Capítulo 20.

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– ¡Ya estás malcriando a mi hijo menor! – un chico que parecía una versión mayor de Dante nos interceptó.

–Para qué perder el tiempo con los adultos, cuando puedes radicalizar a los niños con una vida de eterna diversión – le dijo Dante mientras los dos se abrazaban y bajaban al pequeño que corrió hasta dentro de la casa.

– ¡Hola! Tú debes de ser Lauren – me extendió la mano.

Le devolví el saludo y asentí con una sonrisa, todos parecían saber quién era yo.

–Bienvenida, gracias por tolerar a mi hermanito, es lo peor de la familia.

El comentario me hiso sonreír aún más.

–Yo soy Dario, el atractivo de los tres – me dijo mientras empujaba a Dante por el costado y me pasaba el brazo por el hombro – ven, te presentaré a todos.

–Primero tu hijo y ahora tú –dijo Dante tomándome por el otro lado la mano – ¿acaso pretenden ocupar a mi novia todo el tiempo?

–Es una situación que nunca imaginé, conocer a mi primera cuñada.

Escuchar a Dante decir tantas veces que era su novia me hacía sentir muy especial, supe de muchas chicas con las que salía él, pero al parecer su familia no había conocido a ninguna.

–Papá estará encantado contigo, Dante nos dijo que eras arquitecta.

–Eh, si – estaba un poco nerviosa.

– ¿Cómo está papá? – le preguntó Dante a su hermano.

–Un poco más animado después de que llegamos Jenna y los niños, pero no ha cruzado palabra con Tatiana, se están ignorando.

–Una puta guerra fría – sentí como Dante me presionaba un poco la mano, estaba algo nervioso.

¿Qué estaría pasando entre Tatiana y su padre? Los chicos parecían un poco acostumbrados al carácter difícil de su adre y por lo que pude percibir Tatiana lo había heredado también.

Llegamos a la casa, Jenna estaba sentada jugando con los niños, el mayor de ellos corrió hacia donde estaba Dante y lo abrazó alegremente, después me saludó un poco tímido. De la cocina salió una señora encantadora con una bandeja llena de galletas con chispas de chocolate, los niños la emboscaron y cuando por fin se libró de ellos caminó hacia nosotros.

–Lauren, ella es Talía, la esposa de mi padre y a Jenna ya la conociste hace un rato – Dante me presentó a las dos mujeres que me sonreían – Jenna es la esposa de Dario y la madre de los chicos mitad tormenta.

– ¡Hey! No hables así de tus sobrinos – Jenna lo regañó, mientras Dario corría a separar a los chicos que estaban peleándose por la última galleta.

–Los que amo con todo mi corazón – le dijo en forma de disculpa.

–Hola Lauren, encantada de que estés aquí con nosotros – Talía me tomó ambas manos, era una mujer muy maternal. Dante la abrazó y la besó en la cabeza, gesto que ella agradeció con una enorme sonrisa.

–Tu padre está en la oficina – le dijo a mi compañero, el cual me inclino la cabeza para disculparse por ir, yo asentí con una sonrisa. La verdad no me molestaba nada quedarme con las personas que acababa de conocer se sentía en familia.

–Lauren, debes sentirte orgullosa, Dante nunca se había interesado tanto por un negocio de la familia como lo está por el hotel en que trabajan juntos – me dijo Dario mientras nos sentábamos todos en el salón.

–Dante ha trabajado muy duro con todos nosotros.

Talía se veía radiante, tal y como una madre orgullosa luciría.

Quiero que te quedesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora