Entraron a la habitación del rizado que estaba pintada de un azul pastel y el pequeño se sentó en la alfombra gris y rosa invitando a Louis a sentarse junto él con una palmadita, cuando Louis se sentó Harry habló.
-Entraste sin permiso- dijo con voz aniñada intentando sonar serio mientras agachaba su cabezita intentando no mirar a Louis a los ojos.
-¿Eh?- preguntó Louis confundido.
-Casita- respondió haciendo un techo con sus manitas con manchas y sus uñas mal pintadas.
-Oh, lo siento, Harry, fue para ayudarte- se disculpó con sinceridad con sus mejillas sonrojandose.
-Dime Hazz, así me dice Mami- dijo con un brillo en sus ojos.
Luego de unos minutos de charlas incoherentes por parte de Harry, Louis por fin preguntó -¿Por qué te pintas las uñas, Hazz?-
-¿De gustan?- preguntó y el ojiazul asintió rápidamente viendo al rizado sonrojarse -Fue Ley, hace bonito- dijo viendo sus uñas y girando su mano de vez en cuando para apreciarlas.
-Si, son muy bonitas, igual tu pulsera- Louis dijo con cariño.
-Papi dice que tengo desde bebé- dijo mirándo el pequeño hilo con una Cuenca verde.
-Muy linda omega- dijo acariciando la manita de Harry.
-Me dices como papi a mami- exclamó con felicidad aplaudiendo con sus manitas -Yo quiero ser como mami porque huele lindo-.
-Entonces serás Eiden- dijo Louis con alegría.
-Dile mami, ella no enoja- dijo tirándose para atrás para acostarse sobre el suelo ganándose una mirada preocupada de Louis mirando si se lastimó o no.
-¿Estás bien?- preguntó con miedo y preocupación.
-kay- dijo alzando su pulgar sentándose de nuevo esta vez sobre el regazo de Louis -Sueño, alfa- Dijo sobandose los ojos.
Louis comprendió y lo abrazó levantandolo con fuerza para llegar a la cama y acostarlo ahí, cuando estaba por irse de la habitación Harry hizo un puchero -Quedarse- pidió.
-Tengo que pedirle permiso a tus papás- dijo Louis intentando tranquilizarlo pero el ojiverde negó con la cabeza.
-Ellos no enojar- dijo con lágrimas en sus ojos mientras abría y cerraba su manitas intentando decirle a Louis que vaya a donde él.
Él y Louis discutieron hasta que el rizado ganó y ahora Louis lo estaba abrazando mientras el rizado olía su cuello tranquilamente hasta quedarse dormido, el castaño castaño en cambio, acariciaba la espalda de Harry con cuidado al igual que su cabello.
Después de unos minutos de caricias delicadas y dulces por parte del niño de cuatro años ambos soltaban ronquidos.
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Después de media hora en ver que los pequeños niños no bajaban, June y Eiden subieron cuidadosamente las escaleras de la casa hasta llegar a la habitación del rizado, abrieron la puerta intentando hacer el menor ruido posible, cuando la abrieron June se podía dejar morir en cualquier momento por la ternura.
Ahí estaban, Louis y Harry, el más pequeño acostado tranquilamente sobre el pecho de Louis con su cabezita escondida en la pequeña curvatura del cuello del castaño mientras las pequeñas manitas del alfa estaban alrededor de su omega cubriéndolo por completo.
-¿Tienes tu cámara?- preguntó June con entusiasmo
-¿Eiden?- llamó al no escuchar una respuesta encontrándose con la omega agachada cerca de la cama con su cámara antes de que un flash saliera y ella retrocediera con un puchero, regañandose a ella misma por no haber comprobado si tenía flash o no.-¡Eiden!-regañó June viendo a Harry removerlo y alzar su cabezita
-Malas- dijo Harry a las dos omegas que habían interrumpido su grandioso su sueño.
Las omegas se miraron entre sí al oler feromonas de molestia muy leves. -Harry, amor, ¿estas enojado?- preguntó Eiden.
-Sep- respondió dándose la vuelta con un gruñido para que ya no lo molesten.
Las omegas estaban con su boca abierta intentando encontrar una explicación.
Louis atrajo a Harry más cerca de su cuello para que se relajara.
De pronto el mayor abrió sus ojos y observó a su madre y la madre de su omega para después ver a Harry quien mantenía su ceño fruncido mientras dormida y refunfuñaba, volvió su mirada hacia la puerta y soltó un gruñido.
-No me gruñas, William- regañó su madre con dureza ganándose una mirada de arrepentimiento mientras se volvía a acomodar en la cama moviendo un poco a Harry quién le dio un manotazo al sentir el brusco movimiento, el castaño brincó y el obiverde abrió sus ojos otra vez, en el profundo verde brillaba el enojo pero al darse cuenta de quién era, se acercó más y le sobó el brazo en el que le habia golpeado.
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Me sorprende mucho ver que los primeros capítulos son muy cortos.