𝙋𝙄𝙒𝙆𝙀𝙉𝙔𝙀𝙔𝙐 // 𝙎𝙊𝙊𝙅𝙐𝙉

𝟱𝟰

"—Me gustaría verte..."

No se sentía bien, podía darse cuenta de como su pulso comenzaba a acelerarse a medida que caminaba hacia aquel lugar, su cabeza se encontraba hecha un desastre desde aquella llamada el día anterior, no había podido descansar y sus clases habían comenzado desde temprano, su mente había estado atormentándolo durante toda la noche, el miedo y la inseguridad de regresar a aquella casa era tan vivo como la vez que su hermano se había encargado de sacarlo de allí para llevarlo al hospital producto de la golpiza que su propio padre le había dado.

Sentía un gran peso en su pecho y un nudo en el estómago que amenazaba con hacerlo derrumbarse en cualquier momento, y sus pensamientos no ayudaban para nada, sus ojos amenazaban con comenzar a derramar lágrimas, pero cuando sintió que lo mejor era escapar, pudo sentir como una mano se colocaba en su hombro, sobresaltándolo y haciendo que volteara algo nervioso, encontrándose con su papá a un costado.

— Viniste... pensé que no lo harías —Dijo el adulto quien tenía una amplia sonrisa en su rostro. — Tenía la esperanza de que vinieras al menos tú, Minhyuk me rechazó de inmediato, dijo que tenía mucho trabajo... —Informó mientras lo observaba con algo de pena en sus ojos. — Pero bueno... tú estas aquí, así que vamos a dentro, prepararé tu cena favorita...

Soobin asintió débilmente luego de ver al mayor por unos segundos, el mayor se adelanto debido a lo ansioso que se encontraba, demasiado para notar lo tenso y angustiado que se encontraba el pelimorado, demasiado emocionado para el gusto de este mismo.

Luego de soltar un entrecortado suspiro, se dispuso a seguir los pasos del adulto, adentrándose a aquella casa que en un momento de su adolescencia juro jamás volver, y es que la cantidad de recuerdos que tenía eran más buenos que malos, pero los malos eran más recientes y eso le ponía los pelos de punta.

— ¿Quieres algo de beber? —Preguntó su papá avanzando por la amplia sala que compartía espacio con el comedor y una cocina estilo americana.

— Agua estaría bien —Dijo él con una voz más dura de lo que esperaba, la verdad es que estaba tratando de controlar el desastre que amenazaba con explotar en cualquier momento.

Seongchul asintió levemente para luego tomar un vaso de su encimera y servir agua gasificada que mantenía en su refrigerador, una vez que sirvió el vaso, tomó este y rodeo el mesón para poder acercarse al menor quien observaba el lugar en silencio, con sus manos dentro de sus bolsillos, dándole la espalda por completo.

— Ten, hijo...

Soobin giro su rostro hacia él mayor, desviando rápidamente su mirada al notar la sorpresa en los ojos del mayor, quién no pudo contenerse al ver las lágrimas acumuladas que el menor tenía en sus ojos y amenazaban con salir.

— ¿Qué sucede? ¿Te sientes mal? —Preguntó el adulto tomando los hombros del menor para girarlo hacía él.

— Lo siento, no puedo hacer esto —Murmuró él sintiendo su pecho apretarse mientras mira al adulto.

— Esta bien, lo entiendo, de verdad... no pensé que fueras a sentirte tan mal, debiste sentirte presionado, de verdad lo siento —Dijo Seongchul parpadeando con algo de nerviosismo.

— Tengo que irme...

— No, Soobin no puedo dejar que te vayas así, tus ataques de ansiedad no son algo que debamos tomar a la ligera, no quiero que conduzcas en ese estado —Se apresuró a hablar el mayor negándose por completo.

— ¿Pretende que me quede aquí? Eso no va a pasar, no quiero —Atacó él sintiendo como sus lágrimas comenzaban a caer.

— Déjame llevarte, puedes venir por tu auto mañana, por favor, no quiero que algo te suceda, te vi tener un accidente, si algo te sucede otra vez no lo resistiría

—...E-esta bien

Sus pasos eran rápidos por las escaleras, ni siquiera se preocupo por atender el llamado de su padre quien salió de la cocina para verlo apurado que salía de casa, la llamada telefónica había sido colgada y él ni siquiera se había preocupado en responder al mayor quien no había hecho más que murmurar cosas, mientras corría por la calle, pudo ver la esbelta figura del mayor pasar por la entrada del condominio, metió su celular en el bolsillo de su pantalón y rápidamente se abalanzó sobre el mayor, quien se aferro a él de inmediato, apretándolo entre sus brazos, permitiéndole sentir como temblaba ligeramente, comenzando a sollozar con su rostro oculto en el cuello del azabache.

— Prometiste llamarme cuando esto sucediera ¿Por qué no lo hiciste? —Regaño él con preocupación mientras acariciaba la espalda y cabello del mayor.

— Solo arruino las cosas, por favor perdóname —Pidió el pelimorado entre lágrimas, sintiendo su pulso acelerarse mientras levantaba su rostro para mirar al menor.

— No digas eso, no has arruinado nada, deja de creer todo lo que tu mente te dice, eres el chico más increíble que he conocido jamás, estás pensando demasiado... Soobin mírame —Murmuró él sonriendo ampliamente a pesar de que sus ojos se encontraban cristalizados, observando al mayor quien había cerrado sus ojos, abriéndolos solo ante su llamado. — Mírame, estoy aquí, dije que estaría aquí en todo momento, incluso si es difícil ahora, prometí que estaría para ti cuando esto pasara, bobo

— Lo siento...

— No, no digas eso, escucha, te amo demasiado, quiero que la próxima vez me llames de inmediato, no quiero que te quedes solo atormentándote por no querer preocuparme, por favor —Pidió él limpiando las mejillas del mayor con sus pulgares, viendo al mayor asentir levemente. — Lo digo de verdad, quiero que me llames de inmediato —Advirtió él soltando un suspiro mientras volvía a abrazar al mayor, siendo correspondido de inmediato. — Te amo, Choi Soobin