𝟮𝟵

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—No se supone que el amor fuera así —Se quejo el azabache haciendo un puchero mientras tenía su mirada perdida en su vaso, notando que se encontraba vacío.

—El amor es una mierda —Murmuró Yuna mientras observaba la botella vacía que se encontraba sobre la pequeña mesa de centro—. Es decir, mírame a mí, Hee ni siquiera me dirige la palabra porque me vio lamerle el rostro al asqueroso de Jeno

—No me lo recuerdes —Pidió el mayor negando mientras soltaba un suspiro—. Aparte, no deberías haber hecho eso, de seguro le dejo una mala impresión de ti

—Solo le di a Jeno de su propia medicina, acaso debía permitir que llegara a insultarte y maltratarte como si nada, no iba a dejarlo en paz luego de que me pusiera una mano encima, idiota, está acostumbrado a que las estúpidas lo deje hacer lo que quiera con ellas solo por tener una cara bonita, y yo no soy así, jamás he sido así, me doy a respetar de idiotas que se aprovechan como él, imbécil —Protesto la rubia sin notar el alcoholizado tono de voz que tenía luego de haber bebido tres botellas soju junto a sus amigos.

—Creo que debemos dejar esto —Murmuró él dejando caer su cabeza sobre el sofá que se encontraba a su espalda.

Yeonjun se cerró sus ojos por un momento cuando de repente su celular comenzó a sonar, enfoco su vista en la pantalla, achicando un poco sus ojos ante el brillo que esta tenía, luego de leer el nombre de su amiga, no dudo en atender escuchando su cantarina voz debido al alcohol que tenía en su sistema.

—Yujin-ah ¿Qué sucede? —Quiso saber mientras veía a la rubia servir soju en los vasos vacíos.

— Oh, Yeonjun-ah llego nuestro pedido, sal a ayudarme —Pidió la castaña mientras subía al ascensor, colgó la llamada y presionó el botón del piso que vivía

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— Oh, Yeonjun-ah llego nuestro pedido, sal a ayudarme —Pidió la castaña mientras subía al ascensor, colgó la llamada y presionó el botón del piso que vivía.

Yujin acomodó su cabello mientras trataba de no tambalearse hacia los lados, siendo consciente de que no daría una buena imagen a sus vecinos si llegaban a verla de esa manera, pues siempre había sido alguien cordial, amable y simpática, una vecina increíble, pero sus padres venían a visitarla de vez en cuando, y no quería que algún vecino se fuera de bocón solo por verla alcoholizada un sábado en la madrugada.

Una vez que la puerta se abrió ante ella, salió cargando las bolsas, luchando por no dejar caer su celular pues sus manos se encontraban llenas y no quería perder un celular con el que apenas llevaba dos semanas, mientras avanzaba por el pasillo, frente a ella, a unos pasos apareció Soobin, el mismo pelimorado que hace unas horas había logrado que Yeonjun llorara como si fuera un niño pequeño.

—Oh, tu otra vez aquí... —Habló ella riendo levemente mientras veía al mayor congelarse por un momento—. ¿Desde cuándo somos vecinos? No lo sabía —Bromeó tambaleándose cuando se detuvo junto a él.

—Hola, ¿Estás...? Yujin apestas a alcohol —Dijo él mirándola con algo de sorpresa.

—Claro que no, no seas exagerado —Se defendió ella luciendo algo ofendida por aquel comentario.

𝙋𝙄𝙒𝙆𝙀𝙉𝙔𝙀𝙔𝙐 // 𝙎𝙊𝙊𝙅𝙐𝙉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora