Capítulo 5

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Faltaban quince días para la boda de mi madre. Fede y mi padre no dejaban de hablar de ello, se habían propuesto ser los encargados de todo y no se les escapaba un detalle.

Pocos días faltaban y ya tenía bastantes cosas en la cabeza, así que decidí dejarles a ellos los preparativos de la ceremonia y la recepción, estaba al tanto para no parecer ajena y que mi madre se enojara. James me había llamado ayer, y le había colgado. Así que solo me escribió para invitarme a su cumpleaños, algo que debía agradecerle a Dante es que la noticia no me tomó desprevenida. Tal vez era mi imaginación pero en la forma que me escribía se sentía tan frío y distante, usando sólo las palabras adecuadas, como queriendo hacer que desaparecieran toda nuestras conversaciones y discusiones, ignorando aquella noche en que dejamos de ser "tan amigos"

Me sustrajo de mis pensamientos bip-bip de las notificaciones de los mensajes de texto. Era mi madre.

Mamá: ¿Has visto, Gema volvió?

Yo: Lo sé.

Mamá: Deberías hablar con James, él te escuchará, siempre lo hace.

Claro hablar, como si eso fuera lo que no he estado haciendo con él todo este tiempo, bueno, hablar y algo más, si me daba la oportunidad.

Yo: No mamá, es su decisión, yo no me quiero meter más en eso.

Mamá: Sigo pensando que deberías hablar con él, es lo correcto.

Me quedé pensando una respuesta, pero gracias al cielo no fue necesario.

Mamá: Bueno cariño, luego hablamos, voy a probar el menú. Te quiero.

Yo: Te quiero, bye.

Sé que tiene la mejor intención y estoy convencida que desde afuera se ve de esa manera, pero tampoco se puede ver lo que estamos atravesando James y yo, que es a efectos prácticos una guerra fría.

Llega otro mensaje, creo que es mamá, pero no, es James:

James: Lauri, tenemos que hablar, ¿puedes venir a casa?

"¡Mierda! Ahora quiere hablar, hablar de qué, qué más tendrá para decir". Se me aflojaron las piernas, otra vez los nervios se apoderaron de mí, lo mejor era no ir, escapar de volver a enfrentarlo y para que me bombardeara con excusas del por qué no podemos estar juntos.

Yo: Ok, voy.

Yo con mis geniales ideas, ahí voy, sometida bajo su control, porque me hace cambiar de planes con solo aparecer, intento convencerme de que es la oportunidad para seguir el consejo de mi madre, voy a hablar con él, solo eso.

"Que hipócrita soy, me he puesto la lencería a juego, eso es un truco de adolescente tan bajo" pensé durante todo el camino en el taxi a casa de mi amigo. Toqué el timbre solo una vez y sentí su voz.

–Soy yo – respondí.

Eran tres pisos y tomé el ascensor. James me abre la puerta justo cuando iba a tocar, está justo como lo recuerdo, maravillosamente atractivo.

Me conozco su piso de memoria, nos sentamos en el sofá y me llegan recuerdos a la mente, él y yo hemos pasado demasiado tiempo juntos. Viendo películas, acompañándonos en las tardes cuando llovía, había demasiada historia entre nosotros.

– ¿Cómo estás?

–Bien – que mentirosa soy y qué cruel él, preguntándome eso.

–Dante me dijo que vendrás con él a mi cumpleaños.

Asentí, parece que Dante nos ahorró a los dos la sorpresa sin darnos cuenta. De cierta forma era lo mejor, mientras más rápido aceptara la realidad mejor para mi estabilidad mental. James comenzó a hablar y las palabras me parecieron sacadas de un guión básico de "disculpas para mejores amigos que confundieron los sentimientos/ edición para tontos"

Quiero que te quedesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora