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Eiden estaba junto a su esposo haciendo las compras, se habían quedado sin comida y no pueden permitir que sus hijos mueran de hambre.

—¿Ya acabamos?— pregunta ella mirando a Jake quién tenía dos envases de leche en una mano y otro en la izquierda.

—No, ¿Cuál llevo?— pregunta analizando los cartones —Este es más barato pero Harry ama este y este es mejor que los dos anteriores pero es más caro— murmuró para sí mismo.

—El primero— decide Eiden tomando la leche de la mano de Jake y tirándola al carrito de las compras.

—¡No la tires así, vas a hacer que las galletas de rompan!— regañó el hombre con una mueca quitando la leche de donde estaba para acomodarla a un lado. —Listo— sonrió.

—¿Ya nos podemos ir?— se queja, Jake le lanza una mala mirada pero termina asintiendo, ambos caminan a la caja rápidamente para ganarle a una viejita que caminaba lentamente hacia ella.

—Já, le ganamos— ríe Jake y Eiden le sigue, ambos callandose ante la mirada de la señora mayor.

La chica que atiende mastica un chicle ruidosamente mientras los atiende, Jake intenta ser amable y Eiden no se esfuerza mucho en ello.

—¡Mueve tu trasero, mis hijos ya deben estar en casa y quiero mandarles a cocinarme algo por darles la vida, rápido!— Jake la miró un rato mientras caminaban saltando ante los intentos de golpes en su trasero.

Eiden manejaba tranquilamente mientras escuchaban música, Jake cantando la canción de Taylor Swift suavemente.

—¡Por fin!— gritó Eiden cuando estacionó el autó fuera de su casa —Ven, cariño, ayudame— pidió ayuda con las fundas y Jake obedeció y cargó tres mientras que la mujer estaba quejándose de lo pesada que era la única funda que estaba cargando.

—Eres una exagerada, cariño— se burló Jake.

—Callate o te cierro la puerta y no entras— amenazó.

El hombre hizo una mueca viendo a Eiden insertar la llave para poder abrir, tiró la puerta a un lado pasando rápidamente para dejar las bolsas en el suelo, quedándose parada al ver la escena frente a ella.

Jaké entró rápidamente empujando un poco a su omega, las bolsas pesaban.

El alfa se quedó quieto en el marco de la puerta.

—¡Harry, Louis!— gritó Eiden después de salir de su pequeño trance.

Ambos chicos saltaron y se separaron inmediatamente, Harry cayendo de espalda al ver a su padre ahí, Louis estaba quieto en su lugar y extendió su mano discretamente hacia Harry.

—Hola mami, Hola pa— saludó con cariño viéndolos a los dos, Eiden alzó una ceja.

—¡En mi sala!— se lamentó Jake dejando caer las bolsas, que se jodan las galletas. —Estaban, ellos estaban- — puso una de sus manos en su frente.

—¡Por Dios, vayan a una habitación!— se quejó Eiden, las tres personas más abrieron sus ojos.

—¡No, Eiden, no apoyes a estos hormonales!— chilló viendo a ambos chicos verles, Harry se levantó diciéndole a Louis que haga lo mismo.

—Bueno, eh, nos vamos a mi habitacion— les dijo y tomó la mano de su alfa para comenzar a subir las gradas con la atenta mirada de sus padres sobre ellos, como si estuvieran intentando entender lo que acababa de pasar.

—Esto no está bien, Eiden, estoy mareado— exageró Jake agarrándose de su esposa la cual se tambaleó y cayó al suelo junto con Jake el cual tenía sus ojos cerrados.

Love Of My Life  |LS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora