Paz

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Después de dos meses abierta la escuela, ese día habían hecho la inauguración. También habían comenzado la nueva generación de X-Men, con Raven como líder táctica, Charles, Olympia y Erik como líderes administrativos

El nuevo equipo sería conformado por Peter, Jean, Scott y Kurt. Jóvenes valientes y talentosos que habían demostrado que lucharían hasta el final para proteger a la humanidad

Así que ese día, presenciarian su primer entrenamiento. Charles, Erik y Olympia aún se encontraban con los trajes de la inauguración, esperando a que los chicos aparecieran en la sala de entrenamiento con sus trajes de X-Men

Ese día, Erik y Olympia le habían pedido a Charles que fuera el padrino de la bebé que esperaban, pues ahora sabían que era una niña, él había aceptado más que gustoso

Entonces ellos entraron, Raven comenzó a darles instrucciones. Charles, Erik y Olympia observaban en silencio

—El mundo ya empezó a reconstruir sus arsenales —Les dijo Charles

—Es la naturaleza humana, Charles —Le respondió Erik

—Aún tengo esperanza —Dijo Charles

—Y mucha —Agregó Olympia

Erik rió un poco

—Ohh sí, esperanza

Charles y Olympia lo miraron con un poco de soberbia

—Tuvimos razón sobre Raven —Comenzó Charles

—Tuvimos razón sobre ti —Finalizó Olympia

—Qué hay sobre el resto del mundo? —Les preguntó— Charles, nunca te despierta en el medio de la noche? El sentimiento de que un día ellos vendrán por ti y tus niños?

—De hecho, lo hace —Le respondió Charles

—Qué haces cuando despiertas así? —Le preguntó Olympia, a quién le pasaba demasiado seguido desde lo de Nina

—Siento una enorme cantidad de pena por la pobre alma que venga a mi escuela buscando problemas

—No dejaremos que nada les pase —Afirmó Olympia con la mano en su vientre— Nunca de nuevo

—Nunca de nuevo —Afirmó Erik abrazando a su esposa por detrás y también poniendo la mano en su vientre

—Ella es poderosa —Les dijo Charles— Ya siento su mente. Pero sé que estará bien

Los tres sonrieron, con esperanza

—Están seguros de que no puedo convencerlos de que se queden? —Preguntó Charles

Erik, que tenía que recoger algo arriba, comenzó a alejarse, sabiendo que sería alcanzado por su esposa y su amigo en unos minutos

—Eres un psíquico, Charles, pueden convencernos de hacer lo que sea

—Adiós, viejo amigo

—Buena suerte, profesor

Olympia oyó el elevador irse

—Algunas cosas nunca cambian —Dijo Olympia

—Y algunas cambian rápido, Profesora Lehnsherr

—Dijiste que sientes su mente, significa que es telepata?

—Eso creo, no puedo asegurar nada aún. Pero se que su mutación se presentará rápido

—Es una suerte que sea la codirectora de una buena escuela

—Regresaran a vivir aquí cuando ella empiece a estudiar?

—Ya lo discutimos, sí, lo haremos

—El círculo completo

—El círculo completo

Olympia puso una mano en el hombro de Charles y antes de que alguno pudiera decir algo más. Raven había terminado de darles indicaciones y los chicos comenzarían el entrenamiento

—Olviden todo lo que crean que saben —Comenzó a motivarlos— Cualquier lección que aprendieron en la escuela, lo que sea que sus padres les enseñaron. Nada de eso importa. Ya no son niños, no son estudiantes, son X-Men

Hank abrió el compartimiento y unas versiones no peligrosas de los centinelas (creados por Erik) comenzaron a salir

Las puertas se cerraron, dejando a Charles y a Olympia fuera

***

—Alguna vez te dije lo bien que te queda ese traje? —Le preguntó Olympia a Erik

Él estaba sentado en el bosque, frente al memorial de Nina, junto a su árbol

—Un par, sí, pero nunca es suficiente

—Pues ese traje te queda de maravilla

Olympia se sentó a su lado y recargó la cabeza en el hombro de Erik

—Te amo Erik

—Te amo Olympia

Olympia suspiró, sentía que todo había acabado, que de alguna manera la gran guerra que habían librado por años, al fin había terminado, al fin podrían vivir en paz

—Estás bien? —Cuestionó Erik preocupado

—Sí, es solo que... Recuerdas esa opresión en el pecho que te dije que sentía cada vez que tenía a Nina fuera de mi vista? —Erik asintió— Este es el primer respiro sin ella. Creo que al fin dejé ir a mi bebé y me dejé de sentir culpable. Pude volver a respirar

—Sabes? Sé que su espíritu era demasiado bondadoso como para abandonar este mundo. Yo la siento con nosotros en este bosque, no sé porqué, no se si sea posible, pero cada vez que entró a este bosque, siento a Nina abrazándome después de un largo día de trabajo

Ambos cerraron los ojos ante el recuerdo de su hija

—Alguna vez te imaginaste esto? —Preguntó Olympia— Que pasarías por todo esto? Que llegarías a este momento aquí y ahora?

—No, no tenía ningún plan para mi vida. La venganza era todo. Cuando te conocí, fue como renacer, mi sol, mi todo. No cambiaría ni un momento de todo el dolor que hemos pasado. Si tuviera que repetir todo, sabiendo todo lo que dolería, lo haría sin dudarlo dos veces. Haría todo por volver a llegar a este momento a tu lado. Lleno de paz

—También yo, todo

—Tenías razón, una vez que nos encontramos, fue sólo cuestión de tiempo para hacerlo sin parar

—Y si te digo que no fue un accidente? El terminar contigo? Si te digo que desde el momento en que te vi supe que tenía que estar contigo?

Erik sonrió de lado

—Ya lo sabía mi amor, te dejé acomodar las piezas del domino y me dejé llevar por la cascada cuando cayeron porque tenía tantas ganas de estar contigo como tú de estar conmigo

Olympia sonrió al saber que Erik siempre lo supo, que Erik supo que no había sido coincidencia que la primera plática que tuvieran había sido en alemán, que después de que ella y Charles lo quisieran convencer de quedarse ella saliera a traducir al mismo lugar donde él estaba

Porque Olympia había caído desde el momento uno por Erik, había encontrado en medio de todo el dolor algo que nadie le podía quitar, amor

Erik también había caído desde el momento uno, Erik fue salvado por unos ojos cafés que vio en medio de la oscuridad del océano, por un rayo de sol que llegó a iluminar toda su vida

Erik y Olympia se quedaron ahí sentados, en silencio, disfrutando de la compañía del otro, disfrutando de su amor y de su paz

Inside my DNA | Erik Lehnsherr | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora