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Sus ojos se encontraban cerrados mientras trataba de controlar las inmensas ganas de jadear ante la increíble sensación de tener los labios del mayor sobre su piel, no podía describir la cantidad de sensaciones que sentía en ese momento, pero le parecía tan íntimo, tan de ellos que simplemente se estaba dejando llevar por la sensación que el cuerpo ajeno le brindaba, y es que, con un solo toque, Soobin podía dejarlo sin palabras.

La manera en que acariciaba su cuerpo era como si se tratara de la obra de artes más perfecta y delicada de todo el mundo, pero solo era él y Soobin lo hacía sentir de aquella manera sin necesidad de decir ninguna palabra.

En algún momento, sin que él notara algo, Soobin se había encargado de cambiar de posiciones, dejándolo completamente a su disposición debajo de su cuerpo, cubriendo apenas un poco el torso de ambos gracias la camisa del mayor que caía por sus costados cubriendo el esbelto cuerpo de ambos.

Sin poder contenerse, el azabache abrió levemente sus labios de manera jadeante al sentir la lenta fricción que el mayor se había encargado de crear entre sus cuerpos, de manera que ninguno de los dos era capaz de razonar de manera correcta, y no era que estuvieran haciendo algo malo, pero sin duda podían ser descubiertos en el momento menos pensado, pero para ser sinceros eso estaba en segundo plano, solo pensaban el uno en el otro.

No quería admitirlo, pero de verdad sentía que sus pantalones comenzaban a molestar y eso solo lo avergonzaba cada vez que aquella idea pasaba por su cabeza, se negaba a siquiera mencionar aquello.

Soobin podía apreciar el hermoso brillo en aquel par de ojos color caramelo mientras veía al menor estremecerse y es que él no está a libre de eso, simplemente trataba de controlar cada pensamiento que iba más allá de lo que ya se encontraba haciendo, y es que no se supone que algo así iba a suceder, pero de alguna manera a otra termino así.

El azabache se encontraba recorriendo la piel de su cintura mientras que la otra se encontraba aferrada a su espalda, sus abdómenes se encontraban pegados entre si casi por completo de no ser porque él se encontraba creando la fricción que los tenían alejados de la realidad.

Podía sentir la respiración del menor en su cuello, lo cual hacía que su piel se erizará por completo, mientras que él mantenía su cabeza apoyada en la del menor, dejando escapar inevitables jadeos cerca de la oreja del azabache.

De repente Yeonjun se sintió completamente ahogado por cada sensación y emoción del momento, algo que hizo que todo dentro de él se removiera por completo, y fue entonces cuando sintió el cuerpo del mayor caer sobre en él por completo, aunque sin lastimarlo en absoluto.

—H-hyung... —Murmuró él sintiendo aún los brazos del mayor envolverlo mientras él giraba su rostro con cuidado hacia él pelimorado.

—No se supone que haríamos esto ¿Verdad? —Susurró el mayor pegando su frente a la del azabache mientras cerraba sus ojos.

—Se supone que tenías que hacer unos planos —Recordó él algo avergonzado mientras sentía la mano del mayor acariciar su pierna por encima de la tela de su pantalón—. Se siente... extraño ahí abajo —Comentó sonrojándose por completo.

—Lo sé —Dijo Soobin sonriendo algo divertido mientras acorta a la distancia entre sus labios para poder besarlo fugazmente—. Te vas a quedar mientras sigo con mis planos ¿Cierto?

—Si, pero... necesito ir al baño antes —Murmuró él mientras sentía al mayor levantarse con cuidado para dejarlo libre de su peso corporal.

Yeonjun incorporó su cuerpo bajo la atenta mirada del mayor, sus mejillas arder, de verdad se sentía demasiado avergonzado y es que Soobin le había dado una nueva experiencia, aunque sentía nervios al principio, se había encargado de hacerlo sentir tan bien, tan seguro, a pesar de que no habían llegado más allá de lo debido, pues ninguno de los dos se sentía seguro de aquello.

𝙋𝙄𝙒𝙆𝙀𝙉𝙔𝙀𝙔𝙐 // 𝙎𝙊𝙊𝙅𝙐𝙉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora