La bruja Nichang

Capítulo 20: Agua

En realidad, ¿qué… qué estaba entrando en pánico?

—Fue extraño. Cuando me di cuenta de lo que estaba pensando, mis manos todavía estaban en mis oídos. Mi piel estaba caliente y los latidos de mi corazón eran mucho más rápidos
de lo normal.

Llegué a la orilla del arroyo en unos pocos pasos y me puse en cuclillas, recogiendo un poco de agua para mojarme los oídos. Una sensación de frío se apresuró instantáneamente,
y con el viento soplando contra mi cara, la sensación refrescante se extendió por todo mi cuerpo. 
Luego me puse de pie y suavemente dejé escapar un largo suspiro.

Eso fue correcto. Justo ahora, estaba… fui tomada por sorpresa.

Una vez había pasado caminando por un pequeño pueblo, y de repente unos niños desnudos salieron de un rincón. Me tomó por sorpresa esa vez, así que... también lo fue esta vez.

—Nunca antes había vivido en una comunidad y nunca había estado en lugares como baños públicos, así que no estaba acostumbrado a ver cuerpos desnudos. Nuestra Maestra
y yo fuimos quienes bañamos a Lian’er cuando la trajimos de regreso por primera vez y habíamos hecho cosas similares varias veces más desde entonces, pero no la habíamos bañado desde que era un poco mayor.  Había pasado tanto tiempo.
Era natural sorprenderse al verla desprevenida, ¿no?

Mi corazón se calmó gradualmente cuando lo pensé de esta manera.  Sacudí el agua de mis manos y cepillé la esquina de mi ropa, pero todavía estaba de pie con la espalda hacia el otro lado, sin ganas de darme la vuelta.

No miré hacia atrás hasta que una mano me dio unas palmaditas en el hombro y un "Oye..."  que vino detrás de mí.

Pero fruncí el ceño en el momento en que me di la vuelta.

La persona detrás de mí ahora era casi tan alta como yo. Sus rasgos faciales se habían vuelto cada vez más exquisitos a lo largo de los años.  Desafortunadamente, su temperamento siguió siendo el mismo. Unos cuantos mechones de cabello en su frente estaban goteando, y su ropa aún estaba mojada, pero no le importó, se la echó sobre el cuerpo y caminó descalza para encontrarse conmigo.

—¿Por qué tu ropa está mojada?
...  ¿No estabas usando nada justo ahora? ... ¿O te resbalaste y te caíste al agua antes? ... La detuve y la revisé
de pies a cabeza, sin ver nada inusual.

"Todo es por tí". Ella hizo un puchero y respondió plácidamente: "Estaban secos al principio, pero me gritabas que me los pusiera, así que seguí adelante y me los puse. Ahora te quejas cuando lo hago" .

Cuando escuché eso, puse los ojos en blanco, sin molestarme en jugar con ella, y respondí casualmente:
"Está bien, está bien, es mi culpa.  Debería haberte recordado que no puedes ponerte la ropa cuando tu cuerpo está mojado, que primero debes secarte. Sin embargo, la estaba alejando de la sombra del árbol hacia la orilla rocosa donde podíamos tomar el sol".

Estaba satisfecha después de sacar lo mejor de mí verbalmente y me siguió con una sonrisa. No fue hasta que llegamos a la orilla rocosa y nos quedamos quietos que ella preguntó con curiosidad: "¿Por qué me detuviste? ... ¿Cuál es la diferencia entre hablar aquí y allá?"

—¿Por qué? ... Para tomar un poco de sol. La jalé para que se parara sobre una roca plana y respondí mientras arreglaba su faja suelta: "Es fácil para ti escabullirte antes. Nuestra Maestra te está buscando, así que me ordenó que te buscara, pero por tu aspecto ahora, será mejor que te seques primero, o de lo contrario harás
que se enoje de nuevo cuando regreses" .

De pie bajo el sol, no dijo nada, simplemente cerró los ojos cómodamente y abrió los brazos como si fuera a dejar que la arreglara a voluntad.

Era pleno verano y la temperatura de su cuerpo era un poco más alta que el promedio, por lo que ahora solo vestía una prenda sin forro de color claro, que estaba hecha de la tela más suave que podíamos encontrar al pie de la montaña. El material delgado le dio al usuario una apariencia elegante, pero esa fue exactamente la razón por la que noté un... problema cuando comencé a arreglar su ropa.