El grupo miraba la enorme mansión
—Esto es tuyo? —Le preguntó Sean
—De nosotros —Corrigió Charles
—La verdad, Charles, no se cómo lograste sobrevivir con tantas privaciones —Dijo Erik sarcásticamente
—Gracias a nosotras —Dijo Raven acercándose a Charles, éste la tomó de la cintura y depositó un beso cariñoso en su cabello
Charles invitó a Olympia a unirse, ella se colocó del otro lado y Charles repitió la acción con una sonrisa
—Vamos —Dijo Raven— Hora del tour
—Hogar, dulce hogar —Dijo Olympia en cuanto entraron por la puerta
Raven se dedicó a mostrarles todo el lugar emocionada, Olympia solo subió a su habitación, pues estaba agotada
Se recostó en su cama, aquella que no había podido sentir desde su viaje a Inglaterra, alguien tocó la puerta
—Pasa Charles
—Lamento decepcionar —Dijo Erik entrando
—Para nada, es solo que él y Raven son los únicos que saben que ésta es mi habitación
—Entonces, si te parece, tomaré la de enfrente
—Perfecto —Dijo ella sonriendo
—Así que, cuando dijiste lo de britanoamericana privilegiada, ibas enserio —Dijo sentándose al borde de su cama
—La mía era más pequeña, cuando mis padres murieron, la vendí y me mudé aquí
—Por qué no la conservaste?
—Porque nunca fue mi hogar. No después de que presenté mi mutación. No volví a escuchar un "te quiero" de su parte. Desde que conocí a Charles lo único que escuchaba era "Deberías ir y pasar más tiempo con el hijo de los Xavier" hicieron todo para alejarme de ellos. La mamá de Charles nos prestaba menos atención que eso, tanto que nunca notó a Raven aquí. Así que crecí en esta mansión, esta es mi casa, mi hogar
—Lo lamento, enserio
—No lo hagas, así aprendí que la familia no siempre viene en la sangre. Charles y Raven, ellos son mi familia. A mis padres los asesinaron en un robo, me dolió, pero no sentí la necesidad de hacer algo, se que si alguien dañara a Charles o a Raven, no descansaría hasta asesinar a esa persona
***
—Cuánto tenemos? —Preguntó Olympia en el estudio de Charles, ahí estaba ellos dos, Erik y Moira
—Unas semanas a lo mucho, tenemos que estar listos tan pronto como sea posible —Dijo Charles— Entrenaremos diario, al menos dos horas con cada uno. Olympia y yo los entrenaremos. Moira, sería fantástico si te nos unieras
Olympia levantó una ceja divertida en dirección a Charles, que solo rió un poco
—Por favor, Moira —Confirmó Olympia— Se que Charles me va a desesperar y necesitaré a alguien ahí para evitar que lo mate
Moira asintió emocionada, eso le agradó a Olympia, a pesar de la impresión que tenía de que Moira los quería controlar, se dio cuenta de que no, de que ella los aceptaba por ser quiénes eran y de que ella era una buena persona. Le encantaba que Charles hubiera encontrado a alguien como Moira para estar a su lado y convirtió en su misión personal hacer que eso pasara
—Bien, los veo a las 5 mañana a todos —Dijo Erik— Nos esperan días largos
***
El primer día ella ya estaba despierta a las 4, no pudo volver a dormir así que bajó y desayunó algo
—En cualquier momento el sol saldrá, mi regalo de Apolo ya se levantó —Saludó Charles sentándose frente a ella
—Uno de estos días debería de intentar sacar al sol más temprano —Bromeó ella— Café?
—Por favor
—Viste que Raven me llamó regalo de Apolo en griego antiguo? —Preguntó ella sorprendida mientras le servía café
—Lo noté —Dijo Charles— Me robó la idea, pero es verdad
—Enserio crees que logremos hacer esto?
—Enserio crees que no?
—Touche
Terminaron su café en silencio y después Charles sugirió que fueran a correr, a Charles le encantaba correr
Faltaban unos minutos para las 5 cuando Erik bajó y se encontró con Raven, se escuchaba mucho ruido en el jardín
—Están entrenando tan temprano? —Cuestionó Erik
—Son Charles y Ly
—Ahh, y dime, cuál es exactamente la relación entre ellos dos?
—No lo se —Confesó ella, que no estaba al tanto de la plática que Charles y Olympia habían tenido una semana atrás— Dejé de intentar descifrar su relación después de saber que dormían juntos
Raven no notó el hueco en el estómago que Erik sintió al oírlo
—Pero ya no veo que Olympia mire de la misma manera a Charles —Reflexionó Raven, olvidando que estaba hablando con Erik— Ni Charles a Olympia
Raven se encogió de hombros y se fue, dejando a Erik pensando, si Olympia solo estaba siendo buena con él o si en realidad había algo más ahí, si lo estaba imaginando u Olympia lo quería como algo más que un amigo
Aún así, seguía teniendo una misión muy clara, matar a Sebastian Shaw
Olympia y Charles llevaron a Alex al búnker del padrastro de Charles
—Lo podemos usar como habitación de práctica —Finalizó Charles después de explicarle a Alex dónde estaban
—No creen que voy a destruir las paredes? —Les preguntó
—Construyó este lugar para que resistiera una bomba nuclear, creo que puede contigo Alex —Le dijo Charles
—Además, aquí es dónde yo entrené
—Saben? Cuando hago esto cosas malas pasan
—Es porque no lo controlas, te controla a ti
—Por eso estamos aquí Alex, es por lo que entrenamos
—Si hablan enserio y quieren que lo haga, será mejor que salgan
—De acuerdo —Dijo Charles— Deberíamos cerrar la puerta?
Alex asintió y eso hicieron
—Tómatelo con calma, cuando estés listo —Le dijo Olympia
No mucho después escucharon la alarma, chocaron las manos y abrieron
—Por Dios —Dijo Charles al ver que todo estaba en llamas
Ambos tomaron un extintor y comenzaron
—Recuerdos de la infancia Charles? —Le preguntó Olympia divertida
—Así es mi regalo de Apolo, así es. Te enseñaré a controlarlo Alex —Le prometió
Olympia le había dicho a Charles que fuera solo con Moira para el entrenamiento de Sean, que ella necesitaba descansar, pero en realidad ella había ido a la parte más alejada del bosque de los Xavier
Sí, sus títulos eran en lenguas y literatura, pero ella era muy lista en física y otras ciencias, había teorizado otras cosas que podía hacer con su poder. Las había llamado la llamarada solar
Hola!!! Espero que les este gustando. No olviden votar y comentar. Gracias por leer y nos vemos el viernes
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Inside my DNA | Erik Lehnsherr |
FanfictionErik Lehnsherr, el mutante lleno de odio y venganza Olympia Madden, la mutante llena de esperanza y emoción Casualidad, destino, ya no importaba, porque ellos dos ya se habían encontrado y las piezas habían comenzado a girar