Terremoto

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Las semanas pasaron y Nina había aprendido increíblemente rápido a controlar su mutación, Erik y Olympia no podían estar más orgullosos de ella

Cuando Erik llegó ese día, Olympia saltó a su espalda y lo abrazó por el cuello

—Hola amor

—Hola hermosa

—Me temo, que tendremos que traer huevos de la tienda

—Por?

—Las gallinas le dijeron a Nina que se sienten tristes de que se los robemos —Le contó lo mismo que su hija le había contado a ella en la mañana

—De la tienda serán entonces —Afirmó Erik riendo— Y Nina?

—Afuera con James

James era el nombre del ciervo con el que Nina habló la primera vez que su mutación se presentó

Más tarde en la noche, Erik subió a acostar a Nina mientras Olympia recogía. Se apresuró y subió, se quedó parada en la puerta de Nina, viendo como Erik, su Erik le cantaba a su hija para dormir

A Olympia le parecía que Erik tenía una voz preciosa y le encantaba que le cantara a Nina

—Dónde aprendiste esa canción papi? —Le preguntó Nina cuando se sentó frente a ella

—La aprendí de mis padres —Contestó acomodando su cabello— Y ellos la aprendieron de sus padres y ellos de los suyos y un día, tú se la cantaras a tu hijos también

—Qué les pasó a ellos? A tus padres?

—Alguien se los llevó, cuando yo era un pequeño niño —Dijo colocando la muñeca de Nina con ella— Pero siguen aquí —Olympia no lo vio, pero supo que señaló su corazón— adentro, y aquí, contigo —Supo que señaló el guardapelo

—Alguien te llevará a ti y a mami?

—Nunca —Le afirmó Erik con amor

Apagó la luz y dejó un beso en la cabeza de Nina, cuando comenzó a salir, Olympia extendió la mano hasta él y él la tomó, Olympia besó con delicadeza el tatuaje de Erik, aquel que tanto dolor le traía y en silencio, aún tomados de la mano, se fueron a dormir

***

—Alex, te ves bien —Dijo Charles— Ha pasado un tiempo

—Así es, qué es lo último que supiste de Olympia?

—Que estaba esperando un bebé, por eso cortó la comunicación, yo, como habrás notado, aún doy sus clases

—Yo supe justo lo mismo, que mal, le hubiera gustado conocer a Scott, es mi hermano

Entonces presentó al chico con las vendas que iba con él. Charles le aseguró que para nadie se sentía como un don al inicio la mutación y luego lo sacaron al jardín para ver qué podía hacer

De sus ojos salió energía sin controlar que terminó por partir un árbol a la mitad

—Mi abuelo plantó ese árbol cuando tenía 5 años —Comenzó Charles después de reír— Me columpiaba de los troncos todo el tiempo, mi mejor amiga solía leer y leernos bajo ese árbol. Creo que probablemente era mi árbol favorito

—Eso significa que estoy expulsado?

—Por el contrario, estás dentro

***

Nina y Olympia estaban afuera, Nina estaba haciendo de interprete, practicando su mutación, estaban hablando con James y tal cómo Olympia había previsto, no solo los entendía y hablaba con ellos, era capaz de formar un vínculo real de aprecio y obediencia. Entonces todo comenzó a sacudirse, Olympia lo supo, era un terremoto

Olympia se apresuró a abrazar a Nina y protegerla, el tronco flojo de un árbol cayó y Olympia levantó la mano, sacando un rayo de energía que pulverizó el tronco antes de que las tocara

—Estás bien, mi niña? —Le preguntó aún sin romper el abrazo

—Sí mami

—Bien, muy bien, vayamos adentro a ver si algo se cayó

Para su suerte, nada había caído, así que pasaron el resto del día con normalidad

Erik llegó mucho más temprano de lo usual

—Hola, quieres que llame a Nina para cenar? Qué tal te fue con el terremoto?

—Olympia, tenemos que irnos, ya. Tenías razón, vamos a Estados Unidos, con Charles, a Grecia, a Alemania, Argentina, a dónde quieras, tenemos que irnos

—Qué? Erik, por qué? Qué pasó?

Erik comenzó a contestarle mientras subía las escaleras a todo prisa, ella lo siguió

—Durante el terremoto, una estructura casi cae sobre un hombre, la detuve y creo que me vieron, es solo cuestión de tiempo antes de que unan las piezas

Llegó hasta la habitación y comenzó a vacear los cajones en maletas

—Hiciste algo bueno, salvaste a ese hombre —Replicó Olympia— No vendrán por nosotros

—Es dejarlo mucho a la suerte, dejarnos muy expuestos

—Nina no estará contenta, ama su hogar

—Nosotros somos su hogar —Debatió Erik

—Bien, bien, tienes razón. Tienes razón, nos cuidamos el uno al otro, hay que irnos

Compartieron un beso rápido

—Iré por Nina

Erik asintió y Olympia corrió al cuarto de Nina, abrió la puerta intentando poner una expresión relajada, falló por completo al ver que Nina no estaba ahí

—ERIK, NINA NO ESTA

Antes de notarlo, Erik ya estaba a su lado, ambos sabían dónde tenían que buscar, el bosque

Salieron de inmediato a buscarla, gritando su nombre. Entonces escucharon un pájaro quejarse, compartieron una mirada por una fracción de segundo y ambos comenzaron a correr en dirección al sonido

Olympia se raspó un poco con una que otra rama de los árboles, pero no dejó de correr y Erik tampoco, tenían que encontrar a Nina

Desde el primer momento, cada vez que no tenía idea de dónde estaba Nina, aunque fuera por unos segundos, Olympia sentía una opresión horrible en el pecho y dejaba de respirar, esa opresión se iba y el aire llegaba hasta que Nina estaba en su campo de vista de nuevo

Atravesaron el puente y comenzaron a subir la colina, no tenían idea de por qué Nina habría llegado tan lejos. Erik llamaba su nombre una y otra vez, pero Nina no respondía, solo se guiaban por los cuervos que seguían haciendo ruido, como si los estuvieran llamando ellos en lugar de Nina

Pero en realidad era Nina quien los llamaba a través de los cuervos, porque Nina tenía miedo de gritar entre tantos policías que la rodeaban


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Inside my DNA | Erik Lehnsherr | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora