A la mañana siguiente Joaquín despertó con los brazos de su esposo alrededor de él en un cálido abrazo y en cuánto se percató de ésto decidió hundirse un poco más, había extrañado hacer eso por las mañanas.
No quiso perder tiempo, pues sabía que se iría pronto al trabajo y quería sorprenderlo con un rico desayuno cómo en sus primeros meses de vivir juntos, pero primero corrió a tomar un baño rápido.
Después de su ducha, entró a su vestidor para comenzar a arreglarse, pero aún no terminaba cuándo sintió unos fuertes brazos rodearlo y unos besos siendo repartidos a lo largo de todo su cuello y hombros. Soltó una pequeña risa y miró el reflejo de ambos en el espejo de cuerpo completo que estaba frente a él.
— Perdón por lo de ayer, sé que fuí un idiota — dijo Andrés levantando la mirada para también ver el reflejo, aún no se vestía por lo que podía apreciar muy bien los músculos de sus hombros, pero no podía apartar la vista de sus hermosos ojos de cachorro que lo veían con arrepentimiento, eran los mismos ojos que lograban ponerlo de rodillas sí se lo pedía.
— No te preocupes, no importa — dijo sin pensar, haciendo que se sintiera cómo un gran estúpido en cuándo lo hizo.
Pero las sorpresas no terminaron ahí porque su esposo no dejó ir el tema cómo usualmente lo hacía.
— ¡Claro que importa! — exclamó y después hundió su cabeza en el cuello de su esposo cómo un niño pequeño — tú eres lo más importante para mí y no lo he demostrado últimamente.
Joaquín sonrió cómo un tonto, era demasiado bueno para ser verdad, — ¿hablas enserio?
— Por su puesto, a partir de ahora no más horas extras en el trabajo, — se levantó de encima del otro sólo un poco para que se pudieran ver directamente al rostro, ambos tenían grandes sonrisas en el rostro —. Pero igual necesito llegar a tiempo hoy así que lo mejor será bañarme ahora. Oh, —agregó desde el marco de la puerta —, y espero que no te importe, pero tomé tu cargador prestado.
Observó a su esposo salir del vestidor usando sólo un bóxer ajustado, para siempre estar ocupado en el trabajo no descuidaba para nada el gimnasio porque su cuerpo seguía igual, quizás también debería hacer ejercicio, pensó el ojimiel mientras tocaba su estómago flácido.
Mientras que Andrés se bañaba, el más pequeño de estatura bajó a la cocina para comenzar a preparar el desayuno con música de fondo, tarareaba y bailaba feliz.
Duró varios minutos de esa forma, bailando mientras cocinaba y ponía la mesa, ni siquiera se dió cuenta de que su marido ya había bajado vestido con un traje gris y lo estaba observando con una sonrisa.
— Te amo — dijo sin pensar, llamando la atención del otro. Andrés estaba feliz de haberse casado con el ojimiel y era verdad que lo amaba, tanto que a veces se sentía culpable. Lamentablemente, sólo a veces.
— Yo también te amo, — sonrió feliz el castaño. Las cosas parecían haber mejorado por sí solas, pero de todos modos Joaquín sentía que tenían que hablar, para evitar que volviera a ocurrir algo cómo lo del día anterior, — pero tenemos que hablar.
El de ojos café se tensó por completo con miedo.
— Tengo que irme, hablemos después.
Comenzó a avanzar hacía la entrada, pero su esposo lo detuvo tomando su mano.
— Por favor, ésto es importante — suplicó con la mirada e hizo que el otro tragara duro —, incluso hablaré con Niko para que no se moleste contigo.
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Infieles // Adaptación Emiliaco
FanficJoaquín está felizmente casado. Emilio está felizmente soltero. Emilio cree que todos serían infieles en las condiciones correctas. Joaquín cree que nadie verdaderamente enamorado sería infiel. "-Cariño, nadie es realmente fiel, - dice Emilio lam...