El Séptimo Golpe - ¡La mente esmeralda! (Parte II)

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¿Eh? Es verdad, no estoy en casa...

Después de que me haya tirado hacia el abismo, me di cuenta de que nadie sabe que estamos aquí. Selene y el profesor guardaron esto como secreto, y aunque le dije a Zonya y Alex que saldré a trabajar, no les dije a dónde.

Ahora que estoy cayendo a un abismo al parecer infinito, esto fue una terrible idea.

Grité y grité mientras me daba cuenta de lo increíblemente larga que era la caída. Pero entonces recordé el entrenamiento que hice con Rem: Mis piernas, mientras caiga de pie, se flexionarán para amortiguar el impacto.

Me preparé para la peor.

Para mi sorpresa aterricé sobre algo blandito con mucha menos fuerza de la que esperaba.

- ¡OW! Su puta madre... ¿Mel? – Rem había amortiguado mi caída con su cuerpo, pero creo que no lo hizo a propósito.

- ¡Rem! ¡Estás bien! – Lo ayudé a ponerse de pie y le di un abrazo.

- Ah, reinita, ¿Por qué estás acá? Te dije que te fueras... Ahora estamos los dos bien fregados, ¿eh? ¿No sabrás Flash, Huida, Excavar por si acaso?

- Uh... ¡Ah! Tengo mi celular, espera.

Afortunadamente recordé guardar mi celular en mi mochila de cuero. Si lo hubiera tenido a la mano seguramente se hubiera perdido en la caída. Encendí la linterna. La luz apenas podía iluminar un par de metros frente a nosotros. Estábamos en otra cámara, totalmente a oscuras. Me paré sobre los hombros de Rem para ver si alcanza a ver el agujero por el que caímos. Nada. Incluso salté sobre él como apoyo, pero no lo veíamos. Estaba demasiado arriba seguramente.

- Que huevada más grande. – Él cruzó los brazos. - ¿Ahora qué? ¿Nos jodimos?

- Mmm... - Me senté en el suelo con las piernas cruzadas para pensar. Rem se sentó conmigo. – Selene dijo que este lugar era un templo, una huaca, ¿no? Entonces... Normalmente, cuando haces un templo, quieres que la gente entre y se pueda ir, no los dejas atrapados bajo tierra. Así que debería haber una salida en algún lugar.

- Tiene sentido. Ahora que sabemos que hay... cosas por ahí, no nos van a agarrar con los calzones fuera otra vez. – Rem se puso de pie, mostrando las garras.

Asentí. No sé qué cosas están aquí abajo, pero Selene mencionó Yamask, así que... Pueden ser otros Pokémon de tipo fantasma, o... algo mucho peor. Me da escalofríos pensar en esa posibilidad, pero es posible que hayamos perturbado a fuerzas más allá de nuestro control al entrar aquí.

Avanzamos en la oscuridad. El piso estaba tallado, lo que era un buen signo (no tallas el piso a menos que esperes que la gente pase por aquí), pero no teníamos ni idea de la extensión de la cámara en donde estábamos. Nos dirigíamos hacia donde recordábamos estaba la escalera en espiral del piso de arriba, pero no importa cuánto avanzábamos, seguíamos descubriendo oscuridad, ninguna pared o cambio aparente.

- No tiene sentido – Dije – Ya deberíamos haber encontrado algo. No es posible que esta habitación sea tan grande, el tiempo de caída... Si la velocidad del coso-gravedad era 9,8m/s o algo así, y he caído por al menos diez segundos... No es posible, no es posible que estemos 98 metros bajo tierra.

- ¿A qué te refieres? – Rem se sentó en el suelo al ver que yo empezaba a teorizar y a reflexionar.

- Porque... Porque es difícil construir sobre la arena, los egipcios lo podían hacer porque tenían un montón de mano de obra, pero construir sobre la arena es muy diferente a hacerlo debajo de la arena. Tal vez... Tal vez hay algo que no nos deja escapar ni avanzar. Ya me ha pasado algo así antes. El Callejón Eterno...

¡Meowscarada, la ladrona enmascarada! [Pokefilia] [Lemon] (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora