Penúltimo Golpe: ¡Todo lo que tienes...! (Parte 1)

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Oye Alexander – Gabriel se acercó a la fogata. De nuestro grupo, solo quedábamos nosotros despiertos. - ¿Por qué estás aquí?

- ¿Mmm? – Me sacó de mi trance, forzándome a mirar más allá del fuego – Podría preguntarte lo mismo a ti. Eres rico. Tu papá tiene una mina de oro, literalmente.

- Pfft, ya. – Se acercó más a mí, para susurrarme. – Digo, ¿qué desearás una vez lleguemos al Dorado? ¿Yo? Personalmente no lo sé. Pero, ¿por qué estoy aquí? Eso sí sé: Quiero levantar mi imperio yo mismo. Esto es solo un escalón. ¿Quién sabe? En el futuro tal vez yo sea el jefe de toda esta operación, jejeje.

- Mmm... ¿Pero por qué aquí? ¿En esto? Tú podrías ir a cualquier lugar del mundo: Europa, Estados Unidos, Japón... Vender paltas, qué se yo. Estoy aquí porque solo hay un Dorado que pueda darme lo que quiero, Gabriel. Tú podrías tener lo que quieras, en cualquier otra forma...

- ¡Jaja! Y es por eso que tengo que quedarme contigo. Estás enfocado en esto, como un Garchomp en su presa. – Gabriel me puso una mano en el hombro. – Has perdido todo, no tienes nada, y aún así te aferras a robarlo todo. Eso es lo que me encanta de ti. Cuando sea el dueño de todo este país, vas a estar a mi lado. Solo debes enfocar esa ambición en lo que necesitamos... Y vamos a ser invencibles, Alexander.

- Sí, lo que tu digas. Mejor te mantengo en tu lugar antes de que te vuelvas loco, ¡jajaja!

Ambos reímos, y bajamos la voz cuando nos dijeron los demás que les dejáramos dormir.

Todavía me pregunto qué hubiera pasado si le hubiera hecho caso a Gabriel. Mi antiguo equipo no habría muerto, pero la vida de un montón de gente habría acabado en miseria. Gente que no conozco, gente que conozco... Supongo que eso es la diferencia.

No lo sé.

No lo sé, tal vez solo intento racionar su sacrificio, para que sus muertes no sean en vano. Pero lo que más pienso, es que yo debería haber muerto en lugar de ellos. Gabriel Reyes Grief seguiría siendo el mafioso con el crecimiento más exponencial del país, el Dorado seguiría perdido, pero...

- ¿Huh? ¿Qué le ha pasado al jefecito? ¿Tenía alcohol el café, o veneno?

- ¡Ay! ¡No digas eso, Rem! Nunca le podría hacer eso a Stardust, lo juro por, uh, toda mi colección de juegos y anime. Tal vez s-solo está cansado.

...pero Harry, Ziro, y... Ciara..., ustedes estarían vivos. Yo fui quien los traje, los arrastré a esto. La culpa fue solo mía.

- Quizás el lienzo ese está maldito, je. Es un bonito cuadro, muy bonito. Tal vez podríamos poner uno así en la Iglesia cuando esto termine. Mmm, o tal vez está hecho de asbestos y lo debamos llevar a un hospital.

Era egoísmo. Locura. ¿Qué más me obligaría seguir una leyenda de 500 años? ¿Acaso no me doy cuenta que era solo un mito para perder a los exploradores españoles en ese infierno verde que es el Amazonas, fuera de la mano de Dios?

- Um, creo que es solo estrés. Parece que todo el estrés de estos días lo golpeó al mismo tiempo. Estoy segura que solo necesita un poco de espacio. Rem, tráele un poco de agua, por fis. Zonya, ponlo en el sofá, que se me está durmiendo el brazo de agarrarlo.

- ¿Le, uh, le puedo poner bigotitos en la cara?

- ... Oh, claro, sí. Busca un plumón, Nicole, jejeje.

Estaba seguro que todo era inútil. Tal vez solo estaba buscando alguien que me detuviera.

- Descansa Alex, ¿sí? Tómate tu tiempo. Te quiero.

¡Meowscarada, la ladrona enmascarada! [Pokefilia] [Lemon] (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora