¡Meowscarada, la ladrona enmascarada! [Pokefilia] [Lemon] (+18)

El Segundo Golpe: "Vida y lágrimas de un artista" (Parte I)

- Y... Es por eso que no pude ir a trabajar ayer en la noche, ¡perdón jefe! - Dije, juntando mis manos mientras ponía ojitos suplicantes. - De verdad que se me olvidó, tantas cosas habían pasado ayer y pues...

- A ver, Mel, detente. - Dijo Alexander, mi jefe. Miró hacia el piso con una mirada consternada, y luego hacia mí. - ... Un simple "surgió algo personal, no pude ir" habría sido suficiente. No... No tenías que entrar en tanto detalle, fue... altamente perturbador.

Él es mi jefe, se llama Alexander. Tiene 24 años pero es tan bajito como yo y a menudo lo confunden con un chico de 16-17 años. Pero es bastante maduro, y fue lo bastante amable como para contratarme cuando nadie más lo hacía. Todos piden "documentación" y cosas tontas por el estilo. O sea, estoy aquí, ¿eso no es prueba suficiente de que existo? ¿Para qué necesito un acta de nacimiento? En fin..

Suena raro, ¿verdad? ¿Una ladrona buscando trabajo? O sea, ¿queeé? Pero la verdad es que, bueno... Hay días mejores que otros, y tal vez un trabajo estable me ayudaría a no pasar hambre por las noches, a comprar mantas para el invierno, a comprar ropa nueva, un colchón nuevo... Y quizás, si me sobra algo de dinero, podría comprar libros...

En cualquier caso... Alexander, flaquito y tierno como lo ves, es mi jefe y desde hace unas semanas me contrató para realizar "Trabajos Raros". En resumen, trabajos de un par de días en los que hago cualquier cosa: He limpiado casas, trepado a los techos para limpiar techos, usar Dulce Aroma para ambientar casas, arrancar hierbas malas, ser sujeto de pruebas para estudiantes de Medicina...

- Sí, lo siento jefe... - Dije, apenada. - Um... Si quieres puedo ir a trabajar todo el día hoy, para compensar...

- Meh, olvida eso. - Dijo Alexander. Hizo ademán de inclinarse en la silla, pero recordó que las sillas de mi casa no tienen espaldar, así que se puso derechito otra vez. - No he venido para gritarte, he venido porque te conseguí un trabajo bueno.

- ¿Oh? ¿De qué se trata?

- Ja, mira cómo se te iluminan los ojos, que bonita que eres, niña. Se trata de un viejo coleccionista de artículos raros. Necesita ayuda para catalogar toda su colección: Libros, pinturas, estatuillas, decoraciones, baratijas... Tiene una montaña de fruslerías de ese estilo, así que son dos días, 10 a 12 horas. Buena paga. Comienza desde el medio día hasta que terminen de catalogar lo que quiere. ¿Qué piensas? - Respondió Alexander, con una media sonrisa.

- ¡Suena genial! Deben haber un montón de cosas bonitas... Ah, ¿Y el señor? ¿Cómo se llama? ¿Cómo es? - Un coleccionista de artículos raros... ¡Wow! Seguramente tiene un montón de historias que contar... ¡Suena divertido!

- El viejo se llama Ricardo Villavieja. Curioso nombre. No tengo idea cómo es porque solo hablamos por teléfono, pero mandó su dirección y la casa es inconfundible. Es una de esas viejas casonas de la época colonial, allá en el centro de la ciudad.

- A-Ah... - Mi corazón titubeó un poco - ¿El centro de la ciudad? Um... ¿No está un poco lejos?

- O sea... Sí, pero la paga es decente. ¿Tienes algún problema?

- Mmm... Nunca he ido al centro de la ciudad. - Confesé, apenada. - P-Puedo aprender, ¿hay buses que me lleven por allí? Ya sabes... ¿Directamente?

Alexander me miró algo incrédulo por unos momentos. Suspiró. - No quiero que te pierdas otra vez, voy a darte indicaciones. - Sacó de su bolso (nunca lo veo separarse de ese bolso. Él me dice que no es un bolso, es una "Man-Bag". Pero, ¿acaso eso no significa "Bolso de hombre"?) un cuadernillo y comenzó a escribir en él. Se detuvo un momento. - Hey, ¿y si tomas un taxi? Es algo caro por el tráfico... Pero te costaría a lo mucho...¿Qué, 35-40 dineros?