dos almas. / luckity to rubckity

labios rotos

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¡tw!
menciones de sh.

Quackity había adelgazado mucho a comparación de cómo estaba antes, y eso que el era ya delgado, pero no lo había hecho de una manera muy saludable que digamos. Se podría decir que se encontraba "bien" si es que alguien le preguntaba, y eso era lo que aparentaba, pero realmente no era así.

Su trastorno alimenticio se hacía cada vez más fuerte, haciendo que la depresión de la cual no había salido antes, se hiciera más presente en su vida.

Lloraba por horas frente al espejo, odiándose cada vez mas y mas, sacando cada uno de sus pequeños defectos.

Llego a _sh_ algunas ocasiones, por lo que siempre debía usar manga larga ya que no quería que los demás se enteraran de esto, pero intentaba ya dejarlo porque le aterraba de lo que llegara a ser capaz en un ataque de ansiedad.

En un ataque de ansiedad no piensas bien lo qué haces, sientes que dejas de respirar, el cuerpo te tiembla, el mundo se cierra y haces lo que sea para calmarte, y para Quackity esto era haciéndose _sh_.

Y si claro, las amistades que tenía en Los Ángeles se habían fortalecido, pero aún no sentía la confianza de contarle a alguno de ellos los problemas que tenía, ya que odiaba sentirse como una carga para los demás.

Había ido al psicólogo en algunas ocasiones, esto le servía mucho a él, pero desde hace un tiempo dejo de ir, por miedo de que sus padres se enteraran de su estado.

Un día estaba solo en casa, en medio de nuevamente un ataque de ansiedad, con el rostro lleno de lágrimas y la cuchilla en su mano, escuchó el timbre sonar.

Rápidamente guardó las cosas y se bajó la manga, echándose un poco de agua en la cara para intentar bajar el rojo de su rostro, y se acercó a la puerta para abrirla.

Al hacerlo se quedó quieto, sin mover un músculo de su cuerpo.

— Hola patito.

Era el.

Estaba la persona que tanto había extrañado en su puerta, con un ramo de flores.

— Puedo pasar?— le sonrió.

— C-claro pasa.— sus ojos ya estaban cristalizados por haber estado llorando anteriormente, así que las lágrimas no tardaron en salir.

Rubius dejó las flores sobre una mesa y rápidamente lo tomó por la cintura abrazándolo fuertemente, respirando todo su aroma.

— No sabes cuanto te extrañe.— murmuro en un hilo de voz.— Anhelaba tanto esto.

— Y-yo.— intento decir mientras sollozaba sin control alguno. — También quería verte..m-mucho.

— Patito, estás bien? te noto un poco
más delgado y....— lo tomo del rostro.— Tus ojos han perdido su brillo.

Seguía llorando mientras tomaba la mano de Rubius que sostenía su mejilla.— E-estos últimos meses han sido m-muy difíciles para mi.

Rubius comenzó a llorar también.— Para mi también ha sido un poco difícil.— Le limpio las lagrimas suavemente a Quackity. — Pero ya estamos juntos okay? Te prometo que vas a mejorar.

Entrégame tus labios rotos lo quiero besar
Los quiero curar
Los voy a cuidar, con todo mi amor

— Pero Rub.— miró hacia abajo.— Y si aún no estamos listos para esto?

— No me importa una mierda.— río un poco.— Si aún no estamos listos, crezcamos juntos.