El albañil de Oshio - Taekook

A fugitive looking for more victims

Narra Taehyung

4 de abril 2021

Me encontraba tomando en un bar a las 11 de la noche y siendo sincero odiaba tanto ese antro, tanto que no soportaba estar rodeado de gente estúpida e insignificante, pero tenía que ser paciente y esperar...
Era irónico, ¿por qué tenía que estar en ese lugar? La razón era simple, no estaba ahí por gusto, sino porque esperaba ansiosamente el momento para que la linda mesera terminara su maldito turno de mierda. La muy zorra me debía su culo, así que no dudé en llevarla a mi apartamento y romperlo con ganas...

No estaba en mis planes acosarla ni agredir sexualmente. Sin embargo, mi cuerpo pedía por más y de alguna forma debía satisfacerme. De hecho, no fue difícil convencerla y ella accedió fácilmente, además, era obvio que nadie se resistiría a la belleza del gran Kim Taehyung...
Así que, si vemos el lado bueno de todo esto, ella tenía un buen trasero y un par de pechos del tamaño de un melón que daban ganas de estrujar. Muy hermosa, por cierto... Pero hecha pedazos y en bolsas de basura.

Y así fue, horas más tarde, la llevé a mi apartamento como a cerdo que llevan directo al matadero, la muy puta se resistía a ser violada y pedía ayuda a pesar de tener la boca cubierta con una cinta. Le estaba dando tan fuerte, que podía escuchar sus gemidos de dolor y el llanto que provenía de ella, era música para mis oídos... Solo que había un pequeño detalle, no me gustaban las chicas, solo me divertía jugar un poco con ellas hasta que agonizaban. De un momento a otro, termine por apuñalar su lindo rostro varias veces hasta que su globo ocular quedó en la navaja y escurría una sustancia amarillenta, la cual caía por el cuchillo. Me dio asco y lo tiré por ahí, su cuenca estaba sangrando y hecha un desastre, un hermoso desastre... Por supuesto, ella seguía con vida, solo había apuñalado su rostro y no era motivo para que aún muriera. Recuerdo que me levanté y antes de ir por las tijeras me aseguré que la maldita no pudiera caminar. De modo que, tomé el martillo y di fuertes golpes sobre sus rodillas hasta fracturarlas, sus gritos de dolor se escuchaban ahogados y creo que hasta se desmayó por un instante, de verdad lo disfrutaba en demasía, era muy feliz y quería ver mas.

Luego de unos minutos, regresé con las tijeras y la muy inútil trataba de arrastrarse por el piso para escapar, a pesar que sabía perfectamente que no podía salir y nadie la iba a salvar. Entonces, la tomé del cabello tratando de alzar su cabeza para comenzar a quebrar sus dientes con el martillo, no podía evitar reír al verla mueca, se veía tan graciosa. Ya que, algunos dientes habían quedado flojos como las teclas de un piano y para terminar, golpeé la cabeza contra el suelo. Ya era hora de descuartizar su cuerpo...

Con la sierra eléctrica comencé a cortar sus miembros inferiores, estaba tan concentrado en cada corte que olvide que ella estaba viva. Sus gritos de dolor llegaron a mí como música celestial y empecé a reír fuerte, qué gracioso estaba cortando viva a la zorra.

Pero no todo era tan gracioso como parecía, opté por cortar su cabeza rápidamente haciendo que cayera al suelo, pues me había cansado de escuchar sus gemidos de puta y habían partes que eran difíciles de cortar, lo cual me estresaba muchísimo. No obstante, usé el cuchillo para tajar su piel y con las tijeras corté algunos órganos que me servían para más tarde. De manera que, los guardé en el refrigerador y metí el resto en bolsas negras, para limpiar el desastre que había causado.

Ya nadie volverá a saber nada de ti zorrita...

Sonreí y boté las bolsas en frente de mi apartamento. Todo estaba listo para que el carro de la basura recogiera el desperdicio y entré sin preocuparme por nada.

Pero, por desgracia no fue así... La vecina comenzó a gritar como loca: ¡un muerto, un muerto! Como si nunca hubiera visto uno. ¡Agh, vieja asquerosa!. Dije sintiéndome enfadado y tomé lo que pude, metiendo dentro de una maleta mi ropa y algo de dinero que tenía ahorrado junto a objetos valiosos que robé anteriormente. De modo que, salí del apartamento, encontrando que los perros habían roto las bolsas y esparcido el cuerpo por ahí. Fue entonces, cuando la vieja marica empezó hacer un escandalo por todo el barrio y a insultarme, por lo que hui antes que la policía llegará.