Desde muy pequeña sentí sierta atracción por el romance, el amor, por como se fragmenta en los libros de literatura antiguos, deploré una exasperante idea de que quería vivir una historia algo parecida, compartirle mi amor a alguien digno del mismo, alguien que me brindara algo tal vez no igual pero si semejante. Conforme empecé a creer y darme cuenta del mundo en el que vivía, mis fantasías fueron llevadas al colapso, el mundo se ha encargado de borrar cada suspiro que alguna vez tuve por tener algo remotamente parecido a las novelas románticas que tanto me encantan, porque ciertamente he vivido y visto lo suficiente para entender que por más que intentes ser cabal para alguien, por más que procures ser ideal ante los ojos de aquella persona que estimas, aún si pones sus intereses antes que los tuyos, incluso si medio mundo te ha dado razones para desistir de dicha contienda y tú sigues ahí, dando cada parte de ti, auxiliando y cortando tus alas para que esa persona vuele y así poder hacerlo sentir a gusto, te destruye, te araña la mente, te rasga cada parte del alma y al final te deja solo un corazón en coma.
ESTÁS LEYENDO
𝙼𝚢 𝚋𝚛𝚊𝚒𝚗 𝚊𝚗𝚍 𝙸
PuisiNeil Smith dijo una vez "El control de las armas es el control mental" pero, ¿acaso es posible poder controlar nuestra mente? La mente humana es un laberinto sin final, un tablero de ajedrez en representación de la vida y nosotros somos los peones...