¡Meowscarada, la ladrona enmascarada! [Pokefilia] [Lemon] (+18)

El Cuarto Golpe: ¡La Mansión Country y Lágrimas de Gaia! (Parte II)

¡Hola! Antes de continuar, debo decir que la entrega de hoy es algo bastante larga, así que no duden en tomar descansitos mientras la leen~

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Angélica hizo una pequeña esfera de energía para iluminar un poco la habitación. Gracias a eso, me di cuenta de que no me había puesto los pantalones ni la camisa, y que casi salgo de la habitación en ropa interior. Comencé a vestirme.

- Gracias, bonita. - Le sonreí y ella me devolvió una pequeña sonrisa, pero entonces volvió a frotarse las sienes, como si le doliera bastante la cabeza. 

- Ugh... Sincronía... - Dijo Angélica.

- ¿Sincronía? 

- Mi habilidad... - Explicó. - Puedo sentir lo que siente el Amo, y ahora mismo esta bajo mucho estrés, preocupación... Pero es raro... Algo anda mal, no puedo sentir más que eso... Debemos ir al primer piso, debemos ver si está bien. 

- Tienes razón. ¿Puedes levantarte? ¿Q-Quieres que llame a alguien? 

- Estoy bien, lo importante ahora es ver cómo está el Amo... - Angélica intentó ponerse de pie. - ¡Ahh! Auauau... - Se agarró la cabeza. La pequeña esfera que iluminaba la habitación se deshizo. - No, no puedo...

Recordé que tenía mi celular en el bolsillo. Encendí la linterna. 

- No en mi cara... - Angélica se cubrió los ojos. 

- Agh... - Aparté la luz de su cara. - Angélica, no estás bien. ¿Quieres que vaya yo a revisar? No me tardo, te lo juro. 

- Ngh... - Ella se dejó recostar en la cama. Estaba sudando bastante. - Sí, creo que sería lo mejor... pero, si algo le pasó al Amo... 

- Hey hey, tranquila... - Me acerqué a ella y le acaricié la cabeza. - Hay un montón de gente allá abajo, y está Zo- Zamira, no le va a pasar nada. - Tomé su mano, la besé y la sostuve. 

Ella me sonrió débilmente. - Sí, tienes razón... - Se recostó de costado. - Mariza, no tardes, ¿sí? 

- No lo haré, no te preocupes. - Le di un beso en la frente para reconfortarla. Estaba caliente. 

He escuchado gente que se pone enferma de la preocupación, y creo que esto está pasando aquí. Angélica es muy agradable, y me duele verla así...  
Cerré la puerta, para dejarla descansar. Caminé por el pasillo para llegar al salón.

Gracias al celular no tenía que andar tambaleando en la oscuridad. Hum... Mi cobarta está deshecha, y no sé cómo volverla a hacer...

¿Eh?

...

- Joven Mel. - Me susurró al oído una voz desde la oscuridad.

Sudé frío. 

- Joven Mel. Antes de que sea la medianoche, morirás de un disparo a la cabeza. 

Mis piernas temblaron como gelatina y caí de rodillas en medio de ese oscuro pasillo.  

Saqué mis garras. Di una voltereta con los brazos extendidos, para arañar a lo que sea que esté alrededor de mí en la oscuridad. Tiré un ramo de flores trucado adelante y atrás de mí. Explotaron, pero no golpearon a nadie. 

...

La escalofriante voz, tan rápido como había llegado, se había esfumado. Era realmente aterrador. Habló como si estuviera canturreando, con ritmo y melodía, esas palabras de mierda.