsherr como mi esposo, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y la pobreza, por el resto de nuestros días estar con él y nunca dejarlo a la deriva
—Erik Lehnsherr, aceptas a Olympia Madden como tu esposa?
—Yo, Erik Lehnsherr aceptó a Olympia Madden como mi esposa, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, contra todo mal para siempre protegerla y estar a su lado
***
Erik Lehnsherr estaba ahí, ayudando a Apocalipsis, al mutante que había dañado a Olympia y Peter. Ellos estaban ahí, su esposa y su hijo estaban agonizando de dolor
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Inside my DNA | Erik Lehnsherr |
FanfictionErik Lehnsherr, el mutante lleno de odio y venganza Olympia Madden, la mutante llena de esperanza y emoción Casualidad, destino, ya no importaba, porque ellos dos ya se habían encontrado y las piezas habían comenzado a girar