dos almas.

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Habían pasado dos años desde que aquellos se habían vuelto a encontrar, era octubre de nuevo, otro octubre más.

Las cosas iban bien entre nuestros queridos protas, tenían altos y bajos como en cualquier relación, pero al final tenían la madurez para poder pasar ese tipo de peleas.

Quackity terminó mudándose a la casa del español, yendo unas cuantas veces a los ángeles para recoger sus cosas y visitar a sus familiares.

Fue una gran sorpresa para la familia de este al saber que el novio de su hijo aún seguía con vida, pero después de varias explicaciones aceptaron los hechos y dieron su bendición para la relación.

Fueron varias veces a terapia de pareja, no por el hecho de que estuvieran mal, si no que tenían muchos cabos sueltos por resolver.

Les estaba sirviendo mucho la terapia, ya que así podrían resolver las cosas que los atormentaban desde raíz, apoyándose mutuamente en el trayecto.

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Octubre 21, era sábado por la tarde, alrededor de las 3 pm, estaban sentados en la cocina comiendo spaghetti que el menor había preparado, uno junto al otro.

— Oye recuerdas que hoy nos veremos con Luzu alrededor de las 6 verdad? — preguntó el mayor mientras tomaba un poco de jugo de manzana.

— Si si, a donde íbamos a ir? — respondió mientras seguía comiendo.

— Solo íbamos a ir a pasar la tarde con Luzu y Vegetta a un lugar que quería ir.— le dijo mientras lo miraba.

— Sigo sin creerme que Vege y Luzu andan, es como algo que nunca veía venir. — el menor sonrió.

— Cierto? — suspiró.— La relación que jamás me esperaría.

— Pues si pero en fin, que se hace cuando uno está enamorado.

— Tienes mucha razón pato.— tomo una servilleta para limpiarle la comisura de sus labios donde se había ensuciado un poco.

— Así como yo me enamoré de ti.

— Enserio te enamoraste de mi? — dijo en tono sarcástico.

— Ay si el pinché bromitas.— rodó los ojos mientras reía.

— Pensaba que nada más te atraía físicamente.— se hizo el sorprendido.

— Simón Rubia simón, después de dos años acá ando solo porque estas bien pinché guapo. — le siguió el juego.

— A mi no me andes diciendo rubia animal de granja.— replicó .— Ya no te enojes amor.

— No ya me enoje bye.— se hizo el indignado de broma.

dos almas. / luckity to rubckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora